El acuerdo +18

22

Espero lo disfruten!!! Dedicado a @BunnySato2 por ser la miembro n°150 de la familia de crystalitos... GRACIAS! 
Y a mi futura profe titulada y la fantasía de muchos MariaV.

Las tres fieras de Asher

Emerson despertó en la habitación de invitados de la casa de Asher, le era aún extraño despertar en un lugar diferente al de su habiatacion en el apartamento de Nueva York. Se levantó y fue al baño, el espejo inmenso  le devolvió un reflejo de cabello enredado, con ojos aún dormidos y baba pegada. Emerson no tenía esos despertares con pájaros cantando en la ventana y el pelo sin nudos. Emerson no despertaba como una princesa y punto. Aún no entendía como algunas tenían aquél don de despertar como diosas inalcanzables, a ella parecía que la habían apaleado durante la noche y una urraca hubiera echo nido en su cabeza.
Se lavo la cara y las manos, arreglo su nido de pájaros lo más decentemente posible y volvió a la habitación. Muchas cosas que desempacar, acomodar, guardar y otras cajas que aún no llegaban. Se fijó en la hora quedando boquiabierta, ¡las seis de la mañana! ¡Que hacía ella a esa hora despierta!
Sabiendo que no podría dormirse de vuelta deambulo por la habitación durante unos minutos, sin ninguna intención o ganas de ordenarla, pensó que quizás unas tortitas de chocolate le levantarán las expectativas para ese día que pintaba todo menos algo bueno sumándole que estaba nublado.

Emerson bajo a la cocina en bragas y una playera que le llegaba unos cinco dedos arriba de las rodillas, prendió la luz y fue al refri. Mientras buscaba vio que Asher no tenía lo que ella necesitaba para sus tortitas de chocolate.
No tenía chocolate en polvo, ni en chips. ¿Acaso ese hombre no sabía el placer del chocolate un viernes a la noche? Pero si tenía cerveza para dar y tirar a gusto.
Una tarta de manzana podría hacer al menos, saco la leche, la mantequilla del refri. Fue a la despensa que era un pequeño cuarto donde habían cosas de cocina y saco la harina, los huevos, azúcar y miel. Se llevó una batidora y dos medidores, acomodo toda en la encimera, pero le faltaba en que hacer la mezcla.
Se inclino y busco debajo de la encimera en las pequeñas puertas que había  algo en lo que hacer la mezcla y poner al horno, unos gruñidos llamaron su atención.
Esos gruñidos no eran de Asher.

—La puta madre— Emerson no tenía ni los despertares ni el vocabulario de una princesa—. Perritos bonitos— les dijo a las tres fieras que le gruñían y la observaban con deseos de que ella fuera el desayuno.

Uno de los tres animales que se ubicaba en el lado izquierdo fue el primero en intentar morderla, Emerson se trepó a la encimera para que no la mordidas, de donde habían salido esas tres fieras y ¡como es que habían entrado!

Los tres le gruñían y ladraban, e intentaban subirse hasta donde ella estaba.

—¡Asher!— gritó ella— ¡imbécil!— Emerson había sido paseadora de perros y niñera de mascotas en su adolescencia pero ninguno la había intentado desayunar como esos tres.

La alarma comenzó a sonar,  Asher se levantó de su cama y la apagó. Cinco Treinta, luego de vestirse fue al gimnasio que tenía en un extremo de la casa, dejo la toalla de mano en un gancho y estiró un poco antes de ir a la caminadora.

Media hora de estiramiento y fue a la caminadora, mientras intentaba poner en orden sus morbosos y eróticos pensamiento sobre el cuerpo de Emerson, los gritos de ella lo alertaron.

—Mierda— Asher había recordando que Emerson no sabía de sus tres perros, ni ellos de la nueva invitada.

Asher intentando saber de donde venían los gritos desesperados de Emerson fue primero a la habitación la cual estaba vacía y desordenada, bajo  de nuevo y está vez fue a la cocina donde encontró a Emerson subida al desayunar, huevos rotos y la harina en el piso. Los tres perros le gruñían a ella mientras intentaban morderla.