CAP 15. ...POR TODO LO DEMÁS

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POV NARRADOR

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POV NARRADOR

En la isla dragón, todos dormían después de un largo y duro día de trabajo comandado por la ojiazul, la madrugada estaba en apogeo y un Furia Nocturna llegaba a otra isla, iluminada por la misma luna y enormes antorchas, lentamente, las luces de las casas se apagaban una a una, el pueblo se estaba durmiendo.

-Vamos amigo, sobre las nubes- murmuró Hipo escondiéndose en el cielo, no era época de invasión así que los centinelas tendrían la baja guardia –entremos por detrás- le pidió dirigiéndose la casa de Astrid, golpeó un par de ventanas y al fin encontró uno de ellas que estaba abierta, lentamente y en silencio entraron -Ventajas del Furia Nocturna, ser pequeño para un dragón ¿no amigo?- Chimuelo le dio una sonrisa sacando la lengua.

Hipo bajó de Chimuelo, tomó una bolsa de tela y comenzó a guardar ropa de Astrid, todo lo que pudiera llevar, abrió sus cajones tratando de rescatar todo lo posible y encontrar los dos cofres, sabía que no podría cargar todo su contenido, pero le llevaría a Astrid todo lo que pudiera.

Cuando abrió el cajón superior de la cómoda al lado de su cama, encontró enmarcado un dibujo de Astrid de niña, Hipo sonrío de lado víctima de un ataque de nostalgia, se sentó un momento en la cama y repasó con su pulgar aquella imagen, fue un regalo de él para ella el ultimo cumpleaños que paso a su lado.

-¿Qué estoy haciendo?- murmuró para él llevando su mano a su frente y negando. Estaba mintiéndole por todo lo alto a la mujer que amaba, pero ¿Por cuánto tiempo podría seguir con esto?, si le decía quién era, la perdería de nuevo... y después de recuperarla, ya no soportaría estar sin ella.

Chimuelo se le acercó y recargó su cabeza en sus piernas, Hipo sonrió de lado y comenzó a acariciar su cabeza –la vida era más simple hace una semana ¿eh?... bien amigo, tenemos que seguir- le dijo poniéndose de pie -ahora los cofres- el de la joyería lo encontró rápido, en la habitación de los difuntos padres de la rubia, tomó solo algunas cosas y las guardo –Astrid dijo que el del oro estaba escondido, ¿pero en dónde?... "pueblo viejo... muchas casas nuevas"- recordó para sí, no podía estar en la parte superior porque había sido reconstruida una y otra vez... en cambio la base suele quedar de pie... el suelo.

Comenzó a pisar sobre la madera con su prótesis en piso de abajo buscando un sector que sonara diferente... -beneficios de una pierna de metal, supongo- murmuró atento a cada golpe, cuando llegó a la zona de las escaleras al fin estaba ese sonido vacío que tanto estaba buscando –ahí estas- murmuró, se agachó y comenzó a quitar la madera, el cofre apareció rápidamente.

Chimuelo giró la cabeza junto a la sorpresa del castaño, Astrid no mentía, ese cofre duplicaba el oro de todo Berk en sí mismo, tomó algunas monedas, se llevó apenas la mitad, no quería sobrecargar a Chimuelo, y si Astrid era la única con vida en conocer la ubicación de ese cofre en Berk, estaría seguro.

Cargó las bolsas en la silla de Chimuelo, el dibujo en su mochila y se dispuso a salir.

-Tenemos una parada más amigo- le informó mirando a su antigua casa, Estoico sabia del valor de aquella hacha, e Hipo no estaba dispuesto a irse de Berk sin ella.

LA ÚLTIMA VALKIRIA (Remaster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora