13 » Golpe de karma

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Denki había encontrado la forma de entretenerse durante el camino haciendo rulitos con los cabellos de la nuca de su novio, tan concentrado estaba en eso que no notó cuando se metieron a los barrios bajos y atravesaron callejones sino hasta que la motocicleta finalmente frenó.

—¿Es aquí? No es aquí. Muy gracioso, Toshi.

Frente a ellos yacía lo que parecía un enorme salón de fiestas/gimnasio/vaya a saber qué era este lugar antes/, abandonado como todo en este barrio perdido. No había ni una sola alma en metros cuadrados, más que las de las ratas, pero aún así no parecía para nada seguro. Le daba una fuerte sensación de peligro.

—Es aquí.— afirmó Hitoshi para desgracia de Denki, apagando el motor. Se bajaron del vehículo y pronto las piedras comenzaron a resonar bajo sus pies a medida que ambos iban caminando a la entrada. —Quizás quieras ocultarte detrás de mi espalda.

—¿Ocultarme? ¡Ja!— rió el más bajo, como si no se hubiera notado lo asustado que estaba cuando sus hombros respingaron al oír a Shinsou hablar de repente hace un segundo. —No soy un débil doncel en apuros que lloriquea por protección, ¿Sabes?

—De acuerdo, entonces no tendrás problema con que le diga a Bakugo que ya llegamos.

—¡¿B-Bakugo?!— Así de fácil Kaminari tuvo que tragarse todas sus palabras. Estaba aterrado, y con sólo escuchar ese nombre entendía el porqué. Como un rayo regresó corriendo a la motocicleta, aferrándose a ella como si su vida dependiera de eso y tratando desesperadamente de encenderla para largarse de aquí.—¡Arranca, arranca! ¡Arre, arre! ¡¿Cómo se arranca este bicho?!

—¡Zombie, ahí estás!— resonó la voz de Katsuki cuando vio a su roommate entrar al club que yacía repleto de gente

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—¡Zombie, ahí estás!— resonó la voz de Katsuki cuando vio a su roommate entrar al club que yacía repleto de gente. Dejó en segundo plano la pelea que estaba supervisando y los coqueteos con cierto pelirrojo para comenzar a acercarse al zombie en cuestión en busca de contexto. —¿Se puede saber en qué demonios te metiste ahora?

—Larga historia…— contestó esté  tratando de fingir con una sonrisa que no estaba ocultando a un pequeño tembloroso. —Siento la tardanza, tuvimos algunos contratiempos en el camino.

—¿Huh? ¿"Tuvimos"? Quiéne-....

—Hola, Bakugo...

Kaminari entendió que no podía ocultarse para siempre, esta situación implicaba enfrentar sus miedos y de una vez por todas las consecuencias de sus acciones pasadas. En un arranque de valentía salió del refugio que le ofrecía la espalda de su pareja y ahora se mostraba frente al platinado.

—Uh, oh...— Dijo Kirishima, viendo venir que la cosa se pondría fea.

Para Bakugo, ver a Kaminari fue como si todo se detuviera así como sus pasos cuando sus pies parecieron pegarse al piso por un segundo en el que fue imposible saber la cantidad de cosas que pasaron por su mente…

THE SHIFTER ✧ ShinKami Donde viven las historias. Descúbrelo ahora