Capitulo 25

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Ya todo había acabado, ya no había más mafia en mi vida, ni matones que me persiguieran ni tener que estar huyendo constantemente, ni querer morir a cada minuto para que todo eso acabase. Por fin podía conseguir la paz que tanto ansié desde hace años.

Estábamos en casa de sus abuelos, dónde todo empezó, dónde realmente pude ver todas las sombras, todas las heridas, tanto internas como externas, pude ver como realmente era Peter y la forma en la que caí locamente enamorada de él.

También me enamore de sus demonios, no lo iba a dejar solo frente a ellos, los superaríamos juntos. Al igual que estaba lleno de demonios, Peter era un ser de luz, tenía más luces que sombras, y eso fue lo que realmente hizo que me enamorase de él, con sus luces me deslumbró por completo, y yo como una pequeña luciérnaga atraída por la luz caí por completo.

Estábamos los dos en la cama, yo me encontraba realmente mal, y Peter simplemente por acompañarme, estábamos mirando la televisión, sin prestar mucho atención ya que estábamos hablando de nuestras cosas, y algún que otro beso caía dejándome con una cara de tonta frente a él, a lo que Peter se reía.

-¿Peter, te puedo hacer una pregunta?.- le miro inquisitivamente

-Ya me has hecho una.- me dice para burlarse, a lo que yo ruedo los ojos.

-¿Algún día quieres ser padre?.- le pregunto con toda la inocencia del mundo. Me gustaría tener hijos algún día con él, creo que saldrían bastante guapos con su genética 

-Si, claro que me gustaría, tendré miedo obviamente, no he tenido nunca una referencia paterna ni materna, y quizá no sepa como criar a un hijo, pero teniéndote a ti a mi lado sé que nos ayudaremos mutuamente.

No había duda alguna de que este hombre estaba hecho para mí, mi otra mitad, mi hogar. Unas pequeñas lágrimas cayeron por mis mejillas un tanto sonrojadas por la fiebre que empezaba a subir.

-eey! cariño ¿Por qué lloras?.- me pregunta Peter quitándome las pequeñas lágrimas de mi cara. Yo simplemente me encojo de hombros sin saber que decir, no se ni porqué estoy llorando.- ¿Tienes algo que contarme, preciosa?.- me pregunta inquisitivamente y con un brillo en sus ojos.

-No que yo sepa cariño, no te hagas ilusiones, solamente estoy así por la fiebre que me está subiendo otra vez, me noto las mejillas y la frente muy caliente.- le digo contándome la frente y las mejillas.  

-Eso es porque estoy muy cerca de ti.- me dice con una sonrisa traviesa.

-Anda no seas idiota.- le suelto y me empiezo a reír.

-Ahora vengo vale, voy a ponerte toallas con agua fría en la frente para que te disminuya la fiebre, y si vemos que no funciona nos vamos a la ducha.- me dice y me planta un beso en la frente. Yo le contesto con un gruñido porque ahora mismo ni fuerzas tengo para contestarle.

Me acomodo un poco en la cama, poniendo mi brazo bajo la almohada y la cabeza sobre ella, y pierdo totalmente la noción del tiempo.

No sé cuando me despierto, ni qué hora es ni nada, estoy bastante desorientada ahora mismo, lo único que sé es que la fiebre ha desaparecido y que Peter no esta en la habitación. La verdad es que me levantaría, pero sinceramente no tengo nada de fuerza y me caería al suelo.

A los pocos minutos de haberme despertado aparece Peter con una bol lleno de sopa por una parte y otro bol lleno de frutas-

-Ciao bella, tienes que comer cariño, te he hecho poca cosa porque se que no querías comer, pero por lo menos esto cómelo por favor.- me dice haciendo un puchero.

Me incorporo un poco para poder comer, y Pedro se pone a mi lado intentado ayudar, pero más que ayudar se pone a observar como me como la comida. Creo que nunca me acostumbraré a cómo me mira, siempre tendré las mismas sensaciones que tuve las primeras veces que realmente lo empecé a ver con otros ojos.

Acabo de comer todo lo que me ha traído Peter, le doy un beso en la mejilla y me acomodo con él en la cama para seguir viendo la tele.

-Cara, ahora te quiero yo hacer una pregunta, puedo?- me pregunta, y yo asiento mirándole a los ojos.-¿Te casarías conmigo?

-Pero cariño sí tú y yo ya estamos casados.

- Ya sabes a lo que me refiero, a una boda de verdad, a verte con vestido de novia y que cuando te vayas acercando poco a poco, a mi me de un paro cardíaco, a decir los votos delante de nuestras familias y amigos, a que sepa todo el mundo lo mucho que te quiero, lo mucho que te amo y lo mucho que te amaré.

Sin decirle nada lo beso, me da igual si le engancho el resfriado o no, pero tenía muchas ganas de besarlo, es la segunda vez que me hace llorar en un día y no es para nada normal. Nos besamos durante un largo rato, transmitiéndonos todos los sentimientos que tenemos el uno por el otro. Nos separamos por falta de aire y porqué mi resfriado no me daba para poder aguantar más.

-Entonces...eso es un ¿Si?.- me pregunta emocionado y con una sonrisa de oreja a oreja.

-Sí, sí, sí y mil veces si, te escogería siempre a ti cariño, siempre serás tú, así que sí, obvio que me quiero casar contigo, a tu abuelo le va a dar un paro cardíaco cuando se enteré de que todo lo nuestro era mentira.

-De cierta forma tanto tú como yo sabemos que eso no es cierto, me cautivaste desde el primer momento, y lo de mi abuelo fue la excusa perfecta para poder pasar mas tiempo contigo, y hacer que este monstruo pudiese sentir amor y que tu te enamorases de él, si no creo que estaría perdido ahora mismo, sin haber podido disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, aunque me tuviesen que secuestrar otra vez, volvería a pasar todo eso, si ahora estamos como estamos. Siempre vas a ser tu Lali, siempre, que no te quepa la menor duda. Ti amo, Mariana.

-Mi único propósito en esta vida es hacer que nunca dejes de mirarme de la forma en la que lo haces, porqué yo te miro igual. Al igual que tú, siempre vas a ser tú, Peter, mi gran pero pequeño hombre, si te tengo que rescatar mil veces lo haría sin pensarlo. Ti amo per sempre, Pedro.

Y nos fundimos otra vez en un beso donde todos los miedos, todas las inquietudes, todos los temores, desaparecen y empezamos realmente a vivir, dejando paso a la vida, al amor y a la luz. Nunca creí en el amor, es más siempre decía que eso no existía y que solo era por pura convivencia que las personas están juntas...que equivocada estaba, me enamoré locamente de mi jefe y lo volvería a hacer mil veces más si la persona que me espera cada noche en la cama es Peter.

Fin

Último capítulo!!! Más ratito les subo el epílogo, feliz muy feliz por terminar una historia más en mi cumpleaños, una historia que tuvo mucho apoyo de ustedes, besitos.❤️

PedroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora