—Inuyasha, ¡ABAJO!Dicho el conjuro, la Kotodama reacciona, iluminándose alrededor de su cuello y haciendo que al instante este se fuese boca abajo impactándose con fuerza contra el suelo, creando unas cuentas grietas en el azulejo del departamento, logrando así que se tranquilizara. La pelinegra al ver que no se movía, se deja caer al suelo mientras le observa temerosa, esperando que eso no lo haya herido tan grave o matado. Pero lo que la tenía demasiado aliviada era que por fortuna él conjuró había funcionado y justo cuando más lo necesitaba. Toma su cuello y traga saliva mientras recuerda la sensación de su garra en su piel, aterrada por la horrible sensación. Menos mal que le puso la kotodama antes, aunque aun le asombra un poco que haya funcionado, ¿será porque antes pronuncio el nombre del peli-plateado o...? Alerta, observa como una extraña aura roja comienza a rodear el cuerpo del pelinegro; era la misma energía maligna que despedía aquella criatura y Kurosawa. Con valor y decidida por deshacerse de ellos de una vez y por todas, se aproxima hasta el joven y colocando sus manos sobre su cabeza y espalda comienza a concentrar toda su energía espiritual sobre él. No sabía si realmente podría hacerlo, pero no pensaba perder la esperanza, debía purificar esa energía maligna de su interior cuanto antes; tenía que desvanecer esa maldición.
—Por favor, que funcione — suplica con todo su ser.
Cerrando sus ojos con fuerza, concentra con mayor intensidad su poder espiritual en sus manos para, de esta manera, poder finalmente expulsar del interior del pelinegro todo rastro maligno. Con temor de poder haber fracasado, abre sus ojos poco a poco y logra ver como aquella energía maligna comienza a abandonar el cuerpo del pelinegro para así desvanecerse seguido de un aterrador grito de dolor de una mujer mayor.
—¿Lo hice? — se pregunta aliviada, dejándose caer sobre sus piernas — ¿En verdad, pude liberarlo... de esa maldición? ¡Menos mal! — suspira alegre, para después mirar el cuerpo del joven el cual seguía inconsciente en el suelo. — A decir verdad, no creí que la kotodama realmente reaccionaria. ¿Esto me confirma que definitivamente este no es el cuerpo de Isamu si no...? ¡No! ¡No puede ser! — piensa nerviosa al tener que creer en esa fuerte verdad, para después darse cuenta que el joven pelinegro estaba comenzando a reaccionar.
—Ka-gome... — dice entrecortado el joven, abriendo un poco sus ojos y así poder reincorporarse lentamente hasta sentarse frente a ella, mientras sobaba su rostro. No sabía por qué de repente le dolía demasiado, ni tampoco el cómo había llegado al suelo.
—¡Isamu! — dice alegre para así lanzarse hacia él y poder abrazarlo con mucha felicidad, lo había logrado, él estaba con bien — ¡Eres tu otra vez! ¡Que alegría!
—¿Qué...? ¿Qué fue lo que sucedió? — le pregunta demasiado confundido, al no poder recordar nada más que el fuerte ardor que sentía en el pecho, que, por cierto, ya no lo sentía. Ella deja de abrazarlo para poder mirarlo a los ojos. Tal parecía que no podía recordarlo.
—Fuiste maldecido por la maldición de una criatura de ojos rojos. Por fortuna, — mira su mano orgullosa del gran poder que aún poseía en su interior — acabo de purificarlo por completo de tu cuerpo — cierra su puño — Aun posee todo mi poder espiritual. A pesar de que ya no puedo atravesar el pozo, aun conservo el don con el que nací. Sin él, no sé cómo podría haberlo salvado en este momento y esa vez que ese demonio me ataco — piensa, levantando su mirada hacia el pelinegro y poder encontrarse con sus hermosos ojos azabaches llenos de asombro.
—Eso quieres decir que ella... — piensa mientras le mira con asombro. No quería aceptar el hecho de que ella posee poderes espirituales, a decir verdad, no deseaba que todo esto que le estaba sucediendo fuese real, pero lo era y ahora no podía seguir negándoselo más, mucho menos a estas alturas.
ESTÁS LEYENDO
El Deseo de Dos Amantes (PAUSADA)
FanfictionSe dice que las almas de dos amantes que no lograron cumplir su deseo de estar juntos, pueden volver a reencarnar en otra vida, en el mismo tiempo o lejano. ¿Podría ser que su amado haya reencarnado en el mismo tiempo que ella?