Baja los escalones a paso lento mientras mira el conjunto de zapatillas que lleva en la mano. Ha tenido que escoger unos tacones un tanto altos, pero es que eran los únicos que podría combinar con el hermoso vestido color coral que le había comprado el pelinegro. Tendrá que soportarlos por un rato. Por si acaso, lleva unos zapatos bajos que también combinan perfectamente con el tono. Al llegar al primer piso logra escuchar la voz de su hermano menor quien charlaba con su madre y abuelo quienes habían llegado recientemente mientras ella se estaba alistando en su habitación. Se aproxima a la sala para encontrarlos reunidos mientras el menor recibía uno de los extraños regalos del abuelo. Antes de que alguno de ellos se diera cuenta coloca el abrigo sobre su herida, ocultándola. Por poco y lo olvida.
—¡Kagome! — dice su madre encantada al verla vestida tan elegante y hermosa, rápidamente se aproxima a ella para apreciar mejor a su querida hija — ¡Que hermosa estás! El vestido te queda maravilloso.
—Gracias, mamá — responde la pelinegra algo apenada y feliz por el alago de su madre.
—Sí, te ves muy bien. Pero, creí que habías dicho que era una fiesta pequeña y casual — dice el abuelo al verla también.
—Bueno pues...— intenta decir — yo también pensaba eso.
—¡Listo! Masao ya está abajo esperándonos — dice el pelinegro saliendo de la cocina para dirigirse a la sala — Kagome, ¿estas...?
Justo cuando la ve, el joven guarda silencio y se queda maravillado por su belleza. Sus cabellos un poco sujetos por un pequeño broche de flor la hacían apreciar mejor su rostro y el vestido le había quedado perfectamente, dejando apreciar perfectamente su cintura. El color le ayuda a resaltar su hermoso tono de piel y cabello. Además, lleva el pequeño y costo brazalete que le había regalado; al verlo no puede evitar el esconder esa sonrisa llena de felicidad. ¡Estaba usando el brazalete! Queda tan encantado con ella que, al darse cuenta, ha tenido que voltear la cara, ocultando su sonrojo. Y no es el único. Ella también a tenido que ocultar su rostro sonrojado. El pelinegro se veía extremadamente atractivo con es traje de gala, llevaba una camisa color roja que lo hacía ver demasiado apuesto. Esa tonalidad, le recuerda a él. Le recuerda a su amado hanyo. Los tres parientes de la joven los miran curiosos y, feliz la madre, se aproximó a ellos para darles un empujón recordándoles que se les podría hacer tarde. Ambos agradecen para así despedirse y salir de la casa. La pelinegra se coloca sus zapatillas y comienza a recorrer el templo con la mirada agachada, no tenia el valor de mirarlo al rostro y menos ahora que le recordaba demasiado al peli-plateado. ¿Por qué se decidió por llevar ese color justo hoy? Cuando han llegado a los escalones el joven le ofrece su mano para ayudarle a bajar. Ella le mira por unos instantes, intentando no imaginarse a su amado, para después aceptar un poco apenada. Con paso tranquilo y seguro bajan los escalones hasta llegar al auto. Masao les recibe amablemente para después ayudarles a subir a la parte trasera del auto, para así dirigirse a aquella finca.
El recorrido hasta aquel sitio se le hizo demasiado eterno a ambos jóvenes en especial a la pelinegra quien además de que estaba encantada con lo atractivo que se veía el joven con ese color rojo, le preocupaba aquellas cicatrices que había visto anteriormente. Tenía tantas ganas de saber todo sobre él, pero a la vez tenía miedo de provocarle tristeza al hacerlo recordar eso. ¿Qué debería hacer? Llegando al lugar, el hombre se estaciona en la entrada de la casa. Al parecer, ya se encontraba gente dentro, disfrutando de la fiesta. El hombre canoso le abre la puerta al joven pelinegro, para después el joven dirigirse a la puerta de la pelinegra y poder ofrecerle ayuda para bajar extendiendo su mano. Ella acepta apenada y sale del auto sin problemas.
—Joven Isamu, me retiro — le dice colocando una mano en su pecho y hacer una pequeña reverencia — Me encantaría acompañarlos, pero tengo algunos asuntos que atender.
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El Deseo de Dos Amantes (PAUSADA)
FanfictionSe dice que las almas de dos amantes que no lograron cumplir su deseo de estar juntos, pueden volver a reencarnar en otra vida, en el mismo tiempo o lejano. ¿Podría ser que su amado haya reencarnado en el mismo tiempo que ella?