Capítulo 20: Sucesos

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                   11 años atrás...

Con el corazón lleno de venganza rodeó toda la estructura derramando combustible a su alrededor; lo encendió luego de cerrar las puertas, prometiéndose que todo ardería.

Contempló con retorcido placer las llamas consumir la madera, los gritos agónicos, el olor de la carne quemada. Lo disfrutó, sin ni un remordimiento.
La estructura ardió, con todos lo que tenía dentro. La piel se derritió, la carne se chamuscó y los huesos se consumieron. Cuándo el fuego se apagó no eran más que un montón de cenizas.

Demonios...-

La figura alta chasqueó su lengua mientras caminaba hacía su séquito. —Odio que pisen mi jardín— Montó su medio de transporte dándole arranque con su respectiva llave y miró por última vez hacia el lugar. —¡Vámonos!—

Para nunca más volver….

Una mañana tranquila

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Una mañana tranquila. Aire fresco, las hojas de los árboles murmurando a su alrededor y la luna ausente, era lo que se podía apreciar desde la ventana.

La noche anterior, Ivana decidió hacer una llamada a la cuidad, acordando algunas cosas y planteando asuntos necesarios. Cuando la dio por finalizada, la idea de levantar a la menor un poco temprano de su hora habitual, deambuló por su mente.

Recostada en la cama, demasiados recuerdos llegaban a ella. Isabel le hacía recordar cosas dolorosas, hacia que su corazón se oprimiese en tristeza. Su adolescencia era algo similar a las cosas que la peli azulada había experimentado, ella más que nadie entendía su sufrir. Pero había una diferencia abismal... Ivana tuvo el apoyo de su madre, hasta que ella dejó el mundo de los vivos para encontrarse con su esposo. En cambio Isabel, había vivido mucho , y tan poco para su tan corta edad, demasiado para una niña sola contra el mundo. Y siendo así, se aseguraría de brindarle lo mejor que estuviese a su alcance... para cada una de ellas.

—Ey... hay que levantarse— Habló afectuosamente mientras la mecía tomándola del hombro con suavidad.
Haciendo caso omiso a sus palabras, la escucho decir…

—Déjame dormir—

—Debo mostrarte algo— Unos segundos después la vio estirar el cuerpo y sentarse sobre si, prestándole más atención aunque aún tuvieses los labios y ojos hinchados, cosa que no le permitía ver bien. Algo sumamente adorable de ver.

—Tengo algo para ti—

La hace apenas unos minutos levanta frunció el ceño y ladeo la cabeza confundida. —¿Algo para mi?_—

—Aja... No me tardó—

La peli azabache fue caleras abajo, adentrándose a su habitación. Rebusco entre el interior de su vestidor encontrando la caja que buscaba, saco lo que quería del interior, cerró la puerta y  volvió al cobertizo con prisa. Sus ojos divisaron a la adolescente luchando por mantener los ojos abiertos, en lo que sus piernas y brazos estaban enroscados en la almohada.

El Microcosmos De Una Alma Maltratada (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora