El Mártir Cristiano

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Era 2013, estaba en un retiro espiritual y llegó el momento de contar nuestras experiencias mas personales. Siendo la gran mayoría traumáticas, decidí contarles esta que fue una de las que aun recuerdo con mucho cariño.

N (prefiero preservar la identidad de la persona involucrada), apasionado por la música, tocaba la guitarra en una banda de rock junto a unos amigos. En uno de sus conciertos realizados en un bar de ciudad, estuvo presente una chica. El ambiente fue el lugar de encuentro perfecto para que ambos pudieran charlar y conocerse mejor. El tiempo les demostró que parecían almas gemelas. Parecían, porque cuando la propuesta de comprometerse apareció, sucedió una desgracia. Su Eurídice había sufrido un accidente de tráfico. Una vez que N se enteró de semejante noticia, fue al hospital donde se encontraba y pasar los días que fueran necesarios junto a ella. Debido al lugar, no podía tocar su instrumento favorito, pero le cantaba suavemente al oído. Ya no sabía qué hacer hasta que el médico mencionó lo que mas temía este Orfeo. 

Su primera pérdida lo dejó destrozado. Creía que jamás volvería a enamorarse. En cambio, para superar el duelo, se comprometió a jamás olvidarla. Era consciente que su alma podría volver a aparecer en otra mujer. Si no bajaba los brazos esta búsqueda podría ser exitosa, solo tenía que ser paciente ya que, en terreno del amor, Cupido tiene sus propias reglas. 

La espera no se hizo rogar. En esta ocasión, mientras cursaba en la universidad, le tocó hacer un trabajo práctico junto a una chica que, a simple vista, podría no llamarle la atención. Sin embargo, hubo ciertos gestos que le recordaba a su primer amor y pensaba que se estaba volviendo loco.

-Esto no me puede estar pasando -manifestaba N consigo mismo.

Reflexionando con la almohada, recordó su promesa y su cara se iluminó. Esta vez las cosas serían distintas si quería ser feliz nuevamente y lo logró, con el sacrificio que requirió.

Conversaciones banales, confidentes guardando secretos, hasta ahí todo bien. Ambos mantenían una hermosa relación de amistad. Lo que N tuvo que aceptar, para evitar otra tragedia, fue la de no aferrarse a un nuevo amor. Él, por una cuestión de respeto, tomó una decisión: <<puedo rodearme de mi familia y mis amigos que este tipo de amor es más la de una compañía, seres que están en las buenas y en las malas. Aunque como pareja, es otro tema. Uno deposita mucho de uno hacia otra persona y no estoy preparado, como si de una maldición se tratara, de perder a otra inocente.>>

Los años pasaron, ellos siguieron hablando y reuniéndose en diversos lugares. De afuera uno podría decir (incluso la misma gente) que lucían como novios. Sin embargo, no les importaba su opinión. La nueva Eurídice le costó entender el motivo de su amigo al principio. Lo pudo corroborar cuando el hermano menor de N le contó la misma versión.

-Cuando algo se le mete en la cabeza, no hay forma que cambie de opinión. Y si te preguntás si hubo alguien más antes de ella, no. Fue su primer y único amor. Lo que vivieron fue tan intenso... algo que no se olvida de la noche a la mañana. Llevará tiempo, pero si quiere mantener esta especie de relación... ahí es algo que no puedo responder porque le corresponde a él que te lo diga y no yo.

Una respuesta bastante madura viniendo de alguien que jamás experimentó la faceta de enamoramiento.

Esta mujer se aventuró a una vida con un misterio inexplicable, buscando respuesta por todos lados sabiendo que la solución la tenía enfrente de sus ojos.

-Amor, creo que nunca te conté por qué quise hablar con vos y que no perdamos esta hermosa relación.

-Me mata que hablás como si fuera mi novia.

-A eso voy... hay un motivo. Y no sé por dónde empezar.

Sus manos rozaron en señal de comprensión, de compasión. Un suspiro.

-¿Te acordás cuando tuvimos que reunirnos para ese TP de la facu?

-Si, ¿por?

-Parecerá una locura... ¿cómo lo digo sin sonar melancólico?

-Quiero que sepas que no te voy a juzgar, te voy a escuchar sin importar el tiempo que te lleve.

A partir de ese momento, el Orfeo del siglo XXI le explicó todo sin dejar nada en el aire. Estaba cansado de tener que ocultárselo, sin saber el alivio que sintió una vez al decirlo en voz alta.

-Ahora sí te dejo que me hagas todas las preguntas que necesités y te las responderé... como pueda.

Esta Eurídice se quedó sin palabras. Era mucha información de golpe a procesar. Un gesto de paciencia. Una lagrima. Un pañuelo.

-Entonces ¿te recuerdo a ella? Ay, sonó como si estuviera celosa... no era mi intención...

-Ay, cómo me hacés reir. Sí, pero no solo por eso. Te elegí porque además tenemos muchas en común. Y quiero quedarme con esto último. Por mi bien.

-Y por el respeto de tu novia.

-Pensé que no lo entenderías. Gracias.

Un abrazo. Mas lagrimas. Finalmente, como un arco iris luego de una tormenta, una sonrisa.

-Hasta el próximo encuentro N.

-Hasta la próxima será.

-Hey, a esta altura deberíamos pensar en mudarnos ¿no te parece?

-No me parece mala idea. A ambos nos va bien en el trabajo. Podemos solventar algo que nos agrade...

-...y que nos quede cerca para evitar gastar en el bondi.

-Si, los malditos bondis y su contaminación...

-Vos y tu conciencia ecológica.

-Que Dios nos bendiga.


De mi parte, me encantaría decirles que hemos llegado al final. Sinceramente, no sé como termina esta historia. Prefiero pensar que "esta amistad" aun existe y perdurará por muchos años. Que dos personas pueden vivir solos sin necesidad de etiquetas impuestas por la sociedad. Dos personas que desafiaron viento y marea, atravesando los obstáculos impuestos por la vida. Unidos por la música como de su infinita fe. 

Por parte de N, tuvo una segunda oportunidad, superando ampliamente sus expectativas. Por parte de ella, no la he conocido personalmente. Me he guiado por las descripciones hechas de la misma persona que me reservo su identidad. Su forma de narrar (lo que acaban de leer) ante un grupito de desconocidos logró impactarme, a un nivel de saber quién es. Al menos, una foto.

En cuanto a Cupido, tuvo que ingeniársela para que este mortal no tropezara con la misma piedra otra vez ¿o había fracasado? Nunca presenció algo igual.

-Esto es mucho para mí -dijo el ángel, extendiendo sus alas ante una nueva misión que los dioses romanos le encargasen.


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Realizado para el desafío de WattpadMitologiaES = "La flecha de Cupido"

Extensión narrativa: 1002 palabras.

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GLOSARIO ARGENTINO

Bondi: solemos decirle al colectivo, el bus, autobús, ómnibus (según el país de tu residencia).

En cuanto a las tíldes en los diálogos se debe a nuestra forma de hablar: <<el voseo>>. Difiere del TÚ en muchos aspectos, que no ahondaré en detalles porque el relato no lo precisa.

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Tan Tauro Que DueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora