15

619 48 5
                                    





En entró a su apartamento como un demonio, Evelyn tenía razón. Y para ponerle más pimienta a la situación ella le había respondido a la desquiciada esa el mensaje. Media hora después Asher entró como dueño de la casa, Emerson blanqueo los ojos.

-¿No sabes tocar o qué?- preguntó.
-¿Luego de la escena que armaste en el restaurante cuestionas que entre sin llamar?- le respondió con otra pregunta.
-Como si fuera poco que una loca ex tuya me quiera muerta. ¡Yo firme por una prima psicópata, no por una prima psicópata y una ex igual de loca. Está por contrato! - Emerson levantó la voz, la tranquilidad de Asher la alteraba.
-Ya está bien Emerson- hablo pasivo Asher-. Ya me dejaste en claro tú opinión.
Emerson se levantó del sofá en el que estaba acostada mirando la televisión y se paró justo delante él apoyada en la mesa del comedor que los separaba-. Seré empleada tuya, pero no soy tu perra para que vengas intentar sobrepasar los límites- dijo con la voz elevada pero sin gritar.
-¡Bien, entonces como empleada mía no sobrepase tu los límites gritándome y haciendo escándalos en público!- el fue a poner las bandejas con comida en el microondas.
-Si es por sobrepasar límites, tu te llevas el premio.
-Ambos sabemos que tanto tú, y como yo queremos esto, ahora no me lo niegues.

Emerson no respondió a eso.

-Firme por poner en su lugar a tu desquiciada prima. No por una ex novia que entra a mi casa mientras duermo y me fotografía y me manda mensajes al celular diciéndome que soy poca cosa- Emerson levantó el teléfono.

Asher se dio vuelta y la enfrentó.

-¿Qué acabas de decir? - siseo con los dientes apretados pegándose a ella.
-Lo que escuchaste.
-Dame el teléfono-pidió autoritario.
-No.
-¡Que me lo des Emerson!
-¡Y yo te dije que no!

Asher se tiró para quitárselo, Emerson intento que él no se lo llevará pero Asher logro que ella lo soltará. El aparato cayó al suelo y Asher lo levantó y leyó lo que Emerson había escrito.

-Cambiaras de número ni bien lleguemos a mi casa. Y no se te ocurra decir que no- le dio el teléfono- ¿No pensabas decírmelo?
-¿Tu me ibas a decir de las fotos?

Asher guardó silencio. No, él no le iba a decir nada sobre aquellas fotos y mucho menos sobre la nota, nadie la iba a matar mientras estuviera con él y cuando el acuerdo acabará él se aseguraría que nadie fuera a hacerle el más mínimo daño.

-Tu silencio me lo dice todo.
-¿Podemos hablar de esto mañana?- pidió Asher contrariado.
-Claro- cedió Emerson-, ¿Mañana cuando esté posiblemente muerta?
-En mi casa nadie te va a poner un dedo encima, excepto yo a menos que tú quieras- bromeó él, intentando quitarle importancia al tema pero sabía que no iba a ser posible.
-No me voy a acostar contigo.
-Eso dices hoy.
-Ayer, hoy, mañana, pasado mañana y los consiguientes a eso. Y tengo hambre.
-Traje la comida, tu recaliéntala- cambio de tema él.
-Quien sabe- Emerson tomo las bolsas del restaurante y comenzó a poner la comida en los platos-, está podría ser mi último almuerzo por qué un par de desquiciadas me van a matar por meterme con una polla que no es mía- entrecerró los ojos en dirección de Asher que se había acostado en el mueble de la sala, Asher levantó la cabeza.
-Lo que hay entre mis piernas es mío, pero si quieres es todo tuyo.
-Gracias, pero tu pequeñez no es de mi importancia.
Asher entrecerró los ojos y levantó el dedo medio.
-¿Para tener treinta y dos años, no eres muy maduro verdad?

Emerson puso la mesa, mientras Asher hurgaba los cajones del mueble en el que se apoyaba la televisión por aburrimiento.

Una vez sentados alrededor de la mesa Emerson pregunto: -¿A qué hora iremos con tus padres?
-A las ocho nos iremos de aquí.
-Supuestamente nos conocimos en un café, verdad- Asher asintió- es todo lo que recuerdo de nuestra relación.
-Es lo único que ellos saben- dijo Asher pensando.
-¿De que se supone que trabajo?- pregunto Emerson.
-Ese tipo de cosas ni siquiera las había pensado. Supuse que tú te inventarías algo.
-Soy tu falsa novia, no un escritora de relaciones falsas- Emerson blanqueo los ojos-. Dijiste, que me conociste en un café, entonces será la camarera.
-¿Ves? Algo se te iba a ocurrir.
-Me jode tu actitud, abecés eres tan pasivo que no sé si golpearte o...
-¿Besarme?
-Yo diría matarte- Emerson termino de poner la comida en la mesa, se sentía nerviosa, ansiosa y con dudas. El echo de que una desconocida entrara en su casa y la fotografiara dormida hace poco más de unas horas, los mensajes de aquella mujer la noche anterior.

El acuerdo +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora