The Alpha Wolf [Teen Wolf II]

III

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SUBÍ A MI auto y me miré en el espejo retrovisor para pintar mis labios de color rojo fuerte. Le sonreí a Derek cuando lo vi sentado con su usual rostro de felicidad.

—Te ves mejor —observó.

Titubeé, pero enseguida volví a sonreír.

—¿Ahora te dedicas a allanar autos ajenos?

—Lo compré yo, así que es mío —espetó.

—Me lo regalaste.

Derek rodó los ojos, reacio a comenzar una discusión. Puse el auto en marcha y comencé a dirigirme a la escuela.

—Necesito que me hagas un favor —alcé una ceja—. Únete al equipo de Lacrosse.

—Primero muerta. ¿Y para qué quieres que me una?

—Para que vigiles a alguien —respondió—. Y el equipo de Lacrosse está lleno de niños incomprendidos intentando pertenecer a algo. Puedes encontrar a tu primer Beta.

—Ya tengo a mi primer Beta —espeté.

Apreté con fuerza el volante. El cuerpo de Jackson parecía estar rechazando la mordida, pero el hecho de que siguiera vivo me confundía. Según yo sabía, la persona mordida se convertía o fallecía en cuestión de horas, incluso minutos. Era lo que le había pasado a mi niñera, aunque no quería nombrarla en ese momento. Ella era como una hermana mayor para mí, y para Derek era una herida que no sanaba, así que nunca hablaba sobre ella.

Yo lo sabía porque había espiado la conversación de Talia y mi mamá, y eso Derek no podría saberlo nunca porque me asesinaría.

—Sabes que Jackson está rechazando la mordida.

—No la rechaza. Sólo tiene problemas para convertirse. Suele pasar. Hoy será luna llena, hoy se convertirá y estará bien —murmuré con enojo.

—No suele pasar. Su cuerpo está rechazando la mordida. Debes buscar a alguien más.

Sacudí la cabeza, reacia a seguir escuchándolo.

—¿A quién quieres que vigile? —pregunté.

Prefería hablar de sus betas rabiosos antes que mi intento fallido de Alfa.

—Isaac Lahey. Está en el equipo y sabes que en el deporte suelen...

Apreté el freno con fuerza cuando la luz del semáforo se puso roja. Derek frunció el ceño cuando volteé a verlo.

—¡¿Mordiste a Isaac Lahey?!

—Sí —respondió con tranquilidad—. ¿Lo conoces?

—Era mi primera opción cuando Scott y yo nos distanciamos, pero apareció Jackson.