Parte II: Capítulo 11. Viento de otoño

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Jiang Cheng caminó con prisa por los pasillos

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Jiang Cheng caminó con prisa por los pasillos. Pensó volver a la fiesta para despedir a los novios y presenciar el último brindis. Sin embargo, no tenía cara para ver a nadie.

Se movía rápido, llevado por la costumbre del camino que recorría cuando se quedaba en Lanling.

¿Qué había hecho?, incluso sus sentidos se habían despertado después de ese beso. Apretó los puños enojado consigo mismo. A la primera oportunidad se dejó llevar por sus sentimientos. Lo peor era que ahora sabía que sus sentimientos seguían ahí y Lan Xichen también lo sabía.

Había arruinado todo. Ahora ni siquiera podría compartir un té con él.

Alrededor había ruido, música y se escuchaban a lo lejos las explosiones de los fuegos artificiales que se lanzaban en honor a la pareja.

"No te rechazó ". Esta idea lo golpeó y lo hizo detenerse y apoyarse contra la pared. Tenía demasiado en qué pensar. La vergüenza le quemaba el pecho, la emoción no le permitía concentrarse en nada y el miedo lo había hecho huir. Por desgracia Jiang Cheng estaba convencido de que nada bueno podría ocurrirle en el amor.

Detrás de él se escucharon unos pasos, imaginó que sería alguno de los sirvientes o de los invitados a la boda. Volteó pensando que alguien lo había visto en su momento crítico.

Lan Xichen caminaba a zancadas hasta que lo alcanzó con la mirada. Bajó la velocidad y sus ojos volvieron a encontrarse. Su respiración mostraba que estaba alterado y que había caminado más rápido que nunca.

—Jiang Wanyin —Lan Xichen llamó.

Jiang Cheng lo vio acercarse, ya sentía los pies clavados al suelo. Si iba a mostrarse ofendido o a insultarlo, sería mejor que lo hiciera ya.

Su voz era firme pero no llegaba a un grito. Lan Xichen se sentía limitado. No podía gritar para llamar su atención ni correr para alcanzarlo. ¿Lo habría escuchado?

Se encontraron frente a frente de nuevo.

Lan Xichen se acercó sin saber cómo explicarse. Jiang Cheng decidió retroceder al ver que sólo lo miraba y definitivamente no sonreía.

—Ze Wu-Jun —hizo una reverencia como disculpa pensando que eso quería.

—Por favor, no hagas eso.

Lan Xichen tomó sus brazos y lo hizo romper la reverencia. Jiang Cheng tenía un gesto molesto. Temía que usara la misma condescendencia con la que lo había rechazado años atrás. Separó sus manos y levantó la cara.

Lan Xichen dio un paso hacia adelante. Jiang Cheng dio uno hacia atrás y se topó con la pared sin posibilidad de irse.

—¿Podría hacerlo de nuevo? —dijo mirando a sus labios eliminando cualquier duda sobre qué quería hacer.

¿Lan Xichen estaba jugando? Era probable que no hubiera besado a nadie nunca y que por eso deseara repetirlo.

—¿Por qué preguntas eso?

Los lotos de GusuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora