La majestuosa molestia

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Él sintió una intensa comezón en su espalda.

Se rascaba su pequeña espalda al punto de tenerla roja y llena de rasguños.

Los días pasaron y la comezón empeoraba.

Hasta esa noche donde luego de su cumpleaños número quince golpeado e insultado por sus padres subió a su recámara.

La navaja descansaba en la pulcra cama, la luna la alumbraba llamándolo a él.

Cuanto más se acercaba a ella su comezón empeoraba más y más.

Cuando finalmente la tomó la comezón se torno un picudo dolor en su espalda, con navaja en mano fue al baño y quitándose su camisa blanca manchada se volteó para ver su espalda.

De la impresión soltó la navaja, plumas, plumas negras había en su espalda.

En cuanto la navaja tocó el marmolado suelo, alas negras emplumadas y majestuosas se dieron pasó en la espalda de él.

Se paró derecho frente al espejo, observando sus alas recién nacidas.

Tomó la navaja del suelo y se dirigió a donde estaban las voces de sus padres.

El ángel de la venganza había nacido.

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