Capitulo 21: Entre chicas

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-Mira lo que traje- Canturreó mientras dejaba una botella en la mesa. -Nada como un buen vino para acompañar la comida-

-Dije que seria algo tranquilo-

-Hay relájate, no es como si jamás allá probado vino. Si viene de un lugar religioso seguro recibió la eucaristía¹-

Sofía tuvo que abrir su inconmensurable boca. De milagro, logró esquivar un trozo de zanahoria.

-¡¿Qué hablamos Pereyra!?- Rectificó.

-¡Cálmate! ¡Todos aquí sabemos que comulgar² es algo que todo Cristiano hace! - gritó y en ese momento Isabel entró a la cocina.

-¿Qué les pasa?-

La mancebo³ había ido a dejar el obsequio que trajo la amistad de anteojos oscuros y cabellos cortos de su nueva guardiana. Se había tentado demasiado en abrirlo pero la visita destaco que luego sería ideal.

-¡Me lanzó una zanahoria!- Señaló acusadoramente con el dedo. -sólo porque dije que te haría probar vino-

Ivana la fulminó con la mirada amusgando sus ojos. Amaba a su amiga, pero su actitud de revelarse contra toda actitud convencional⁴ y libre personalidad debía ser algo medida, para no sofocar a su niña. Aunque debía de admitir que Isabel se adaptó rápido a su llegada, quizás porque son madera cortada del mismo tronco.

-Parecen niñas- Acusó con una pequeña sonrisa. -Iva creo que escuche un ruido extraño en el sótano-

-Que extraño, ¿Cómo que?-

-Parecía una fuga ¿No me dijiste que ahí también estaba la conexión con la calefacción?-

La expresión inocente y una fingida voz de duda habían surcado camino a la incertidumbre de la femenina de abrigo largo de tono café que seguía tratando de abrir la botella con un utensilio filoso.

-No me tardó-

Deberían darle un Oscar... Cuando la peli negra salió de su campo de vista, tomó sin previo aviso la botella de las manos impropias, se acercó a la cocina, encendió la hornalla y ubicó la corona sobre esta. Unos segundo después el corcho comenzó a escaparse.

-La llama se encarga de calentar el oxígeno contenido en el espacio, lo que provoca que se expanda y empuje el corcho hacia fuera-

-Veinticinco años de mi existencia y jamás se me había ocurrido. Eres inteligente, niña-

-No es la primera vez que lo hago- Mencionó con indiferencia.

-No había ninguna...- Calló perpleja. -Con que una fuga, eh Isabel-

-Quizás ya allá cesado- Sugirió tratando de contener la risa, pero el intento acabo cuando el corcho salió disparado por los aires.

La cena pasó entre conversaciones triviales y debates sobre que personaje de serie asiática animada era mejor, claro que en este debate solo participaban las mayores. Isabel no tenía idea de lo que hablaban.
Al llegar la tarde, el trío -o más bien Sofía- decidieron asentarse en la alfombra de la sala mientras una ronda de tragos y dulces acompañaban al juego de adivinanzas.

-Aquí va otra... No es flor pero tiene planta y también olor, ¿Qué es?-

-Tiene plata pero no es flor...-

-¡Los pies!- Acertó entusiasmada. -Los de Iva huelen pésimo-

-¡No es cierto!-

-Si~, cuando te quitabas los borcegos en la unidad todo el mundo se quejaba- Expresó carcajeándose.

El Microcosmos De Una Alma Maltratada (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora