Detras de Harper y Brando
—Siéntate— pidió Emerson una vez dentro del despacho de Asher.
—Emerson estoy ocupado, no puedo ahora— Asher tenía el seño ligeramente fruncido, estaba concentrado en lo que leía pese a su dolor de cabeza—. Dime por lo que más quieras en tu vida que me trajiste algo para el dolor de cabeza— miró en dirección de Emerson.
Ella dejó las bolsas en un pequeño rincón desocupado que había en una mesa ratona en frente del escritorio de Asher.
—Si, te traje el analgésico y algo para que comas, no puedes tomar nada estando sin comer.
—No tengo…
—Si, si ya se sin tiempo pero lo vas a hacer te guste o no, además no pregunte si querías— Emerson junto todo los papeles desordenados y los arrinconó en una silla—, ven, que tengo hambre y a ti se te debe estar partiendo del dolor la cabeza— intento ocultar la sonrisilla.
Falló.
—Por lo menos, disimula ¿no? Y no me des órdenes a mí Emerson, no me gusta.
Emerson sonrió, a ella tampoco le dirían que hacer.
—No te estoy ordenando Asher, y yo no te pregunté si querías comer o si podías parar de hace lo que sea que estés haciendo para tomarte quince minutos y descansar para que tomes ese analgésico, antes debes comer, sino te va a hacer mal y eres capaz de demandarme por envenenamiento. Además si lo tomas con el estómago vacío te va a empeorar el dolor, y no pienso soportar tu mal humor por tu capricho.
Asher no quiso seguir aquella discusión por qué no llegaría a nada con Emerson, ella tenía razón aún que no se lo diría.
—¿Qué trajiste?— Asher husmeo en las bolsas.
—Traje ensalada con de pavo para ti, nada muy pesado por las dudas.
—Emerson, soy hombre. Necesito carne no una ensalada con un insulso pavo— Emerson saco las cajas con el almuerzo para ambos—. ¿Y tu qué te perdiste?
—Lo mismo que tú pero en un sándwich con pan de centeno.
—Cámbiamelo por el tuyo.
—No.
—¿ Porqué?
—Por que, es pequeño y pedí la ensalada para ti con doble ración de pavo asado.
Asher comió refunfuñando, no quería el pavo, pero debía admitir que estaba sabroso y aunque el dolor de cabeza seguía como un taladro aprecio el gesto de Emerson, era extraña como la mierda eso era seguro, misteriosa, autoritaria y algo gruñona pero era buena en el fondo.
—¿Tengo algo en el rostro Asher?— pregunto Emerson mientras comía y revisaba su móvil.
—Eh… no ¿por?— Asher volvió a su dichosa ensalada.
—Me estás mirando desde hace diez minutos— ella levantó la vista de su móvil—. Por cierto, vas a querer que busque un vestido nuevo para la cena del viernes o puedo usar algo de lo que ya tengo.
Asher no se dio cuenta o no quiso, pero sí. La estaba mirando, tenía una linda nariz redonda y pequeña que iba bien en su rostro. Unos lindos ojos cafés, eran oscuros y misteriosos Sus labios finos pero no demasiado ni muy gruesos, eran rosados y lindos. Subes y cálidos. Los quería alrededor de su polla, en su boca, en su cuello, en él.
—Asher, deja de mirarme así, de verdad creeré que tengo algo en la cara y tú no me lo quieres decir— Asher blanqueo los ojos—. Dime, que quieres que haga, compro un vestido nuevo o uso algo que ya tengo.
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El acuerdo +18
ChickLit🚩🚩SINOPSIS COMPLETA EN EL PRIMER APARTADO🚩🚩 La historia está actualmente en reparación 12/03/24 disculpen las faltas y errores ortográficos. Gracias. Emerson Emerson tenía veinte años, una cuenta bancaria en rojo, muchas cuentas impagas y a punt...