Desde que era chico, siempre anhelé estar en uno. Sentirme desorientado, perdido, solo, aunque sea por un momento. Jugar a las escondidas de niño podría haberse considerado como el principio de satisfacer ese deseo. Pero a medida que fui creciendo, aprendí a conformarme con libros y videojuegos. Buscaba alternativas que contuvieran un recorrido, un camino sin indicaciones donde el o los personajes deambularan por sus mundos. De a poco, ese deseo casi llegó a transformarse en obsesión.
Años más tarde, me enteré que esta simple y rebuscada construcción era más compleja de lo que pensaba: tenía un trasfondo psicológico con el que me sentí identificado. Mi asombro fue tan grande que quise cumplir mi necesidad de vivir en carne propia el hecho de sentirse perdido en un laberinto.
Pasó el tiempo y no fue hasta en 2010 cuando visité uno por primera vez. Fue una experiencia rara, pero mágica porque se estaba cumpliendo el sueño de mi infancia. Mi felicidad en ese momento fue inexplicable.
Hoy, me encantaría decirles que esto ha llegado a su fin. Sin embargo, no estaría siendo sincero con ustedes, aun me siento atrapado y no me atrevo a salir. Mi vida se ha tornado un eterno espiral y no quisiera morir aquí, a mi corta edad. He vencido muchos obstáculos, sé que voy a encontrar una salida, no puedo dejar que esto me derribe.
---
PD: relato que participó de una antología del cual no quedé seleccionado. Por eso lo subo acá.
---

ESTÁS LEYENDO
Tan Tauro Que Duele
NonfiksiMi primera antología personal. Relatos creados para un fin que jamás pudieron ser destinados por ese propósito. Por eso las denomino MIS JOYAS EN BRUTO. A work in progress. Portada realizada en Canva.