Lali también tuvo una semana agitada. Había quedado en salir a andar en bici con Bruno (esta vez, el programa lo había arreglado de antemano para no terminar de nuevo en la casa de Gastón) y sabía que era el momento de darle una respuesta.
Por supuesto, le iba a decir que sí, eso ya estaba pensado. Pero era la primera vez que se iba a poner de novia, y aunque Euge la previniera sobre todo lo que podía pasar y le aconsejara todo lo que tenía que hacer o decir, Lali no sabía cómo iba a resultar.
Por empezar, el paseo en bici estuvo bueno. Fueron a un parque que había cerca de su casa y dieron ochocientas vueltas, hasta que Bruno se cansó de ir despacio y la hizo pedalear como loca.
Según decía, él siempre iba mucho más rápido que eso, y jamás se había caído. Caerse de la bicicleta era algo que "le pasaba mucho a las chicas", según Bruno. Lali se reservó su opinión.
Compraron gaseosas, dejaron las bicis sobre el pasto, y se sentaron en un banco a descansar.
Lali sabía que el momento había llegado. Estaba dura como un poste, y no se animaba ni a mirar a Bruno.
Seguramente, él también sabía que el momento había llegado, porque tampoco hablaba.
Se produjo un silencio incómodo. Los dos se miraron y se sonrieron, para volver a apartar la vista rápidamente.
De pronto, con un movimiento brusco, Bruno giró y pasó el brazo por detrás de Lali, apoyándolo sobre el respaldo del banco, como para quedar más cerca de ella. Lali, instintivamente, se corrió un poco. Él le sonrió y ella le sonrió, pero el silencio seguía molestando.
De golpe, los dos empezaron a hablar al mismo tiempo,
y se rieron.
—Decí vos... —dijo Caro.
—No, no. Decí vos —le contestó Bruno.
—No, vos. Dale —insistió ella.
Entonces, Bruno, arrancó.
—Bueno, nada. Que te quería preguntar de lo del otro
día....
A pesar de haber estado esperando la pregunta toda la tarde, o quizá por eso mismo, Lali no entendió.
—¿Lo de Ataque? —dijo.
—No... Lo de salir juntos... ¿Lo pensaste?
A Caro le tembló la lata de Coca en la mano.
—Sí... —dijo.
—¿Y qué pensaste?...
—Está bien.
Por fin había pasado el momento. ¿Y ahora qué?
Lali miró la lata, mientras la hacía girar. Entonces Bruno, con suavidad, le apartó un mechón de pelo que le caía sobre el ojo.
Caro lo miró y Bruno, sin aviso previo, se acercó y apoyó sus labios sobre los de ella. Lali clavó las uñas en la lata de Coca y ni siquiera respiró. La había tomado completamente de sorpresa. Apartó un poco la cabeza y miró a Bruno. Él le sonrió. La sonrisa era dulce, también los ojos, también el mechón de pelo que le caía en la cara,
que no era dulce, pero era lindo. "El más lindo del mundo",
pensó Lali y también sonrió. Bruno se volvió a acercar y esta vez sí, Lali disfrutó del beso. No había sido su primer, sino su segundo beso.
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Lali dice:
Teen FictionEsta novela no es mia... Todos los créditos a su autora. Adaptación laliter