Chapter 19: ¿Tuyo?

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Chapter 19: ¿Tuyo?

No reclames algo como tuyo, cuando aún pertenece a otra persona.

La fresca brisa de la mañana da de lleno en su rostro, crea una agradable sensación en la piel cubierta de sudor, refrescante. Es como respirar por primera vez, el alivio y la calma presentes en él, libre de cualquier preocupación pasara, presente o futura. Lleva las manos a los bolcillos del holgado pantalón de pijama y sonríe para sí mismo, porque no recuerda haberse sentido antes tan relajado, tan tranquilo, tan despierto y sin rastro alguno del constante cansancio con el que ha aprendido a vivir desde que tiene memoria. Sus ojos, sin aquel ardor propio de la falta de sueño, su rostro relajado. Cada músculo de su cuerpo se siente más liviano, ligero... y se le ocurre que quiere entrenar, tal vez tener alguna pelea, pero no con sus compañeros. No, a ellos les conoce tan bien que son hasta predecibles. Recuerda las palabras de Hikari, diciéndole que vendrán del Templo de Jade, y se le ocurre que precisamente hoy es un excelente día para recibir visitas.

Tigresa en esos momentos está vulnerable, Yuan puede notarlo, y no solo por el celo. Ella está emocionalmente vulnerable. Buscará a quien le haga sentirse segura, estable, querrá estar con quien le de cariño. Su enfado por aquel panda es mayor a cualquier otro sentimiento y Yuan piensa aprovecharse de ello. No dejará que el pansa siquiera tenga oportunidad de estar a solas con ella... y ya tiene todo organizado. Sabe exactamente qué hacer, como hacerlo y cuando.

Separará a Tigresa del Templo de Jade, poco a poco, sin que ella siquiera lo note. Para cuando sea consciente de lo que está sucediendo, ella ya estará demasiado distanciada de aquellos compañeros.

Si hay algo de lo que Yuan esté seguro, es que la felina tiende a depender mucho. Es fuerte y tiene voluntad en batalla, pero en el aspecto sentimental es débil. Demasiado sensible para un guerrero como ella, demasiado emocional. Es dura en un principio, porque esa es su única salida, pero aquella dureza se evapora ante el más mínimo intento... y entonces queda la nada.

Queda una niña, una mujer vulnerable y dependiente.

Que no se mal interprete, Yuan no encuentra bonito aquello. De hecho, es lo único que cambiaría de ella. Sin embargo, sabe que no lo hará, porque Tigresa ya es así y no hay nada que pueda hacer al respecto... Pero puede intentar que se sienta segura, que pueda verse fuerte a sí misma. Puede intentar darle la suficiente confianza en sí misma.

Cualquiera con su aspecto (porque, vamos, lo único que lleva de ropa es un pantalón bastante holgado que cuelga demasiado suelto de sus caderas) se hubiera puesto nervioso al llegar al patio de entrenamientos y ver que todos sus compañeros se encontraban ahí. Li, Bo, Shuo, Hikari... y con cierta satisfacción, descubre que las gemelas aún no han vuelto. Eso significa que los maestros del Templo de Jade todavía no llegan. O tal vez ni vengan, piensa con cierto regocijo. Eso sería mucho mejor.

Bo y Li pelean en un lado del patio, y ambos se detienen al ver las puertas abrirse. El chacal boca abajo en el suelo, con el puma clavándole una rodilla en los riñones y sujetándole los brazos, reteniéndolo.

-¡Buenos días! -Exclama Li, con su ancha y bufona sonrisa.

Bo, con un quejido, levanta el rostro del suelo. Jadea por el dolor, pero igualmente sonríe.

-Alguien tuvo compañía anoche -Comenta, antes de que la mano del puma vuelve a hacerle comer tierra... literalmente- ¡Li!

-Lo siento, me emocioné.

-¡Emoción mis pelotas!... Ya ganaste, ¡Suéltame!

-Te soltaré... -Comienza lentamente, cauteloso- Si nuestro amigo Yuan nos dice quien fue la bella compañera que lo arropó en sus aposentos.

Mi mayor pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora