The Alpha Wolf [Teen Wolf II]

IX

═════ ❀∘❀∘❀∘═════

═════ ❀∘❀∘❀∘═════

MARIANNE SE SENTÓ enfrente mío. No había nadie alrededor de nosotras, pero eso no significaba que Gerard Argent no pueda hacer de las suyas para vigilarnos.

La miré con una ceja alzada, esperando que hablara, pero la chica parecía no saber qué decir. Finalmente me aburrí de esperarla y me levanté para irme a mi clase de Química, la cual compartía con Steve.

—Espera, espera —me frenó la chica.

Volví a sentarme y la miré esperando que hablara.

—¿Cómo está May? —preguntó—. No habló conmigo desde... esa noche.

—Lo sé. Ella está bien. Adaptándose —respondí con tranquilidad.

—¿Adaptándose a qué?

Solté un suspiro y miré su expresión angustiada. Marianne era literalmente solo una niña. Ni siquiera estaba segura de que haya cumplido los dieciséis años. No quería ponerla en peligro a ella también.

—Es su decisión contarte o no —dije finalmente—. No vuelvas a acercarte a mí o a Steve en la escuela, es peligroso.

Me alejé de la chica y fui hacia el salón de Química, donde me senté a un lado de Jackson, en la última fila. Él me miró y colocó una mano en mi pierna antes de besar mi mejilla.

—¿Por qué tan cariñoso? El otro día no parabas de gruñirme como un perro. Te faltaba orinarme para marcar territorio.

Jackson sonrió divertido.

—Lo siento por eso, Mads. No se volverá a repetir —me aseguró, besando mi mejilla otra vez.

Yo lo miré extrañada, pero asentí. Cuando oí al profesor entrar y saludar como hacía normalmente, comencé a sacar mis útiles, pero cuando el profesor acomodó su maletín en su escritorio, un aroma algo conocido se coló en mis fosas nasales. Era pólvora.

Elevé mi mirada, encontrándome con un chico morocho y de ojos oscuros, que desde antes estaban clavados en los míos.

Entrecerré los ojos y aspiré. Mezclado con la pólvora, podía reconocer el aroma a bosque, a árbol y madera. Era el chico que nos había querido disparar a mí y a Steve la noche anterior, el que había herido a May.

Él dibujó una sonrisa. Aunque para los demás sólo era un chico nuevo presentándose, yo sentí que esa sonrisa ocultaba un motivo. Un motivo que sólo él y yo conocíamos.

—Clase, este es su nuevo compañero transferido desde Francia. Su nombre es Sebastian Deouis —lo presentó Harris, y luego lo miró—. ¿Lo pronuncié bien?