Capitulo 2

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Había sido la entrevista más intensa que yo jamás hice. Su mirada penetrante estuvo ahí durante todo el rato, me daba pavor mirarle a los ojos, es como si a través de esos ojos pudiese ver mi alma.

En si él era intimidante, intenso, y porqué no decirlo muy atractivo, sus ojos verdes hacían enloquecer a cualquier persona, la intensidad de ellos era inexplicable.

Salí de esa entrevista enloquecida por completo. Habíamos quedado en que ya me llamarían en esta semana para saber si me habían elegido o no. Esperemos que lo hayan hecho, porqué necesito ese trabajo como si de vivir se tratase.

Cuando llego a casa, mi novio ya había desaparecido, me deshago de toda la ropa y me meto en la ducha, estábamos en pleno verano y hacía calor.

Deje que el agua templada masajeara mis músculos tensados, cerré los ojos para relajarme, pero en mi mente aparecieron unos ojos verdes intensos que me erizaron la piel, abrí los ojos de golpe.

no puede ser...

Salgo de la ducha y me pongo ropa cómoda, no tengo nada más que hacer, solo esperar a que me llamen.

No sé cuándo me quedo dormida, pero me despierto por una fuerte vibración, medio desorientada palmeo la mesa para intentar coger el móvil, pero caigo al suelo y en ese momento finaliza la vibración. Si es importante ya volverán a llamar, a no ser...dios no podía ser... miré el numero que me había llamado, y era demasiado largo para ser una normal.

mierda...

Me sobresalto por la inesperada vibración de mi móvil, cojo de inmediato la llamada.

-¿Si?.- pregunto dubitativamente

-¿Señorita Esposito?- pregunta una voz gruesa y potente, puedo adivinar de quien se trata en el momento en que se me eriza la piel.

Carraspeo sacando mis pensamientos de mi cabeza.

-Si soy yo.- digo inquietamente

-Perfecto, le llamo para decirle que mañana la quiero aquí a las ocho y media, un placer.

-Gracias señor Lanzani.- pero él ya había cortado la llamada.

La llamada más corta que he tenido, pero lo suficiente para que mi corazón hubiese dado un brinco, y lo peor de todo, es que no lo entendía...

Llamé a Cande para decirle que me habían dado el trabajo, y como era de esperar se puso a chillar y como la conozco a saltar por toda la casa, le dije que no le dijese nada a Santi, no quería que se enterase, si se llegase a enterar me obligaría a dejarlo, y quiero valorarme por mi misma.

Ya era tarde, así que decidí prepararlo todo para el día siguiente.

Llegó el día siguiente, y decir que me levanté feliz y emocionada, sería una media mentira, es verdad que estaba emocionada, pero feliz no, no me gustaba madrugar, eran las seis y media de la mañana, y yo tenía un sueño que me moría, no había casi pegado ojo porqué estaba nerviosa, peor, estaba aterrada.

Volver a encontrarme a la persona que hace mi corazón lata a frecuencias indescriptibles...me negaba a que eso fuese verdad. Tenía a un novio que me quería, me trataba bien y me sentía cómoda estando a su lado, pero tenía que entrar en mi mente el ojiverde más frío y intimidante que jamás conocí.

maldito seas Juan Pedro Lanzani...

Son las siete y media cuando salgo de casa, me pilla bastante lejos de donde vivo. No tengo coche propio, por lo tanto tengo que coger transporte público.

Tardo cuarenta y cinco minutos en llegar, llego un cuarto de hora antes, y me atiende la misma secretaria con cara de amargada que se cree superior a nadie. Al subir a la planta, me encuentro con la secretaria que mejor me trató. Esta me indica lo que tengo hacer. Me dice que al jefe le gusta un café solo y con azúcar, que siempre que este él en el despacho pique antes de entrar, no le gustan las impuntualidades...y así muchas cosas más que me iba explicando. También me comentó que hoy el jefe tenía una reunión a las diez de la mañana.

Me dirige a mi despacho, y me sorprendo al ver lo pequeño y acogedor que es, consiste en una mesa de oficina, un ordenador, una silla y unos cuantos cajones, todo tiene como un toque rústico, y eso es lo que le hace ser acogedor.

Le doy las gracias a Martha, la recepcionista del último piso y la que me ha ayudado. Me siento en mi despacho, para preparar mi primera semana, cuando se escucha un leve pitido, pongo toda mi atención, y me paralizo cuando unos ojos verdes intensos se posan en mi.

-Buenos días Señorita Esposito, bienvenida.- dice con una sonrisa que hace que se me estremezca todo

-Buenos días Señor Lanzani, gracias.- le devuelvo la sonrisa, aparentando estar tranquila.

Se encierra en su despacho, y yo enseguida voy a prepararle el café. Una vez echo me dirijo a su despacho, suena un leve ''adelante'' y entro con paso firme.

-Aquí le traigo su café señor.- le informo. Se me queda por un rato, que para mi me parece una eternidad, mirándome. Un leve carraspeo hace que yo también vuelva a la realidad.

-Gracias Señorita Esposito.

-Señor tiene una reunión hoy a las diez con el Señor Davis.

Hace un leve asentimiento, y era una señal para salir de su despacho.

El día pasa de lo más aburrido, me fui a desayunar a las once de la mañana, y ahí conocí a más personas, entre ellas estaba mi amiga Cande.

Todos eran bastante divertidos, a excepción de Samantha, la recepcionista que me miró mal y lo sigue haciendo. Iba amargada por la vida esa chica, y solo tendría unos veinticinco años.

*🔞*
Volví un cuarto de hora antes de lo previsto, y por mi mala suerte, empiezo a escuchar gemidos y gruñidos.

No podía ser...

¿Sabéis el típico cliché de encontrar a tu jefe teniendo sexo con alguien en su despacho? Bueno pues a mi me estaba pasando justo ahora, y lo peor de todo es que no sabía como actuar...

Me estaba dando la vuelta sigilosamente para irme, justo en el momento en el que escuche una puerta abrirse, y sabía perfectamente que era del despacho del señor Lanzani. En ese momento quería desaparecer de la faz de la tierra.

Una voz profunda me llama y yo me doy la vuelta. Encontrándome con esos ojos verdes hechizadores.

La sorpresa es mayor cuando viene solo, miro detrás suyo por si encuentro a alguna mujer detrás de él, pero no hay nadie, lleva su traje completamente pulido que le hace ver como un adonis.

No puede ser...

He pillado a mi jefe masturbándose.

Qué  vergüenza...

***

Uy que situación mas embarazosa, ¿Qué creen que dirá Peter?, ojala les este gustando, no se olviden de comentar y dejar su voto para saber si les esta gustando, besitos 💕

PedroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora