Prohibiciónes

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De niño se me prohibió llorar, decían que era de maricónes como si fuese esa una mala palabra.

Pasaron los años y me prohibieron sentir dolor, que si uno no se lo aguantaba era un maricón como si eso fuera algo malo.

Pasaron los años y me prohibieron expresarme, porque yo era muy niño como para saber lo que me gustaba.

Pasaron los años y ahora veo a mi familia gritar de dolor.

Deje el tanque vacío de gasolina en el piso y con sus gritos de fondo sólo les dije  - No griten que eso es de rectos.

Cuentos espantosos para adultos caprichososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora