Una Peripatética Más

Capítulo 11: The first time

Lo que había dicho Marc me dejó a cuadros. Obviamente le creo pero joder Pol, eres insoportable hasta sin estar presente. Me quedé callada un tiempo más hasta que por fin me decidí a hablar.
-Estoy de él hasta el coño. Se supone que tú eres su mejor amigo, parece que no se alegra por ti y solo quiere joder.
-Ya, encima fue al primero al que le dije que estaba enamorado de ti. Si lo sé no le digo nada.
-Dejemos de hablar de Pol. Ya que tú madre está dormida, ¿podemos hacer algo?
-¿Qué me sugieres?
-Adivina.

Estaba lista, quería hacerlo y Marc era el indicado. Fuimos a su cuarto y empezamos a besarnos, él pensó que no iría a más hasta que me quité la camiseta y puse sus manos en mi cuerpo. Me estaba entregando a él pues confiaba y le quería.
-¿Segura?
-Mucho.
Eso le sirvió para emocionarse y sentirse muy seguro, empezó a desvestirse y me tumbó en la cama, llevábamos ya un rato trazando el cuerpo del otro con besos y caricias.
-¿Tienes condón?
-Si, espera.
Se levantó y cogió uno de la mesilla. Se acercó a mí y se lo puso.
-Con cuidado Marc eh.
-Si si tranquila.
Fue maravilloso, entró y no dolió casi nada. Solo era placer, estaba rodeada de una nube en la que no quería sentir nada más que placer y amor. Todo lo que sentía por Marc.
Dios, me ha encantado.
-¿Qué tal he estado?
-Maravilloso cielo, siempre lo eres y ahora más.
-Te amo, tú has estado increíble, y lo eres.

Me he quedado a dormir en casa de Marc, mis padres están cabreados, lo sé, pero ayer no le dijeron nada a Lydia cuando esta les pidió permiso para poder quedarme. Estamos camino a clase y siento que si ya estábamos unidos, esto nos había juntado más todavía.
Nos sentamos en la mesa de Marc mientras él se dedicaba a trazar mi brazo con sus dedos.
-Holaaa.
-Hola Oliver.
-Uy madre, vosotros tenéis una pinta...
-¿De qué?
-De que habéis echado un polvo polvazo.
Marc y yo asentimos, rojos como un tomate. A lo lejos Pol volvía a tener la cara agria que tenía siempre cuando nos miraba y Marc lo notó.

-Eh tío, hablemos.
-No puedo.
-No era una pregunta.
-Vale Marc, dime.
-Sé que te gusta Caria pero tío, es mi novia. Respeta.
-Respeto lo que quiero, no puedo controlar que me ponga burraco y que me guste.
-Tío, ¿no te oyes verdad? Burraco, una tía te pone burraco. Y claro el gran Pol Rubio como le pone burraco una tía no es capaz de respetarla ya no por el hecho de ser mujer si no que tampoco por ser la novia de su mejor amigo.
-Tampoco te pongas así. No es para tanto. Vale, a partir de ahora os dejaré ser felices pero entiende que me atrae. Perdón por usar burraco.
-Lo entiendo, te perdono y gracias. Seamos amigos tío.
-Si, seamos amigos.

-Buah, no os lo vais a creer. Madre mía. Estaba saliendo del baño y justo voy a Pol lavándose la cara en ese momento he salido yo y nada más me ha visto me he empotrado contra el fregadero, y pues nada ahí frote entre frote y beso entre beso nos hemos liado como nunca. Si lo llego a saber antes me lo como en el instituto y no en mi casa riesgo de que nos pille mi padre.
-Ostia tú, qué fuerte. Ya era hora que os liárais en condiciones.
-Gracias. Pero le he notado enfadado por algo, era duro y muy seco, no era como otras veces.

Marc me contó que había hablado con Pol y quedaron todo bien. Claro, ahora tenía sentido, Pol estaba enfadado por la conversación con Marc y se lío con Bruno para relajarse, que ojo, yo los shippeo, o sea Brunol forever, pero es muy feo que trate a Bruno así.