El acuerdo +18

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—Emerson— Asher la miró con aburrimiento—, cállate y entra, que son ya las doce y me empezó a dar hambre.
Emerson entró a la boutique con el señor fruncido.
—Voy a ver los vestidos— murmuró ideando como vengarse, tenía que ser algo rápido de hacer y que lo enfadé.
La vendedora la miró de pie a cabeza respectivamente la vendedora no había visto que ella y Asher habían entrado juntos.
—Disculpa— Emerson se dio vuelta mirándola—, pero no se admiten vendedores ambulantes dentro de la boutique, te pido amablemente que te vayas.

Emerson frunció el seño, la estaba jodiendo o era un comediante de mal gusto.

—¿Algún problema?— Asher la rodeo por los hombres, la vendedora palideció—. Trae a alguien competente ahora mismo sino quieres que haga que te despidan y te demandé por discriminación a mi novia.

La vendedora desapareció y en su lugar vino una mujer de unos cuarenta años, alta, estilizada y sobre unos tacones que mareaban.
—Buenos días, y  bienvenidos. ¿Hay algún problema?
—Si— dijo Emerson matando de veinte formas a la chica  que ahora estaba en la caja—, su empleada me quería echar de aquí, diciendo que no permiten vendedores ambulantes.
—Le sugiero que, si no quiere futuros problemas irle enseñé a tratar con los futuros clientes— el tono de Asher era calmo y sereno pero lo decía con cierta amenaza en su voz.
—Créame, no es el primero en quejarse. Prometo encargarme de ella— la mujer miró a la chica de unos treinta años como si fuera un insecto y vaya que si lo era—. Bien, en qué puedo ayudarlos.
—Buscamos un vestido para una cena formal con mis padres— informo con o si fuera lo más normal, bueno en ciertas medidas lo sería como cualquier pareja que va a ser presentada a los padres de su novio. Pero la situación entre ellos era del todo complicada.
—Vestidos de noche y elegante.
—Si, que sea cortito con escote pero sin ser vulgar— respondió Asher.
—Algo sensual, provocativo y conservador a la vez— recomendó la mujer sin siquiera hablar con Emerson.
—Si, algo de ese estilo.
—Soy yo la que lo usará Asher, no tú a menos que quieras ponerte tu por mí.
—Bueno, ven conmigo y elige algo que te guste y luego decidimos lo que sea más adecuado— aconsejo la mujer.
—Soy yo quien los conoce no tú— le susurró.

Emerson se probó primero un vestido rojo, hasta la dos dedos debajo de las rodillas con cuello alto y sin escote pero muy pegado a su cuerpo definiendo su silueta—. No me gusta, pruebas otro— Asher no levantó la vista de su teléfono.
Se probó otro del mismo color, pero esta vez con un escote cuadrado y de tiras con una abertura en la pierna izquierda que subía hasta la cadera unido por zonas tiras hasta unos cinco dedos arriba de la rodilla—. ¿ Planeas matar a mi hermano de un infarto? Siguiente— el siguiente y número tres fue uno negro mucho más atrevido que el segundo con un escote en V profundo con cadenas de brillantes ese obviamente no llevaba sujetador y con ese luciría su tatuaje en su canalillo, en la pierna izquierda estaba abierto y sujetado por la misma cadena de brillantes que en el escote, pero con ese vestido ella no llevaría bragas. Asher la miró de pie a cabeza.
—Ese demuestra mucha piel para una cena con mis padres— le encantó, se veía majestuosa con aquel pedazo de tela atado con unas cadenas y le sería tan fácil arrancarlo de su cuerpo y llevarla a su cama—. Siguiente.
—Ya me estoy cansando de esto— Emerson volvió al probador con un vestido corto hasta arriba de la rodilla por uno quince centímetros y escote.
Asher se acercó al probador.
—Dame el de las cadenas— pidió alargando la mano por a dentro de la cortina, pese a que quería mirar no lo hizo. Mirar le costaría como mínimo una cachetada y un escándalo en la tienda. Emerson le lanzó el vestido por la cortina.
Asher se acercó a la vendedora con el vestido.
—¿Ese es el elegido?— pregunto sonriendo.
—No, pero lo llevaré y envíenlo a mi dirección, y si le da unos zapatos que combinen con ese se lo agradecería. Ese es muy demostrativo para esta noche pero en otro lugar lo podrías….