cinco

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Josephine

—Entonces... ¿Qué quieres hacer hoy? —Le pregunte a Hero mientras estábamos en la cocina, unos quince minutos después del enfrentamiento-conversación en el patio trasero. Él se había aprovechado de la situación bastante bien, y dijo que "como su niñera" tendría que prepararle un desayuno/comida, porque eso es lo que las niñeras hacen—.

—Lo que sea. Solo quiero que me prepares más de esos deliciosos Hot Cakes, ¿Por favor? ¿Cómo mi niñera? —Pregunto, patéticamente fingiendo una voz de bebe desarrollado «por supuesto no del cerebro»—.

Lo fulminé con la mirada, aunque obviamente no sirvió de nada, ya que él no podía notarlo.

—Bien —Respondí forzadamente en tono contento. «Dar y recibir. Recibir y dar». El solo sonrió maliciosamente. Rodé los ojos. «Cretino» Pensé—.

Seguí haciendo cada vez más y más, mientras los acomodaba en un gran plato de porcelana azul. Hero tamborileaba sus largos dedos contra la barra negra de la cocina y balanceaba sus piernas de acá a allá. Acomode con cuidado la comida frente a él y se quejó.

—¿Acaso esto no puede estar más quemado? —Pregunto arrogante mientras llevaba otro trozo a la boca. Sonreí—.

—Bien, tú querías más, así que te di los quemados. Espero no te moleste.

El solo levanto una ceja y sonrió.

—Bien, entonces, he terminado por hoy —Dijo mientras alejaba el plato de él y cruzaba sus brazos sobre su pecho. Tomé la comida y empecé a picarla con los dedos, llevándolas a mi boca después—.

—Probablemente hagamos algo divertido hoy —Le comenté, con la boca llena—, tal vez podrías cambiarte con ropa decente y después podamos ir a cualquier lugar que se me ocurra —Mire a su pijama negra. Para ser sincera, le quedaba realmente bien. Pero nunca lo admitiría en voz alta—. Así que, ¿por qué no te apuras?

La sonrisa se borró completamente de su rostro. Poco después, sus mejillas se tornaron rojas como tomates. El bajo la cara solo un poco.

—No puedo —Dijo mientras rascaba su barbilla con rapidez. Parpadeé—.

—¿Por qué no puedes? Ya sabes, es solo tomar una ducha, ponerse algún vaquero y alguna cazadora y listo. ¿Ves? No es tan difícil.

Me miro como si estuviera contando alguna especie de chiste malo y gruño.

—No seas tonta. No puedo cambiarme.

—¿Qué? Bueno, en estos momentos no estás desnudo así qué...

—No puedo cambiarme sin ayuda —Dijo lentamente. Me sonroje un poco—.

—¿Y-y qué -quieres qu-qué haga? —Le pregunte. Odiaba tartamudear. Enserio.

—¿Ayudarme? — Dijo, como si fuera lo más obvio del mundo. Me sonroje aún más—.

—Estás loco. ¡Eres un pervertido! —Le dije, fingiendo estar enojada. El no dijo ni pio—. ¡Solo cuando te conviene! ¿Verdad?

—Lo siento muchísimo. Pero tú querías una oportunidad. Y eso, es algo que las niñeras hacen, ¿o no?

Al final decidí que lo mejor sería llamar a Félix por ayuda. El apareció diez minutos después en la puerta, acompañado de una muchacha muy alta y de profundos ojos castaños. Se presento a sí misma como Sarah y congeniamos rápidamente. Ella y Félix eran novios desde hace un par de meses; se habían conocido gracias a Hero, ya que él y Sarah eran algo así como primos segundos—O algo parecido—.
Mientras Félix seguía arriba junto con Hero, nosotras seguíamos hablando de cosas sin sentido alguno. Realmente podría asegurar que ella y Mia se llevarían demasiado bien. Tendríamos que averiguarlo pronto.

—Así que dime, ¿Qué se siente ser la niñera de tiempo completo de Hero? —Pregunto ella muy interesada. Yo forcé una sonrisa—.

—No soy su niñera de tiempo completo —Respondí, aunque no era del todo cierto—. Solo estoy con él hasta la tarde... ¡Oye! ¡Yo no soy su niñera!

Sarah comenzó a reír. Era una risa melodiosa, que solamente me hacía sentir más culpable por mentirle. Yo era la niñera de Hero, nos gustará o no.

—Vale, perdón —Dijo levantando los brazos levemente, en son de paz. Sonreí—. No quise decir eso, solo, uh. ¿No te desespera?

—«Totalmente» pensé—. Uh, ¿a qué te refieres? —Pregunte inocente.

—Bueno, lo conozco desde toda mi vida, y él es una persona muy difícil. Sabes, antes del accidente, él solía ir a todos lados, acompañado por mujeres y fumando y tomando sin control.

—Casi me ahogo—. ¿Qué? ¿Él fuma y toma? «¿Y es un mujeriego?».

—Ya no. Bueno, no lo sé —Confeso ella—. Antes lo hacía, pero ahora... Uh no, no lo creo. Él ha cambiado bastante. Aunque sigue siendo el mismo arrogante de siempre.

—Te entiendo —Le dije, brindándole una sonrisa—.

Sarah abrió la boca para decir algo más, pero rápidamente fue interrumpida por los dos chicos, que iban bajando las escaleras. Hero apoyado en Félix, por supuesto. La visión me recordó a los bailes de graduaciones, en los cuales los chicos esperan a las chicas a que salgan de sus cuartos y bajen de las escaleras para ponerles la flor en la mano. Solo que aquí era al revés, chicos por chicas y sin ninguna flor.

Félix tomo la mano de Sarah y le beso lentamente. Yo me sonroje.

—Oh, vamos. No le den un espectáculo a Josephine, ¿está bien? Félix, puedo oír tus gemidos a kilómetros —Hero dijo con tono irritado. Sarah lo golpeo en el hombro y Félix rodó los ojos—.

Me aclaré la garganta. —Bueno, se hace tarde, ¿no? Deberíamos de irnos ya —Dije para romper la tensión imaginaria que se acumulaba alrededor de mí. Los tres asintieron y en poco tiempo nos vimos apretujados los cuatro en el viejo auto descapotado de Félix. Me senté en el asiento trasero junto con Hero, con nuestras rodillas y hombros rozándose. Me sentía nerviosa.

—¿A dónde vamos, Félix? —Pregunto Hero mientras rascaba su cabeza y miraba hacia el cielo. Literalmente—.

—Ya verás —Dijo él, visiblemente animado y sin percatarse del silencio incomodo que creo con su comentario. Sarah lo fulmino con la mirada y de pronto pareció reaccionar—. Oh, Hero, perdón yo...

—Ahórratelo —Contesto Hero con tono frío y molesto—.

Valla, y este parecía ser un día muy bueno.

Media hora después, Félix estaciono el coche en frente de un gran parque verde. Era uno de esos días en los que la feria ambulante andaba por aquí, así que decidimos aprovecharlo al máximo. Sarah se llevó a Hero a comprar un par de entradas, mientras yo me quede con Félix a solas.

—Hero está muy molesto conmigo, ¿verdad? —Pregunto, con una especie de curiosidad y tristeza en su tono de voz. Le respondí—.

—Sinceramente, no lo sé. A penas lo he tratado tres días. Uno, si cuentas que desde hoy nos empezamos a llevar "bien" —Le dije, intentando suavizar las cosas. Rápidamente añadí— Además, no creo que este enojado contigo. Es decir, eres tú su mejor amigo, ¿no? —El asintió—. Desde que lo conocí se ha comportado así conmigo, así que no te preocupes.

—Oh claro, me di cuenta el día en que nos conocimos los tres —Él dijo. Imágenes de su trasero mojado sobre mi cara cobraron vida. Oh Dios No—.

—Sí. Como olvidarlo —Levante una ceja hacía él y solo se carcajeo. Después dijo algo que no entendí—.

—Oye, qué te parece si yo me voy con Sarah por ahí y tú te quedas con Hero, ¿eh? Pareja y pareja. Aprovechemos que Hero no quiere hablar conmigo —Me dio un ligero codazo y me sonroje—.

—Como quieras —Le dije, brindándole una sonrisa—.

—Bien, entonces, vayamos a buscarlos, ¿vale?

—Vale.

Corazón Ciego | HerophineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora