Miedo

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- No puedo creer que no tengas miedo de ir a tu casa a esta hora - dijo el joven mientras tomaba la mano de su novia.

Ella sólo sonrío mientras se adentran al callejón oscuro que sólo era iluminado por la luna llena.

- ¿Crees que alguien puede hacerme daño? - la joven preguntó con inocencia sin percatarse de que su novio la miraba con unos hermosos ojos amarillos.

Cuentos espantosos para adultos caprichososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora