CAP 52. DÍA CERO

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POV HIPO

Despertar sin Astrid, no era mi sensación favorita, pero solía estar acostumbrado, siendo la primera en despertar suele salir a volar con Tormenta, no encontrar a Chimuelo tampoco es nuevo, al parecer a mi querida Valkiria ya no les es suficiente entrenar de un dragón por vez y suele practicar ataques conjuntos.

Hace un tiempo descubrió que las espinas de Tormenta guardan un líquido explosivo que combinado con el plasma de Chimuelo hace una lluvia peligrosa y mortal para el enemigo, así que supongo los tiene entrenado. Pobre Chimuelo.

Cuando Astrid traiga de regreso a mi dragón lo cargaré y comenzaremos el viaje. Inferno lista, (una espada que he fabricado a base del gas de Eructo y Guacara y el gel de Colmillo), escudo reforzado con hierro de Albóndiga listo, repuestos para mi pierna listo. Dejé también una caja de cosas que cargará después Patapez cuando le dé el aviso.

Vamos Astrid... necesito a Chimuelo pronto, así llegaré por la noche, cuando todos ya estén ahí.

-Hipo ¿por qué cerraron con candado el corral de Tormenta?- me preguntó curiosa Heather

-¿Tormenta está en su corral?... espera... ¡THOR!-

POV ASTRID

La noche y unas horas del amanecer -Sí que has mejorado- felicité al dragón negro. Lo dirigí a la cala en donde ahora sé que Hipo lo escondía y aterrizamos ahí.

-Bien Chimuelo, aquí es donde nos dividimos... escúchame bien y sé que lo comprendes- le pedí sosteniendo su cabeza haciendo que me mirara -tienes que jurarme, que vas a proteger a Hipo con tu vida, por mí ¿sí?- el dragón comenzaba a gruñir suavemente mientras me miraba atento, yo rogaba a mi cuerpo que dejara de temblar y continuara hablando –y necesito que hagas un último favor por mí... espera un rato... y después, vuela lo más lento que puedas, vete por la ruta segura... no quiero desvíos ni atajos, ¿está bien?- le sentencie –regresa a casa... y escucha, cuando Hipo encuentre el nido, destrúyelo - puse su frente contra la mía, sabiendo que hoy, sería la última vez que lo vería –gracias- le murmuré una última vez antes de alejarme.

Obligándome a no mirar atrás y dejando derramar las últimas lágrimas, comencé a caminar hacia el pueblo, me aseguré que el pequeño robo a la cabaña de Gothi siguiera en mi bolsillo, respiré profundo y continúe mi camino.

POV HIPO

Corrí a ver a Tormenta, perfectamente bien cerrada, a los dragones siempre los dejábamos sin cerrar, al final eran libres, corrí a su cabaña y estaba todo, incluso su hacha, pregunté a todos por ella, nadie lo sabía, hasta que fui a la armería, no estaba, la cola de vuelo independiente de Chimuelo.

-¿Alguno me explica?- preguntó confundido Brutacio mientras liberaba a Tormenta.

-Tenemos que volar, AHORA- les dije montándome en ella, mientras los otros me seguían, mi madre llevaba a Bocón, Heather a Gothi y Patán a su padre, necesitaría a toda la gente posible

-Hipo, ¿qué demonios está pasando?- preguntó Heather

-Astrid se va a entregar- suspiré fuerte

-¿QUEEEEEEEEE?- gritó Patapez

-A ver a ver a ver...- se repetía Brutacio moviendo las manos –esto no tiene sentido ¿Por qué se llevó a Chimuelo?, ¿no pensó que la seguirías?, ¿en que estaba pensando?.... THOR SON MUCHAS PREGUNTAS- gritaba al borde la histeria

-Si no me equivoco, se llevó a Chimuelo para llegar antes y de paso retrasarme a mí, sabe que la voy a detener y por eso encerró a Tormenta, aunque sabía que la liberaríamos está tratando de ganar tiempo, y sobre que estaba pensando... es Astrid- traté de explicarle

-¿Tiempo para qué?... entregarse, no se necesita mucho para eso- decía Brutilda

-No sé qué planea Brutilda... pero sea lo que sea tengo que llegar antes- le dije

-Hipo... te estamos retrasando, después de Chimuelo, Tormenta nos deja en un pestañeo, ve adelante, te alcanzaremos- me pidió Heather, yo asentí y le ordené a Tormenta ir.

Desventaja para mi rubia, hizo un gran trabajo entrenando a Tormenta.

POV NARRADOR

Hipo y Astrid siempre tuvieron un plan en la mente para este día, y ninguno se lo dijo al otro porque sabían que lo impedirían, mientras un jinete trataba de ganar la carrera por su pareja y dispuesto a llevar su plan acabo, y otra valientemente hacía cara a un problema que para ella, le correspondía enfrentar sola, ambas mentes conocían a la perfección la de la otra, y ambas mentes supieron en su tiempo, que el otro se sacrificaría... y ninguno estaba dispuesto a aceptarlo.

Mientras los dos jinetes luchaban por la vida del otro, un dragón que había comprendió a la perfección las ordenes y la situación de la rubia se debatía entre obedecerla o no... Pero él sabía lo que los humanos no... Nunca puedes huir de tu destino.

Tomó vuelo a pesar de la orden de la valkiria y se fue por la ruta rápida.

POV ESTOICO

Abrumado y harto de los jefes queriendo saber que pasa y desesperados por que llegue Egil quien se había retrasado, fui a mi cabaña a ponerme la capa y armadura de jefe.

-Buenas tardes- escuché una voz detrás de mí cuando cerré la puerta, enseguida voltee con mi espada desenvainada -Oh vamos Estoico- me dijo arrogante mientras se dirigía a mí y movía la espada con la que le apuntaba a un lado –no planearas matar a la valkiria-

-Astrid- apenas pude pronunciar

-Tengo un trato para ti- me dijo recargándose en la pared y cruzando sus brazos, fue tan duro ver esa mirada fría, lejos de aquella pequeña llena de ilusión que bajó del barco al llegar a Berk

-¿Dónde está el Maestro Dragón?- le interrogué

-De ahí va mi trato, aceptaré a Halvard, me casaré y no pondré resistencia, pero a cambio, quiero que jures que no perseguirás, atosigaras ni intentaras nada en contra del Maestro... sé que planeabas una redada y más que a mí lo quieres a él, pues déjame decirte que igual no podrás acercarte, acepta mi oferta, haz que Berk sea la sede del trono de los 10 clanes y olvídate de él- me propuso

-Te sacrificas por un tipo que apenas conoces... no puedo reconocerte- ella negó con la cabeza y sonrió sarcásticamente

-Este tipo me protegió y cuido de mí cuando tú no pudiste hacerlo... y en último de los casos no tengo por qué explicarte mis motivos... - me retó

-¿Cómo sé que cumplirás tu palabra?- pregunté –la última promesa que me hiciste la rompiste sin problemas- le recordé

-Porque lo juro por tu hijo- sus palabras fueron una cubetada de agua fría, incluso yo sabía que Hipo siempre fue sagrado para ella –se listo Estoico, estás en tu terreno y tienes a la valkiria, si lo avisas hoy, no habrá tiempo para intentos de traición ni nada parecido, pierdes la oportunidad de meterte en una guerra que no podrás ganar y ganas un reino... no se necesita ser muy listo para saber lo que te conviene-

-Debo pensarlo- le dije tratando de encontrar sentido

-¿De verdad?... te estoy ofreciendo a la valkiria y todo lo que conlleva por el único costo de dejar en paz a un hombre que lo único que hizo fue no aceptar tu ofrenda- dijo soltando una risa agotada –y tienes que pensarlo...¿Cuándo te volviste tan idiota?-

-Si así tú lo quieres...- le respondí rendido -que así sea- le dije para acercarme a ella y levantar la espada a su cuello, vaya valentía ni siquiera se inmuto un poco –pero si descubro que es una trampa, primero lo mato a él y luego a ti- le advertí

-Egil está aquí- escuche a un vikingo afuera...

Era hora... 

LA ÚLTIMA VALKIRIA (Remaster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora