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Emerson estaba en la cama, dormida y agotada, Asher se levantó sin siquiera un pequeño ruido. Igualmente podría haber un tornado a fuera y Emerson no se despertaría. Y en momentos como esos era un auténtico milagro.
  Se envolvió la cintura con una toalla y salió de la habitación. ¿Donde habría dejado su teléfono?

Miró en la cocina. No allí no estaba.
En el baño, tampoco. En la sala de estar no había rastro. Ni siquiera estaba su bolso, volvió a la habitación y rebuscó en medio de la oscuridad...lo debia encontrar. ¿Donde había metido ese maldito teléfono?

Volvió a la cocina, quería agua, quizás algo fresco le pudiera aclarar las ideas... Agua, quería agua. Sacó la botella y cerró la puerta. La volvió a abrir y miró bien.
     ¿En qué mundo cabía guardar el teléfono en el refrigerador? Sólo ella podía saberlo, lo saco y lo observó, leyó una notificación en la pantalla, había llegado un mensaje a la una de la mañana.

          Desconocido: ¿Sabías que tus padres están vivos? Y muy cerca de ti.

Asher sacó una taza, las más grande  de la encimera, la lleno de agua y lo metió en el microondas. Luego de que hubiera hervido el agua dejó el teléfono a dentro del fregadero, abrió el agua caliente sobre el teléfono y vertió el agua hervida.
     Genial, le debía un teléfono nuevo. Preferiblemente un teléfono a que ella los descuartizaria a Evelyn, Kevin y a él y todos los que supieran y estuvieran enterados antes que ella del sucio secreto, Stella o Scarlett eran una insignificancia lado de Emerson.  A primera hora tendría un teléfono nuevo en sus manos esperando ir a manos de su nueva dueña.
      Controló la hora, eran las tres de la mañana, marco su número.

—¿Se puede saber que querés a las putas tres de la mañana?—Toby gruñó.

—Necesito un favor— protestó.

—Te va a costar. Y mucho— Asher resongo.

—Bien. Necesito dos teléfonos los  últimos que salieron, preferiblemente.

—¿Por dos teléfonos me jodes a esta hora?

—No. Necesito algo más.

—¿Y que será? ¿Un par de auriculares? — blanqueo los ojos—. Una funda.

—No y presta atención, necesito que uno de los teléfonos esté clonado y configurado con el otro. Todo lo que llegue a ese teléfono debe llegar primero al que necesito yo y si lo veo bien dejar que la información pase al otro. Tu entiendes— Asher se apoyó en la encimera—. Los necesito para hoy a las seis.

—¡Que!— ladró Tobi—¿Y de donde se supone que sacaré dos teléfonos última generación a las putas tres de la mañana?

—No lo sé. Arréglalo tú. Te doy quinientos mil por tu trabajito y la mitad de eso por comisión. Luego dime cuánto es lo de los equipos. Pero resuélvelo Tobi.

—Me la pones difícil cabron— refunfuñó Tobi—. A las siete estoy allí, antes imposible— cortó la llamada.

    
Puso el teléfono a que se escurriera, no iba a prender. Y no iba a permitir que ella buscara uno por otro lado. Un problema menos, ahora seguía el otro, marcó al detective. Respondió al quinto llamado de la tercera llamada.

—Señor Asher Cosffler, me sorprende su llamado y más a esta hora.

—Si, lo sé. Necesito saber de dónde procede ciertas llamadas y mensajes. Son de cierta forma... Alarmante.

—¿Puedo preguntar sobre que situación?

—Sobre la procedencia del vínculo de Emerson Thomas y usted sabe... Su familia— miró en dirección de la habitación, Emerson todavía seguía durmiendo. Igualmente estaba hablando en susurros.

—Entiendo. Alguien está presionando con ese asunto, y la señorita Thomas no tiene conocimiento de los... Acontecimientos si no me equivoco.

—Efectivamente.

—Esta bien, como para hacerme una idea general del plano, siempre es de un mismo número o diferentes.

—Diferente.

—Entiendo, esto será complicado debido al rastreo pero es algo que no se puede apresurar— se adelantó a lo que Asher iba a decir—. Esto no se puede apresurar, debo ser metódico y muy discreto debido al riesgo. Esto es diferente a lo que me pidió la primera vez señor Cosffler. Espero lo entienda.

—Si. Comprendo,  no puede saberlo hasta que ellos consideren adecuado el momento.

—Es una situación delicada y comprensible, la señorita tiene un temperamento bastante... delicado— el hombre estaba siendo sutil respecto a Emerson.

—Agradezco que lo entienda y sepa de su temperamento endemoniado.

—¿Cuando comenzó esto?— Asher volvió el tiempo a tras en sus recuerdos.

—Comenzo luego de... afianzar nuestra relación— dudó por un momento si decirle sobre el acuerdo.

—Señor Cosffler, se lo de su acuerdo. Mi trabajo es remover todas y cada una de las piedras que haya en su vida— Asher guardó silencio—. No se preocupe, ésto se irá a mi tumba el día que muera, su acuerdo con la señorita Emerson Thomas solo los concierne a ambos— Asher suspiró.

—Gracias. Respecto a lo otro, necesito saber si es mi prima o quién está detrás de esto— Asher no quitaba la mirada de la habitación.

—Lo llamaré cuando tenga nombre y apellido de quién está detrás de ésto — la llamada se cortó y volvió con Emerson que seguía igual de dormida como cuando había salido de la habitación.

Para las seis de la mañana Asher había dormido una hora, estaba intranquilo. Pocas cosas le perturbaban el sueño y por algún motivo la loca dormida como piedra a su lado era una de ellas. Se levantó, no podía seguir en cama. Llamó para que le subieran el desayuno y esperó a Tobi, que estaría próximo a caer.
      Cuando fue a recibir el desayuno Tobi estaba saliendo del ascensor.

—¿Cuando me ibas a decir que te pasabas?— interrogó Tobi—. Me enteré por Clayton— hacia meses que no sabía nada de Clayton, le debía un juego de gol y unas cervezas.

—No me caso. Es un intento fallido de Stella— se hizo a un lado—. Entrá.

—Bien tengo poco tiempo Asher. Esté— sacó un teléfono gris— es el teléfono pinchafo y este otro — sacó uno negro—. Es el receptor. Todo lo que le llegue  a tu teléfono le llegará al otro si tu quieres— Tobi le explicó como debía hacer, Asher observaba como funcionaba el gusano que su amigo habia introducido en el equipo gris y que habia copiado la tarjeta madre del teléfono de Emerson.

—Por cierto, Clayton te envía saludos y me dijo que te dijera que eres una mierda por no visitarlo y dile al bastardo de Brandon que de vez en cuando podría poner su culo de nuevo aquí.

—Brandon está en Londres haciéndole la vida miserable a todas y cada una de sus secretarias y teniendo una guerra interna con recursos humanos, sabes cómo es de delicado.

—El cretino me debe veinte grandes . Dile que no se olvide de enviarme lo mío. ¿ Sigue con sus cambios de secretarias?

—Siempre  fue muy niña el idiota. Con la única persona que no actuaba así era con Harper pero luego no se que bicho les picó a ambos y ahora no se soportan

— Oh bueno, más bien a Brandon dirás— Tobi, Brandon y el se conocían desde jóvenes junto a Clayton.

—Gracias. Harper te va a estar enviando una transferencia, tu envíale la cuenta— Tobi le robó una galleta de la bandeja.

—Para el camino — señaló la galleta de naranja—. Perfecto y dile a tu sexy secretaria que quiero una cita— Asher blanqueo los ojos.

—La respuesta es no y ella te dirá lo mismo, ahora vete antes de que se me lié la grande— lo empujó a la puerta, había ruido en la habitación y Emerson debía de estar despierta—. Por cierto dile a Clayton que vaya a visitarnos de vez en cuando —Tobi le quitó una galleta más y salió.

Esperaba y todo saliera bien.

El acuerdo +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora