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Evelyn dejó el contrato de confidencialidad delante de la chica.
Menuda forma de festejar su cumpleaños pensó Emerson, la observaba temblar y sintió lo lo mismo que sintió cuando firmó por primera vez ese contrato. El teléfono de Evelyn sonó y ella se disculpó por salir, pero debia responder.

—Si no quieres hacerlo no lo hagas. Hay otras formas— aconsejó ella, que no era la indicada para dar consejos.

—¿Cuál?— preguntó triste—. Te debo dar asco seguro.

Emerson sonrió melancólica, si supiera que ella sentía eso pero por si misma...

—No. Siento eso por mi, no por tí. Por eso te digo que hay otra forma, no es fácil vivir con esto. Yo también firme ese contrato a los dieciocho, y me jure salir en cinco años y aquí me tienes Leonor.
Sigo aquí. Sigo siendo una puta que se vende por un par de horas y viste de Gucci y Chanel, Dior y Prada. Tú estás por vender tu primera vez a un desconocido.

—No tengo de otra y tampoco es como si mi primera vez fuera la mejor cosa que me fuera a pasar. Si alguien tiene dinero y me quiere pagar por esa primera noche no me importa venderla a perderla ebria. Pero lo que si me importa es mi madre. Quiero que pase sus últimos días en paz.

Emerson asintió.

—Te puedo prestar el dinero. No es necesario que me lo devuelvas Leonor — Emerson quería impedir aquello a toda costa y a como diera lugar.

—Se lo agradezco, pero no— Evelyn volvió nuevamente—. Aquí está. ¿Esto es todo?

—Si cielo, yo te llamaré personalmente mañana a la noche luego de que el ganador de la subasta firme el contrato.
Tu, como ya te expliqué, vas a pasar la noche con él en Las Vegas y no volverás a tener contacto con él nunca más, a menos que así lo quieran. Eso lo deciden ustedes, Emerson te ayudará a prepárate esa noche. Tendrán un equipo de maquillistas y estilistas con ustedes allí. Como tomas control de natalidad no es necesario hacer hincapié en ese tema. Lo demás lo veremos en su momento.

Leonor se despidió de ambas y se reunió en la recepción de la oficina de Evelyn. Parecía que iba a un velorio, Emerson sintió pena.

—Acaba de hipotecar su alma Evelyn— Emerson observaba con desprecio el contrato.

—Es lo que hay Emerson. No podemos hacer nada si ella no lo permite.

—Lo se— Emerson se levantó y tomó su bolso—. Me tengo que ir, Nova y Erza me esperan abajo— se despidió de Evelyn y salió.

Nova la esperaba con ansias, Erza le miraba el culo sin disimulo a un repartidor.

—¿Sabes que te puede denunciar por acoso visual?— le preguntó cuando estuvo cerca de ellos, Erza entrecerro los ojos mirando al repartidor que iba de salida.

—Por ese culito que den la inyección letal— Nova resopló. Emerson le golpeó el brazo.

—No seas tan imbécil, vamos que tengo hambre— Nova y Erza compartieron la mirada, Emerson estaba con hambre todo el día, todos los días.

—Yo me comería a Asher cosffler de un bocado— murmuró Erza.

—Yo me lo comí y si, el desgraciado es un plato que se debe repetir.

Sus amigos pidieron explicaciones detalladas con pelos y señales. Y Emerson, se las dio mientras tomaba su café y una porción de tarta de chocolate con crema batida.

—Erza, quería pedirte un favor...— Nova no sabía si la idea de Emerson iba a funcionar pero de perdidos al rio...

—Dime.

El acuerdo +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora