Capítulo 35: Codo a codo

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Hola princesa, espero tu sueño halla sido agradable y el castillo dichoso de tu habitar, digno de una dama como tu.

Me hubiese gustado que nuestro encuentro fuese en otras circunstancias, más estoy enormemente agradecido con el cielo por ser yo mismo quien cuidase de ti y comprobase que tu estado de salud halla mejorado.

Se me es grato, con todo el afecto y respeto que te profeso, invitarte a compartir un momento juntos el día domingo por la tarde. No tienes la obligación de aceptar, tu eres dueña de tus decisiones, más si tu respuesta es una aceptación y si tu deseo es permitirme acercarme y estar en tu vida, al final de esta carta, dejaré mi numero celular.

Sé amoroso con tus versiones pasadas, no sabían lo que sabes ahora. Mantente saludable Isabella. Te he extrañado mucho, te quiere...

Tu escudero ♡

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—¿Tiene complejo de Don Juan?—

—Solo estaba siendo cuidadoso con sus palabras—

—Isabel y John se van a casar. Y si Dios quiere, mil hijos tendrán—

—¡Iva!— Chilló al escuchar sus disparates.

—Bueno, no si Dios quiere, puede que si se pasa de listo termine desapareciendo de los censos estadísticos de la población— Dijo al aire, sonriendo con malicia.

—Desaparición mi trasero—

—Y si no tienes— Rojeó. —pareces madera de pino. Ni una curva—

—Cállate— Bufó escuchando su risita.

—Bueno, ¿que esperas? Envíale un mensaje—

—Tal vez lo haga...— Susurró. —en otro momento. Ahora nos debes una conversación—

—Mas tarde, en la noche hablaremos. Ahora debo ordenar algunas cosas y preparar la cena, ¿sí?— La ve asentir. —Voy abajo—

—Ivana...— Llamó con voz firme. —Si no me lo dices esta noche, me iré de aquí—

La oficial tragó saliva, asintiendo con dejes de duda.

Estando en el lugar donde ocurrió el accidente, se dispone a colocar todo en su lugar. La toalla con la que se secaba el cabello minutos antes de la discusión estaba en el suelo acompañada de una vieja fotografía con manchas de humedad. De ella recuerdos difusos aparecen en su mente, alguien que tenía una gran conexión con cierta persona de identidades múltiples. Si era como Isabel decía, sus cabos sueltos quizás tuviesen respuestas, tal vez terminen en el medio de un naufragio, donde se escondían los misterios sin resolver.

 Si era como Isabel decía, sus cabos sueltos quizás tuviesen respuestas, tal vez terminen en el medio de un naufragio, donde se escondían los misterios sin resolver

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El Microcosmos De Una Alma Maltratada (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora