The Alpha Wolf [Teen Wolf II]

XIV

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—Yo no puedo estar cerca de estos tontos, tengo una orden de restricción.

—¿Cuáles tontos?

—Se refiere a nosotros. Nosotros somos los tontos.

Disimulé una sonrisa ante las palabras de Stilinski y negué con la cabeza.

Por supuesto que Scott y Stiles no me habían hecho caso cuando les dije que suelten a Jackson, y al final los tres terminaron en la comisaría y con una orden de restricción en contra de McCall y Stiles.

Sin embargo, Allison acabó, de alguna manera, encerrada en los vestidores con un Jackson bastante agresivo (y desnudo), una situación que terminó con Scott y Jackson envueltos en una pelea y la mitad del vestidor destruido.

Desafortunadamente, mi parte chismosa fue más fuerte que yo y terminé castigada por estar presente en la escena, junto a Allison, Stiles, Erica, Sebastian Deouis, quien me había seguido, y Matt, un chico con el que Danny y Jackson habían pasado el rato últimamente.

Me crucé de brazos y me apoyé contra la silla, oyendo a Scott y Stiles hablar entre ellos en susurros. Observaban a Jackson intentando ser disimulados, pero tanto Erica como yo podíamos oír todo lo que decían.

Sebastian se sentó a mi lado y cruzó sus brazos. Sus músculos se tensaron debajo de su camiseta. Le eché una mirada rápida y disimulada, pero él no era idiota.

—¿Ves algo que te guste?

—Mucho, pero lo arruinas cuando hablas —respondí. Él sonrió.

—Yo creo que te agrado. Y ahora que estás soltera... —solté una risita.

—Voy a frenarte ahí antes de que te avergüences a ti mismo, Deouis.

El cazador se encogió de hombros, sin borrar su sonrisa.

La verdad era que Deouis era insoportable, pero había que admitir que era realmente guapo. Me gustaría decir que no era de gran importancia, pero yo seguía siendo una adolescente, y como cualquier adolescente de mi edad, me ponía estúpida ante una sonrisa bonita.

Pero él era un cazador, y como si aquello fuera poco para rechazarlo, era el cazador que había herido a May.

—Tú sabes quién es el asesino —dijo en un susurro. Yo lo ignoré—. No hace falta que me lo digas, lo descubriré.

Matt, el chico desconocido, se levantó de su mesa y se acercó a la del profesor Harris. Ladeé mi cabeza cuando pasó cerca mío, dejando un aroma que se me hacía extrañamente familiar. No dejé de mirarlo hasta que volvió a su mesa con Jackson y Allison, olisqueando disimuladamente, pero hice una mueca cuando sacó un paquete de frituras y me ofreció con una sonrisa.