La veinteañera iba con el cuello alargado hacia el cielo, observando las nubes de algodón que acompañaban la tarde. Caminaba a ciegas, no se molestaba en poner atención hacia donde iban, solo seguía los pasos de la identidad de núcleo. Cuando centro su ojos al frente, sólo viendo su espalda al caminar apaciblemente por entre los arboles y las hojas secas, con la luz del sol bañándole la cara de vez en cuando, un roble demasiado grande y hueco, en comparación a los otros, se situaba al lado izquierdo de su camino, uno exactamente igual al de sus recuerdos.
-¿A donde vamos?- Interrogó teniendo una idea de la respuesta.
-A un lugar que quiero mostrarte...-
Siguieron por el camino hasta que sólo quedaron los pastizales frente a su presencia, casi mudos a excepción por el sonido de la yerba húmeda bajo sus zapatos anunciando sus pasos y dejando escapar de ellos, su olor característico.
Tras el tronar de algunas ramas desafortunadas que se encontraban frente su caminar, un lugar increíble, casi escondido entre la espesura de los arboles y la hierba, la tierra dejaba de llamarse tierra, convirtiéndose en un sublime cuerpo de agua dulce.
Ivana, que dejo su Indian a unos cuantos metros de su ubicación actual, sonrió sumamente cautivada, sorprendida de que cuyo lugar que creyó haber olvidado, siguiese tan puro como la primera vez que lo vio.
-Busque... algo para pasar la tarde, no sabia que este lugar existía hasta que mire el mapa- Musito quedita.
-Solo los residentes locales sabemos de su existencia- Informo con cierta nostalgia en su voz -Mi padre me enseñó a pescar aquí...-
-¿Podrías... enseñarme alguna vez?-
-Te enseñaré todo lo que sea bueno para ti... podemos venir otro día- Sugirió enternecida.
-Gracias...- Respondió con dejes de timidez.
-¿Qué es eso?-
-¿Qué?-
-Estas muy blandita últimamente... ¿Ninan desapareció o tomaste algún vino de la despensa?- Se burlo.
-Deberías ser así más a menudo, no te queda tan mal como crees. Tu personalidad no se caerá por ser una masita de vez en cuando-
Inevitablemente sonrió cuando la "masita" golpeo su hombro. Sabía que sólo quería callarla por vergüenza, los halagos o apodos cariñosos no eran algo habitual en su vida, al menos no desde hace tiempo.
-Mis demonios se quejan continuamente de que me he vuelto un ángel contigo- Bufó.
Cerca de la orilla, bajo la sombra donde pequeños rayos de sol se colaban entre las hojas, la mayor saco de la mochila que cargaba en sus hombros, su kit de acuarelas junto dos lápices, borradores y pequeños cuadros blanquecinos en su totalidad, un mantel de tela donde poder asentarse, un tupper cerrado adecuadamente para que los alimentos no se derramasen y los insectos no pudiesen acceder.
La idea de Isabel era disfrutar del día, por lo que optó por comidas que no requieran una gran preparación; Fruta, sándwiches, frutos secos, chocolates y refrescos.
-Bolsa de basura para recoger lo que ensuciemos. Ante todo el civismo1- Apuntó con descaro, provocando un carcajeo de su acompañante.
El tiempo pasó entre aperitivos y platicas sin llegar a profundizar, cambiaron de página a lienzos donde poder expresarse sin utilizar su voz, pintando lo que a su al rededor percibían, que sentían en su interior. Una vez más el arte era su único escape del dolor.
Desde que tenía uso de razón, en su hogar disfrutaba exponiendo pinturas sencillas, con el pasar de los años, por estas clamaban exposiciones para los dichosos ojos externos, bocetos que la llevarían al estrellado, sin embargo, reservaba aquellas obras exclusivas para cuando tuviese la confianza suficiente para exponerse al mundo.
Su arte seria para todos aquellos que deseaban perderse durante unos instantes en los sentimientos que captaban los trazos de sus pinceles, arte que cualquiera podría comprar sin tener que observar de lejos.
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El Microcosmos De Una Alma Maltratada (Pausada)
RandomHaría pagar a todos los malnacidos que arruinaron su vida, que le quitaron lo más preciado que llegó a tener. Hacer sufrir a quienes le causaron tanto dolor a los suyos, tanto como a ella, era su deseo más protervio. Pero antes de eso, debera afront...