THE SHIFTER ✧ ShinKami

3 » Alto viaje

"Mierda, mierda, mierda, ¿por qué ahora?"

Ambos dirigieron la vista hacia la puerta que estaba siendo golpeada tan salvajemente que parecía que iba a agrietarse en cualquier momento.

—¡Zombie!—  Las paredes temblaron cuando los golpes en la puerta cesaron un momento y se oyó la voz del responsable tras ella. —¡Abre!

Shinsou volteó a ver a Kaminari con el terror en sus ojos.

—Escóndete.

—¿Huh?— Éste arrugó la nariz, confundido porque, aparte de la advertencia ajena, su propio cuerpo le decía que tenía que salir corriendo, en lo posible desaparecer debajo de una roca. —¿Por qué?¿Quién es?

—Escóndete, ahora.

—¡Oi…!— Los golpes regresaron, impacientes. —¡¿Vas a abrir la maldita puerta o no?!

Con pasos torpes y entre tropiezos, el rubio hizo caso y se borró de escena yendo a ocultarse en el primer escondite que pudo encontrar.

—Sabes que nos advirtieron que si volvías a romper la puerta nos echarían del edificio.

—Pues no tendría que romper nada si me abrieras a tiempo.— expresó entre dientes un joven de cabello platinado y puntiagudo abriéndose paso dentro del departamento con su típica actitud agresiva. —¿Qué tanto hacías?

—Yo- ¿Qué haces aquí?— Hitoshi cambió de tema. —¿No deberías estar en el club?

Katsuki Bakugo: Además de ser su muy temperamental roommate, también era el dueño de un club de peleas clandestinas con ubicación estratégica en los barrios bajos de la ciudad, en el que casualmente destacaba como el mejor peleador de todos. Era por eso que no podía de ninguna manera enterarse de que Kaminari había vuelto a aparecer y menos que estaba aquí porque… digamos que la última vez que se vieron hace años no quedaron en buenos términos. 

—Tranquilo, que no vine porque extrañara tu cara de medio muerto.— dijo dando zancadas enormes hasta el pasillo. —Olvidé las llaves, cuando las tenga me voy.

—¿No quieres que yo las busque?— Shinsou lo seguía detrás, improvisando al borde del pánico porque no sabía dónde se había escondido Denki, por lo tanto el hecho de que Bakugo se estuviera moviendo por el departamento tan deliberadamente significaba que podría encontrarlo en cualquier momento. —Puedo buscarlas, en serio.

Mientras tanto, Denki se preguntaba cómo había pasado en tan poco tiempo de perseguir a un gato lastimado a la ironía de terminar metido dentro de un clóset con los latidos de su propio corazón retumbando en sus oídos de lo asustado que estaba. Podía escuchar las otras dos voces a lo lejos, hasta que ya no eran simples voces a lo lejos sino también pasos acercándose.

—¡¿Qué mierda te sucede, estúpido zombie?! ¡Puedo buscarlas yo solo!

—No. De verdad, insisto, déjame-

—¿Estás ocultando al imbécil de Monoma otra vez? Oh, vamos, sabes que puedes hacerlo mejor que eso. Es muy tonto de tu parte seguir acostandote con un tarado que le tiene miedo a tu roommate… ¿Dónde está? Quiero romperle la nariz para empezar bien mi día.

—Monoma ni siquiera-...— Hitoshi vió los ojos ámbar de Denki asomarse un poco por las rendijas del armario a espaldas de Katsuki. Trató de disimular, pero ahora estaba más alterado. —¡No estoy ocultando a nadie!

—Está en el closet, ¿Verdad? Típico.

—¡No, aguarda!

A Denki se le heló la sangre al oír eso y sentir que alguien se aproximaba. Hitoshi apartó la mirada sin querer ver; Tanto tiempo esperando la vuelta del amor de su vida, y ahora que acababa de reencontrarlo Bakugo lo asesinaría.