CAPITULO 2: "Deseosa de volver a verte"

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—Kagome...

El pronunciar de su nombre y el sonido de su voz cautivan el corazón y la mente de la joven pelinegra, dejándola petrificada. Varias emociones se estaban haciendo presente en su cuerpo, tantas que no sabía si en realidad eran sentimientos o una fuerte ansiedad lo que la estaban dominando en ese momento. ¿Había escuchado bien? ¿Aquel chico había pronunciado su nombre? Y aquella voz, su sonido, ¿habrá sido solo producto de su imaginación? El deseo de aproximarse a él; el deseo de llamarlo, de pronunciar su nombre, se volvía cada vez más y más fuerte dentro de ella, pero es solo eso, un fuerte deseo.

Observa detenidamente el cuerpo del joven, de pies a cabeza, cada detalle de su cuerpo, cada pequeño movimiento, todo de él la tenían completamente hipnotizada. El joven sigue su acto de acariciar el tronco de aquel inmenso árbol, especialmente en el centro de aquella marca, ¿por qué lo hace? ¿Por qué no deja de acariciar especialmente ese lugar? Deseosa por volver a verlo, el recuerdo del joven hanyo sellado con aquella flecha sagrada aparece en el árbol, haciendo que las lagrimas que la joven había estado conteniendo hace un rato salieran sin su permiso. En su acto de querer ocultar su rostro con sus manos, suelta una de las asas de la bolsa haciendo que algunas de las manzanas salieran y se dispersaran en el suelo. El ruido del caer de las manzanas, atraen la atención del joven, advirtiéndole que no se encontraba solo y rápidamente voltea hacia atrás encontrándose con aquella joven. Sin saber que hacer exactamente, mira hacia él y se percata que ha llamado su completa atención. Impactada y apenada, oculta su rostro agachando la cabeza y al mismo tiempo cierra con fuerza sus ojos para después dar media vuelta y salir corriendo de ahí antes de que él pudiese verle el rostro.

—¿Kagome?

La voz ronca del joven la hacen frenarse y voltear inconscientemente, como si él hubiese usado una clase de conjuro para hacerla tener toda su atención. La mirada de la joven se posa en su rostro: no puede equivocarse, aunque se encontraba a esa distancia, puede notar claramente que aquel joven tiene las mismas facciones que su amado hanyo, pero su cabello negro en una noche de luna, no podía asegura que fuese él.

El chico salta nuevamente, cruzando la pequeña reja que mantenía el límite de las raíces del árbol y se aproxima lentamente a ella. Kagome aprovecha su proximidad lenta para poder confirmar si en realidad era su amado Inuyasha. A tan solo unos pasos de estar frente a ella, se percata y confirma que en realidad no era él, un ligero olor a perfume la hacen salir de su transe, trayéndola a la realidad, a su verdadera y cruda realidad. Agacha la mirada triste y decepcionada de sí misma por haber creído por un momento que en realidad se trataba de su amado, ¿por qué sigue creyendo que en algún momento inesperado lo volverá a ver?

—¿Estás bien? — le pregunta el joven pelinegro estando a un metro de ella. Su sorpresa, al oír la voz de aquel joven tan cercas, es tan grande que hace latir su corazón.

Su voz era idéntica a la de su amado, solo que está tenía un tono más cordial. Sin pensarlo levanta la mirada con el deseo de poder encontrarse con sus ojos. Una nube en ese momento comienza a tapar el resplandor de la luna, atenuando un poco la noche, pero a pesar de que no podía visualizar con detalle sus ojos, no podía negarlo, esa expresión en su mirada lo hacía tener un gran parecido a él. ¿Y si en realidad sí es él? No, no puede serlo, pero algo muy dentro de ella quiere creer que en realidad lo es. Un fuerte deseo de lanzarse a los brazos de aquel desconocido se hacen presente en Kagome. El calor en su cuerpo incrementa, el calor de aquella adrenalina que recorre todo su cuerpo la comienza a incitar a querer hacerlo, de lanzarse sobre él, de abrazarlo y ocultar su rostro en su pecho. Da un pequeño paso tembloroso hacia al frente, sin quitar por ningún momento la mirada sobre él y siente como las lágrimas sin su consentimiento quieran salir nuevamente con cada pequeño paso que daba.

El Deseo de Dos Amantes (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora