D A I M O N | JJK LIBRO #1 ✅

•24•

Valerie

Cuando los primeros rayos del sol se colaron en el cielo, llegué a la puerta
del apartamento de los tíos de Maggi. Tal y como le había prometido, la acompañaría a su entrevista.
Durante el trayecto hablamos de mil cosas y el camino se hizo ameno, quería preguntar por el color rojo de sus ojos hinchados pero esperé a que si realmente lo necesitaba, me lo contara por sí sola.

En tan poco tiempo pude conocerla un poco mejor, y todo lo que decía me encantaba, es más, me apasionaba la forma en la que hablaba sobre su madre. En mi caso, conversé sobre detalles poco relevantes de mi vida, centrándome en mis gustos, no podía decirle lo entretenido que eran mis días en la casa Watch, por lo tanto preferí hablarle del abogado guapo que había conocido hacía un tiempo en un bar.

Una noche había decidido salir después de mucho tiempo, un bar lejos de Soley. Me dejé transportar por la música cerrando mis ojos,siguiendo con el ritmo . Cuando los había vuelto abrir, me di cuenta de que tenía un chico a mi lado. Estaba despeinado. Tenía el pelo típico del joven atractivo y maldito.
Noté su sonrisa afable: ángeles en la primera cita, demonios durante el resto de la vida, había pensado enseguida.

Tras lanzarnos varias miradas de complicidad y un contacto más cercano salimos del local a tomar un poco de aire. Durante el tiempo de encontrar un rincón apartado, su lengua estaba ya en mi boca. El simple roce de sus labios abrió de par en par las puertas de mi deseo, cerradas desde hacía varios meses.

Por una razón más allá de la lógica, me encontré sonrojándo cuando Taehyung cruzó mi mente.

Hacía mucho tiempo que no follaba con nadie. Había aprendido que si uno no sabe besar como Dios manda, entonces el resto es simple palabrería. Si, en cambio, un desconocido es capaz de besarte en un local abarrotado bajo la mirada de extraños y amigos, puedes estar segura de que no te fallará. Y su lengua prometía.

Aunque no me había acostado con él, sus extrañas apariciones como un fantasma en cada maldito lugar donde estaba me había puesto un tanto inquieta. Las apariciones se estaban convirtiendo en una maldita costumbre y eso me alarmó.

Le hablé a Maggi de nuestras salidas no tan constantes y me permití comentarle sobre la pequeña obsesión que había notado en él.

—Deberías tener cuidado. —Me advirtió.

— Se manejarlo. — Respondí mientras avanzaba en el tráfico lento. —¿Alguna experiencia para contar?.

Maggi miraba por la ventanilla el movimiento de los árboles, conteniendo una expresión de tristeza.

Con el rabillo del ojo pude ver cómo me observaba durante unos segundos.

— Tuve una relación ... difícil.— Comenzó—. Después de los primeros meses de idilio, los celos lo habían enloquecido. Me seguía a todas partes,me organizaba unas escenas escandalosas en las que no faltaban las bofetadas, patadas, además de otras muchas cosas.

Nos quedamos en silencio por otros segundos y luego continúo.

— Puedo reconocer el mismo temperamento por lo que me has contado. Sin lugar a dudas, es mejor dejarlo así. A fin de cuentas, no eres suya.

Maggi tenía el rostro de una niña, sus grandes ojos azules, su mejillas rojas la mayor parte del tiempo. Su cabello dorado siempre recogido, creo que muy pocas veces la había visto sin una coleta. Sin embargo, tenía a mi lado una mujer, una valiente, queriendo unir sus partes, rotas por aquel cretino. Se notaba a legua que había pasado por mucha mierda pero eso no la detuvo.

A fin de cuentas, tenía razón. Yo no era suya. Puede que estuviera pensando en seducirme y que yo sintiera una fuerte tentación de ceder, pero no era suya.