Su estado de ánimo era ansioso, nerviosa al estar en esa pequeña metrópolis carente de ser atestada de gente y del ruido que distaba de la tranquilidad de Sionprive. Mientras se conducía por esa misma calle durante unos cuantos minutos, desorientada, buscando cierta señal fue cuando la encontró a dos manzanas, entonces cada pequeño rastro de duda infundada se desplomaron en el suelo convirtiéndose en polvo que rápidamente se lo llevaría el viento.
Siguió las indicaciones mientras percibía el vacío en esa calle, seguro se encontraban todos en casa tomando chocolate caliente por el frío y no ahí congelándose sobre un ciclomotor.
"Aquí" Le Susurro una voz, frenó y arrugó su ceño. Quitándose el casco y teniéndolo en su mano, a su vista, un coche demasiado desgastado como para aún funcionar contenía en el reposacabezas izquierdo del asiento trasero una funda con las iniciales de su nombre y apellido.
Estacionó y se acercó cautelosa observando hacia todos lados. Como se había planeado hacia horas atrás, entró sentándose dentro pero sin soltar el casco. Al tiempo, una silueta encapuchada apareció en el campo de visión. Ya estaba lista para para defenderse con su navaja nueva que yacía en sus manos escondida en el bolsillo del pantalón deportivo gris o la bola hueca que usaba en su cabeza. Un escalofrío calo en su nuca antes de ver el sello distintivo de Rebel... un llavero en forma de barco.
Él entró al vehículo y lo encendió con tranquilidad abundante mientras ella se preguntaba de dónde sacaban los autos y la moto que le habían dado sin siquiera titubear, moto a la que dejó teniendo la garantía que al regresar seguiría ahí.Miraba constantemente el espejo retrovisor analizando la expresión del conductor hasta que hicieron contacto visual y el silencio se evaporó.
—Hay una entrada en la parte trasera del hospital psiquiátrico, es algo estrecha pero cabreemos. Tenemos que actuar, tu como doctora y yo como lavandero. Ya tenemos los uniformes... si hacemos eso podremos colarnos— Isabel asintió neutral, su rostro tranquilo disfrazando el nerviosismo recorriendo todo su cuerpo.
El lugar no se encontraba tan lejos de la población, pero para mantener su llegada a modo fantasma estacionaron aproximadamente un kilometro antes. Rebel salió del auto dándole la privacidad necesaria a la femenina para que pudiera cambiar su vestuario y cuando volvió, Isabel se burló levemente al verlo vestido con la ropa ajena bastante pequeña para él; la bata se aferraba a sus pectorales y bíceps como cinta, y el pantalón le llegaba a las pantorrillas.
Después de eso el veinteañero le extendió unas gafas las cuales se puso y Ninan para sus adentros comentó: << "El hijo de puta ve hasta el futuro" >>
Le entregó el carnet de identificación falsa comenzando a caminar con el vapor de sus cuerpos saliendo en cada exhalación, antes de llegar el moreno encendió dos cigarros sacados de su bolsillo y uno se lo extendió a Isabel.—No fumo, pero si es una excusa para del porque estar fuera a altas horas de la noche lo tomare— Dijo observando sus obres oscuros.
—En diez minutos harán el cambio de guardia, será nuestra oportunidad— Respondió, al ver que uno de los causantes del cáncer de pulmón y muchas más enfermedades era tomado en las manos femeninas le extendió un aparato desconocido para ella.
—Este es un localizador GPS multifuncional, Monster lo modificó para nosotros. Estas luces que ves— Señaló. —nos avisarán cuando podemos movernos o si hay personas con las que no debamos toparnos—
—¿Entonces eso según su color o el orden en el que se encienda nos dirá que hacer?—
—Efectivamente, Monster también podrá escucharnos—
Isabel con su expresión de siempre contestó. —Si mis padres estuvieran con vida seguro me darían más privacidad que esta mierda— refiriéndose al localizador.
Al finalizar la breve explicación y dar su primera calada frente al edificio de no tan precarias condiciones -al menos por fuera, sin contar la pintura deteriorada- Isabel tosió maldiciendo para sus adentros el asqueroso sabor que le dejaba la nicotina en su organismo. Dos guardias pasaron frente a ellos, saludaron con movimiento de cabeza prosiguiendo a examinar sus identificaciones fugazmente con la linterna para terminar deambulando alrededor nuevamente.
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El Microcosmos De Una Alma Maltratada (Pausada)
DiversosHaría pagar a todos los malnacidos que arruinaron su vida, que le quitaron lo más preciado que llegó a tener. Hacer sufrir a quienes le causaron tanto dolor a los suyos, tanto como a ella, era su deseo más protervio. Pero antes de eso, debera afront...