Capítulo 13: Revelaciones

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=Una semana después =¹

—Comprendo la situación hermana—

—Entienda, ella tiene un trastornos de identidad disociativo, oficial estoy segura que no quiso hacerlo—

—Dios dice...—

—Dios no dice nada— Le cortó con brusquedad. —Es usted el que habla en nombre de Dios. Y yo no necesito ser creyente para saber que lo que hace esta mal—

—¿Cómo se atreve? La hermana me golpeó en la cabeza sin razón alguna y no la veo retenida—

—¿Qué va a hacer? ¿Relatarme uno de los versículos que más le conviene? Porque eso es lo que hace usted, no? Ignorar parte de la Biblia y tergiversar el resto— El oficial metió sus manos en los bolsillos del pantalón. —Usted no cree en Dios, padre. Usted usa a Dios para su beneficio, por eso hizo y hace todo esto—

—Me apena enormemente que piense eso de mí— Soltó ofendido. —He tratado de curar a la joven, pero se me ha sido imposible. Ha ignorado mis platicas, ha ignorado las palabras del señor, ha desistido en escuchar mis preocupaciones sobre su estado, prácticamente ha rechazado todos mis actos para su bien—

—¿Y usted piensa que abusando físicamente y psicológicamente de ella la sanara?— Cuestionó alzando una ceja mientras sonreía ladino con ironía.

—Efectivamente oficial. Pero déjeme decirle que a lo que usted se refiere es la práctica realizada contra una fuerza maligna, utilizando diversos métodos cuyo fin es expulsar, sacar o apartar a dicho ente de la persona que se encuentra poseída por la entidad maligna, quien somete y controla al poseído—

—Si,si lo que diga—

—Espere, ¿Que hace?— Interrogó Nicolás, al ver que el oficial tomaba las esposas que yacían al costado de las caderas cerca del cinturón y lo tomaba de las muñecas, volteándolo.

—Padre Nicolás Iely, queda bajo arresto por los cargos de conductas de dominio, agresión física, psicológica, falsas calumnias, testimonios y abuso religiosos—

—¿Qué? ¡No! Suélteme, no pueden hacerme esto!— Exclamó el detenido, forcejeando con el oficial.

—Tiene derecho a permanecer callado, todo lo que diga puede y será usado en su contra en un tribunal de justicia. Tiene derecho a un abogado, si no puede pagarlo se le proporcionara uno— Decía Sebastián, siguiendo con su protocolo. Ignorando la resistencia del padre.

—¡Te vi crecer Sebastián, soy como un padre para ti!—

—Usted es el padre de esta iglesia, o al menos lo era hasta estos instantes...— Corrigió.

Sin más sonidos que los gritos de Nicolás y el cerrar de la patrulla de Sebastián, el convento quedó en silencio sepulcral, las hermanas que presenciaron la escena miraban con recelo a Génesis, que días atrás había denunciado los malos tratos del padre, aprovechando la oportunidad para relatar todo el daño ocasionado a la joven de cabellos castaños.
La policía decidió tomar cartas en el asunto. Debido a la gravedad y como dictaba la ley, el padre sería sentenciado por las palabras de un juez.

Los murmullos de las hermanas se hicieron presentes con el pasar de los minutos, preguntas y acusaciones se alzaron al aire.

"Lo que ha hecho no tiene perdón de Dios"

El Microcosmos De Una Alma Maltratada (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora