Nuestro vuelo aterriza justo después de las doce y hay un auto azul común —se parece a algo que mi madre solía conducir— esperando por nosotros en el frente. JungKook agarra los tres bolsos y los oculta en el interior del maletero. La mujer que conduce estoy asumiendo que es el contacto. Pero luce tan común y corriente, al igual que su auto.Esperaba más sofisticación, como JungKook con su traje negro y zapatos caros, pero en realidad ella se parece más a mí.
—No te he visto en años —dice la mujer después de que JungKook consigue instalarse en el asiento delantero.
Me siento en la parte trasera, justo detrás de él.
—Sí, ha pasado un tiempo —responde JungKook.
Cuando la mujer le sonríe, unas líneas se forman alrededor de las comisuras de su boca.
Me recuerda a Hoseok.
Ella tiene el cabello castaño oscuro. Y es mayor que JungKook, por lo menos unos seis o tal vez siete años. Pero es muy bonita y decente y me siento avergonzada comparándome con ella en mi estado actual.
Nos alejamos del edificio cerca de la pista de aterrizaje privada y nos dirigimos a la autopista.
—Me pregunto qué te trajo por estos aquí —añade. Entonces brevemente echa un vistazo atrás hacia mí—. ¿Y a quién trajiste? Linda chica. Tengo la sensación de que ella no es...
—No, no lo es. Su nombre es Beth—interrumpe JungKook.
¿No soy qué, exactamente?
La mujer me echa un vistazo por el espejo un par de veces, con una pequeña sonrisa de complicidad tirando las comisuras de sus labios.
—Es un placer conocerte, Beth —dice ella.
Le sonrío escasamente y decido que lo mejor es no hablar mucho para no contradecir la historia que le haya inventado JungKook.
Muchos minutos más tarde paramos en la entrada de una pequeña casa humilde situada junto a otras casas similares. Dos muchachos pasan a toda velocidad por la calle en sus bicicletas cuando salimos.
Justo al otro lado de la calle un hombre lava su auto en el camino de entrada. La mujer con la que estamos levanta la mano y lo saluda y él la saluda también. Es un vecindario muy típico, de esos en los que vivían todos mis amigos de la escuela cuando yo era niña y era más respetado por las chicas populares que un camping para casas rodantes.
La mujer abre el maletero con un botón en el interior del auto y me uno a JungKook en la parte de atrás mientras él agarra sus bolsos. Pero no tengo la oportunidad de preguntarle en privado sobre lo que podría haberle dicho cuando ella se nos une
segundos más tarde.—Tendrán que disculpar el desorden —dice ella, toqueteando sus llaves; un bolso cuelga del otro hombro—. La limpié, pero si tuviera un par de días más para prepararlo habría contratado a una agencia de limpieza. —Nos hace señas para que la
sigamos—. Vamos a entrar. El pobre Mickey va a romper las persianas cuanto más tiempo estemos aquí.Escucho el ladrido de un perro pequeño amortiguado por una ventana lateral mientras nos acercamos a la puerta debajo del estacionamiento techado. La persiana
se mueve erráticamente detrás de la cortina. Hay otro auto estacionado en la entrada, bajo la cubierta del estacionamiento techado, pero es viejo y parece que ha estado parado así durante varios años. Cuando ella abre la puerta, el olor a comida, comida deliciosa, instantáneamente hace que mi estómago suene y duela.—El almuerzo está listo —dice la mujer conduciéndonos a la cocina. Ella pone su bolso sobre la encimera; Mickey está haciendo sus rondas, decidiendo la pierna de quien olfatear más tiempo, la mía o la de Jungkook.
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D A I M O N | JJK LIBRO #1 ✅
FanfictionÉl desafió su cordura. Ella destrozó su realidad. En el oscuro vientre de la Organización, una guerra comienza a gestarse. Un pasado enterrado sale a la luz y toma represalias. En busca de un nuevo comienzo, creyó encontrar su salvación...