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Asher miró a Emerson, estaba callada. Muy callada para ser ella. Aún debía estar procesando lo que Toddle había dicho.

—¿A qué se refiere con que ella no es hija del señor Edwar Thomas?— Asher intentó guardar la compostura.

—Leonard Thomas, está muy seguro de que la madre de la señorita, le fue infiel durante su matrimonio y la hija que salió de esa relación es producto de como ya dije, una infidelidad— Asher respiró tranquilo—. Mire, yo no soy fan de Leonard Thomas. Pero es alguien codicioso y avariento. Si el fondo va a ser liberado a su verdadera dueña, es algo positivo pero como sugerencia no solicitada y espero me entiendan y sepan, en especial usted— señaló a Emerson—. Debería alejarse de su tío y lo que queda de la familia. No son personas....gratas, por decirlo de alguna forma.

—Yo... gracias— Emerson se levantó y alisó la falda—. Te espero fuera— salió de ahí sin esperar respuesta.

—Hace un tiempo me quisieron encajar a mí la empresa— Asher miró al señor Toddle—. Cómo inversión de riesgo. Pero esa inversión no era un riesgo, era saltar de un puente sin soga ni paracaídas.

—Lo se. Ese fui yo— el señor Toddle sonrió apenado—. El señor Leonard me pidió que lo hiciera con usted. Pero esa compañía está en la ruina, francamente no sé cómo se mantienen.

—¿No lo sabe?— Asher lo interrogó con la mirada.

—No. Yo solo soy el abogado de él, incluso hace mucho tiempo deje de hacer arreglar sus papeles de forma directa. Leonard está embarrando el apellido de los Thomas de formas inimaginables. Incluso en unos meses me retiraré, y me niego a que Leonard siga en la lista de clientes del despacho— el señor Toddle sonrió cansado, las canas en su cabello castaño habían ganado la carrera y tenía más arrugas que camisa usada.

—¿De verdad no sabe cómo intervino en los juicios de adopción?— Asher había mandado a investigar y había pagado el triple por qué la información llegará a él esa misma tarde. No fue difícil, con dinero baila el perro dice su abuelo. Y cuan verdadero era aquello.

—No. Yo no estuve involucrado en ello, es algo totalmente anti etico. Nunca hubiera dañado a un niño de esa forma, y la señorita Thomas jugaba en mí despacho cuando Edwar Thomas venía a hacer alguna consulta y la traía con él. Esa niña era su vida completa, lamentablemente yo no pude hacer nada por ella, ni yo ni nadie cuando se tiene comprada a la visitadora social— el señor Toddle sonrió y le guiñó un ojo, le estaba dando una pista.

Asher entendió.

—Se lo agradezco señor Toddle— le tendió la mano, el otro abogado la estrechó—. Fue muy amable en recibirnos y muy... esclarecedor en algunos temas.

—Me complace haberlo ayudado señor Cosffler. Admiro mucho la carrera de su padre, lamentablemente nunca tuve la oportunidad de litigar contra él. Igualmente, hubiera perdido— ambos sintieron.

—Gracias.

—Dejeme darle un último consejo, uno de un colega que lleva mucho tiempo en esto. Aleje a Emerson de Leonard Thomas— Asher lo observó, el viejo algo sabía y no podía decirlo debido a la confidencialidad.

Asher salió del despacho y buscó a Emerson, estaba sentada en un sofá cerca de la puerta de salida. Levantó la cabeza cuando vió los zapatos lustrados de él delante de ella.

—¿Estas bien?— preguntó él, sentándose a su lado, ella se alejó un poco.

—Si.

—¿Quieres hablar de lo que pasó?— ofreció él.

—No.

—¿Quieres ir a comer algo?— él se fijó su reloj—. Son las doce— Emerson negó, la cosa era mala si ella no quería comer—. ¿Quieres ir a ver a Evelyn?— Emerson levantó la mirada, Asher la vió quebrada y sola. Tan sola y lejana, que se preguntó cómo podía alcanzarla y hacerle compañía.
Ella dijo que si con la cabeza.

Emerson se recostó sobre la ventanilla. Asher la espiaba de reojo mientras leía su teléfono.

—¿Porque me miras como si temieras que abra la puerta y me tiré?

—Anoche te bajaste del auto estando en movimiento. Nada me asegura que con lo de ahora no intentes matarte.

—Y tu te quedarías sin el pan y la torta ¿No?

—Mas bien me quedaría sin tu culo y tus tetas— Emerson blanqueo los ojos—. Está bien, fue una broma estúpida. Lo siento . Pero, que en serio, me sorprende que no hayas armado un escándalo o no hayas llorado— Asher cerró el archivo y guardó el teléfono.

—No lloro fácil Asher. Así como no perdono las traiciones— Asher la observó atento.

—¿Que quieres decir?— él ya sabía que Evelyn y a Kevin les costaría una vida y la mitad de la otra que ella los perdonará. Algo realmente grave debía pasar para que ella los aceptara en su vida. Y él, no quería ser testigo de esa carnicería.

—La traición se paga con la muerte. El hermano de mí padre lo traicionó. ¿Para que? No sé. Se supone que la familia  te cuida, no te abandona. La mía a la primera de cambio, me dejó en un orfanato. Y quiero mí venganza— Emerson se miró las uñas pensativa—. Quizás no hoy. Ni mañana. Pero mí vengan llegará— afirmó, segura de sus palabras.

—Emerson, creo que no es buena idea idea— Asher necesitaba paciencia y hacer que ella desistiera de la idea de la venganza—. Emerson, te lo digo no como abogado ni nada que tenga que ver con nuestros trabajos.
Sino como alguien que intenta que no cometas el peor error de tu vida.

Ella lo ignoró olímpicamente.

—No busques a Leonard Thomas.

Emerson se volvió a él, en ella ya no quedaba nada de la joven mujer que había visto en el despacho del abogado con mirada pérdida y desolada, sola y lejana.
No.
Ahora estaba esa misma mujer que le había Is arruinado un perfecto pantalón de vestir. Esa misma mujer que parecía un león enjaulado esperando a que la soltaran para desmembrar a quienes la habían enjaulado en primer lugar.

—Asher. No soy buena. No soy paciente. Soy vengativa. No me gusta la traición, y me hagan dado la espalda cuando mis padre murieron, es la más grande de todas. ¿O es que tu crees que el marido de Laura se libró de mí?

Asher no supo que responder, lo único coherente que logró hilar en sus  pensamientos era que sin dudas, su tipo eran las locas.

—¿Tu no lo habrás...

—¿Matado? No— Emerson sonrió, recordando como había quedado el marido de Laura—. Pero su propia adicion lo mató— y ella se había asegurado de que el bastardo callera en la trampa—. Digamos que yo solo fui testigo de como la droga lo terminó llevando. Una inalada de coca más o una inyección de alguna de las mierdas que le gustaban no o iban a hacer la diferencia. Pero en su caso, con daño en el páncreas y con el corazón que podía pararse en cualquier momento... más o menos le hice un favor al darle dinero para sus mierdas— Emerson recordó cuando te leyendo el periódico, leyó que habían encontrado a un hombre muerto por sobredosis en las calles. Ese era el bastardo que quería meterme mano en la mugrosa casa de acogida.

El acuerdo +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora