Chapter 18: Confianza
Enamórala... Hazle confiar en ti y prueba suerte
Aún faltan un par de horas para que amanezca y cuando Yuan llega a la casa de Shuo, no espera que Tigresa se encuentre despierta.
Mucho menos espera encontrarla sentada en el borde de aquella ventana, con los pies colgando hacia afuera y el hombro despreocupadamente recargado en el marco.
La felina tiene los brazos cruzados sobre el pecho y viste aquella yukata que tanto le gusta al leopardo, la misma que llevaba la noche que se encontraron cerca del arroyo. Yuan se detiene en seco, clavando los talones en el suelo, y bastante le cuesta no retroceder al ver la ceja altaneramente arqueada de ella... Pero, al contrario de todo lo que esperaba, los labios de la tigresa se curvan en una torcida y sabedora sonrisa.
La escucha reír y Yuan jura jamás haber oído una risa como ella. Ronca, grave, pero bonita y discreta.
-Tu aroma está impregnado en todo mi cuarto.
Lo dice en tono casual, como si acabara de comentar el clima.
Yuan, en un último intento por aparentar no tener idea de qué le habla, se encoge de hombros y mete las manos en los bolcillos del pantalón de pijama.
-Ayer estuve todo el día en tu cuarto, es obvio.
-No me refiera a... ahora -Responde ella, un atisbo de seriedad fallida en su mirada- ¿Hace cuánto que entras en mi cuarto?
-Yo... Yo jamás hice nada...
-Estoy debatiéndome seriamente entre patearte el trasero o besarte -Ella sonríe- ¿Hace cuánto, Yuan?
Y la manera en que Yuan baja las orejas es meramente instintiva.
-Unos días... -Miente. No le dirá la verdad, ni loco- Lo siento.
-¿Lo sientes?
Ella aquea la ceja...otra vez y el intento de Yuan por parecer arrepentido se va al tacho tan rápido como ha llegado.
-¿Puedes dejar de hacer eso? -Inquiere.
-¿Hacer qué?
-¡Eso!... Eso que haces con tu ceja. Me está irritando.
-Me acabo de enterar que te colas a mi cuarto, ¿Y eres tú el irritado?
La ceja, otra vez... Y Yuan no lo soporta. No soporta que alguien se muestre tan altivo con él, no soporta ver aquel gesto tan arrogante en ella. Sin plantearse demasiado el asunto, acorta la distancia con tres duras y rápidas zancadas, ambos olvidando por completo el mini jardín de flores.
Toma el rostro de la tigresa entre sus manos, brusco, y presiona sus labios contra los de ella.
Le escucha jadear en el beso y eso solo lo incita a tomar más de su boca, a luchar contra ella por el dominio en aquel gesto. A diferencia de aquel primer beso, este es más duro, más brusco y tosco. Sus labios buscando apoderarse de los ajenos, la lengua de uno en la boca del otro, se muerden hasta casi sacarse sangre y a ninguno le importa demasiado.
Porque a Yuan le pone verla en aquella yukata tan pequeña... y porque Tigresa, de repente, encuentra el aroma del leopardo, impregnado hasta en sus sábanas, demasiado abrumador como para dormir.
Fue esta tarde, luego de haber pasado gran parte del día acostada a su lado, que se percató que era el mismo aroma que hace ya varias mañana viene percibiendo en la habitación al despertar... y no cree que el leopardo no haya hecho nada, no lo cree porque su cuerpo le dice lo contrario. Porque cuando despierta, puede sentir aquella caricia en su piel, porque puede sentir esas manos deslizándose por su rostro, sus brazos e incluso hasta sus piernas.
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Mi mayor pecado
FanfictionEsta historia no me pertenece. Derechos a sus respectivos autores por hacer tan maravillosa obra (⌐■-■)