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Evelyn nunca creyó que aquella primera conversación sería con Asher en ves de Emerson.

-¿Que acabas de decir?- Evelyn no daba crédito a que el nombre de su hija saliera de los labios de Asher, aquel joven que ella vio crecer, al que le cambio los pañales en varias ocasiones y que acuno hasta que se durmiera.

Él no podía saber nada de lo que había pasado hacía veinticinco años a tras.

-¿Elizabeth o Emerson? ¿Cuál te gusta más?- preguntó con cinismo-. No, no respondas, supongo que él nombre de Elizabeth, por algo de lo pusiste. Curiosamente al igual que mí madre.

Evelyn sintió una puntada en el pecho, Elizabeth y ella se había prometido ponerle el nombre de la otra en caso de algún día tener una hija, Elizabeth, la madre de Asher había tenido dos varones pero ella, había tenido una niña y fiel a su promesa le puso el nombre de su mejor amiga y hermana de vida, a su única hija.

-¿Cómo mierda pudiste Evelyn?- la rabia de Asher se podía divisar a través de la llamada-. Sabiendo lo que ella opina de ser scort, como le permitiste seguir con esto cuando ella lo odia.

-No es como crees- atinó a decir ella en su pobre defensa.

-¿Cómo permitiste que la trajera conmigo?- Asher que había estado dando vueltas por el despacho, se apoyó en el marco de la ventana-. Ella te va a matar. A ti y a Kevin, por qué ambos lo saben. ¿O me equivocó?- no espero respuesta y continúo-. No claro que no. Los dos lo saben, y los dos le están mintiendo dos a la cara.

-Yo...

-¿Desde cuando lo sabes?- cuestionó él-. No, no quería saberlo. No seré cómplice de esta mierda.

-Asher, no es como tú crees- a Evelyn se le escapó un sollozo-. Nosotros...

-Emerson y yo iremos a Nueva Orleans mañana si consigo vuelos está misma noche. Y tengo un caso en Chicago- Scarlett había pedido que le mandarán el avión hasta donde ella estaba, no había vuelos directos y tenía que seguir con el caso y luego Brandon tenía que ir a Sidney, el no podía usarlo, y una mentira blanca no mataría a nadie se dijo él, pero lo de Evelyn traería consecuencias graves, por lo que debía idear una ruta que no fuera directo a Chicago, Emerson podría descubrir que el había contratado a un detective privado, y todo se iría a la mierda, mas de lo que ya se había ido.

-Asher yo... Yo no sé cómo decírselo.

-No es mí problema. Se lo dices tú o yo se lo diré de alguna forma. Pero tiene derecho a saber que mientras ella se decía prostituta su propia madre lo permitía.

-Jamas se acostó con nadie por dinero Asher. Jamás lo hubiera permitido, ni con ella ni con ninguna de las otras chicas- vocifero Evelyn.

-¡No estoy hablando de las otras!- Asher estaba al borde de colapsar y gritarle a Emerson la verdad-. ¡Estoy hablando de tu maldita hija!- gritó.

-¿Desde cuando lo sabes?- quiso saber Evelyn-. ¿Cómo te enteraste?

-No tiene importancia- Asher no daría su brazo a torcer-. Lo que importa aquí es que en dos días la llamaras, y le dirás que tienes que hablar con ella.
No me importa ni como, ni en que forma se lo dices. Pero le dirás la verdad.

Asher colgó la llamada y alzó lo primero que tuvo a la mano y lo arrojo contra la pared, la botella de licor que tenía delante de la ventana se hizo añicos, el picaporte de la puerta comenzó a moverse y la voz de Emerson lo atrajo a la realidad nuevamente, una realidad muy de mierda para su gusto.

-¿Asher?- preguntó ella-¿Estás bien? Escuché algo romperse.

El le abrió la puerta dejando que ella entrará, Emerson vio la botella o los pedazos que había de lo que fue una botella de licor tirados por todos lados .

El acuerdo +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora