El sol y la muerte

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Ella puso el arma en su boca con lágrimas.

Él, desesperado y con su respiración agitada llegó a la puerta que los dividia.

El Sol observó con cierto desinterés mientras la muerte melancólico abrió la puerta.

Él se reunió con ella dándose un gran abrazo con lágrimas en sus ojos hinchados.

El Sol miro a la muerte con reproche mientras este se iba del baño rumbo al pasillo del hotel.

Aveces la muerte tenía compasión, aveces.

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