Parte I: Capítulo 3. Contención

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Nie Mingjue tenía presente que las pasiones y la ira precipitarían el mal de los Nie en su destino.

Su padre había sufrido profundamente por la muerte de su madre y había ocultado sus sentimientos con una nueva esposa. Gracias a eso tenía un hermano, pero también había perdido a su padre más rápido.Cada emoción parece ser más fuerte dentro de los cuerpos de los Nie. La ira es violenta, el amor es incondicional, la tristeza es devastadora y la felicidad es breve. Nie Mingjue intentaba contenerse, de verdad lo intentaba. Entrenaba horas interminables, se concentraba en el trabajo duro y se mantenía fiel a su código, pero siempre sentía algo dentro que cada vez crecía más.

Era el precio de un alto nivel de cultivo.

Se cuestionaba si valía la pena seguir con un linaje maldito. Su hermano evidenciaba poco interés en los entrenamientos y eso le preocupaba. Si algo le ocurría ¿quién lo protegería?Después de ver seriamente su camino, aceptó su carga y determinó que sostendría su secta hasta el final.


Pero había sentimientos que no podía controlar.

En sus primeros años como líder de la secta Nie había sido muy unido a Lan Xichen. Se decía que en el futuro seguramente serían hermanos jurados porque simplemente parecían un domador y una fiera. Cuando Lan Xichen aparecía, Nie Mingjue se calmaba. Dejaba de sentirse en peligro o a punto de explotar.


Cuanto más profundizaba en su cultivo, más complicado le era relajarse. Luego sólo pudo experimentar la calma con la presencia de su amigo. Esto se debía a que Lan Xichen lo conocía desde siempre. No lo veía como un líder, sino como su igual y estaba a su lado de la forma más sincera.

Nie Mingjue jamás imaginó que su amigo se convertiría en su rival. Luego apareció Meng Yao.

Al principio le pareció diligente y servicial. Muy digno y dedicado, pero poco a poco comenzó a ponerle más atención. Paseaba con su figura pequeña y delgada frente a él, con modales suaves y una sonrisa cálida. Despertó algo que desconocía.


Desde hacía tiempo sus ojos eran atraídos por sus movimientos y elegancia. Estaba seguro que Meng Yao notaba su interés y parecía disfrutarlo. La mente de Nie Mingjue se mantenía en el movimiento de la tela gris que cubría su cuerpo.

Aunque las prendas eran modestas y toscas, veía el contorno de sus muslos cuando se sentaba. Su espalda se mantenía recta con el apretado cinturón que llevaba alrededor de su cuerpo.Cuando se acercaba, olía su perfume distintivo y simple. No sabía si estaba en su cabello o en su piel. Le intrigaba y deseaba descubrirlo. Pensaba aflojar la tela y descubrir su cuerpo, aprisionarlo contra el piso, quería hacerlo perder las formas y hacer que su boca, siempre con una sonrisa, se abriera por placer.

Pero eso no estaba bien. Abandonarse a esas pasiones no le traería más que descontrol y desgracias.

Los consejeros y eruditos que lo habían acompañado durante su formación como líder notaron que eran demasiado cercanos, incluso Nie Huaisang lo veía ya como un hermano y debido a su informalidad así lo llamaba. Pero aunque ciertamente era un funcionario respetable, no era posible ignorar su origen y mucho menos las versiones de que era un hijo no reconocido de Jin Guangshan. Era un pasado demasiado turbio para que un respetable miembro de los Nie arriesgara su prestigio.

Meng Yao estaba consciente de que nuevamente su origen le impedía avanzar. Si la situación continuaba de esa manera no podría más que ser un amante del líder de los Nie y ahí se detendría todo. No podría aspirar a nada.

De viva voz se le pidió mantener su distancia y entonces supo que ese camino no era para él. Nie Mingjue se tornó serio y conservó las formas.Aunque no dijo nada, desde ese momento los consejeros lo señalaron como un seductor que intentaba entrar en la cama de Nie Mingjue. Luego lo compararon con su madre diciendo que pensaba ejercer su oficio y también tener un hijo de un líder de secta para asegurar su futuro.


Nie Mingjue luchó contra sus sentimientos y admitió que aquello era más bien producto de una pasión. No deseaba perjudicar a Meng Yao porque ante todo jamás había recibido una insinuación, sentía que había imaginado todo. Si sus emociones habían despertado, era por su naturaleza, él se declaraba el único culpable.

Contuvo todo nuevamente y decidió no ser un obstáculo. Cuando su hermano se fue al Receso entre las nubes, delegó muchas labores a Meng Yao para no tenerlo cerca. Jamás pensó que hacerlo su emisario lo uniría a Lan Xichen.

Notó sus miradas, las sonrisas y la complicidad.

De nuevo los sentimientos lo estaban ahogando. Los celos y el enojo. ¿Por qué Lan Xichen y él no?

Por un momento creyó que todo el mundo a su alrededor había tenido razón. Meng Yao sólo buscaba un mejor lugar en el cual posicionarse. Luego lo encontró con las manos ensangrentadas y lo expulsó de la secta.

Luego de la traición de Meng Yao decidió sacarlo de su corazón, pero no podía ser directo con Xichen y decirle lo que había ocurrido. Podía advertirle, pero no era honorable hablar de otro a sus espaldas, mucho menos cuando esa persona te había salvado la vida.

Después de unos días se arrepintió de haberlo echado. Por un momento pensó que se había equivocado sobre sus sentimientos, pero era muy tarde. No le quedó más opción que mantener la postura y esperar encontrarlo en otro momento. Hasta ahora estaban a mano.El comienzo de una guerra dejó atrás las circunstancias amorosas. La felicidad de ver a su hermano sano y salvo fue mayor (incluso si eso significaba tener más dolores de cabeza por su necedad).

El ataque al Muelle del loto fue un detonante. No sólo era una secta querida por Nie Huaisang porque sus amigos eran parte de ella, los Wen habían masacrado a la familia y se había convertido en una cuestión de honor. Por primera vez los Jin se unieron a la causa, con sus reservas.

Nie Huaisang observaba a su hermano. Vio sus cambios de humor, las miradas hacia Meng Yao y lo doloroso que había sido para él verlo irse herido del Reino impuro. No podía negar que le tenía cariño a Meng Yao, incluso corrió a tratar de despedirse, pero secretamente se alegraba. En medio de su preocupación por los demás, agradeció estar a su lado.


Mientras tanto, los hijos de la familia Jiang estaban perdidos.

Los lotos de GusuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora