Capitulo 18

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Lali PDV

Me desperté al día siguiente con el mejor de los despertares, tenía a mi lado a Peter mirándome intensamente con esos ojazos que tanto me cautivaban.

-Buongiorno, preciosa.- me dice con una esplendida sonrisa

-Buenos días, guapo.- le digo estirándome.

- Ya sé que soy guapo incluso por las mañanas, pero no hace falta decírmelo.- me dice riéndose

-Agh...cállate.- le digo dándole un codazo amistoso.

Él empieza a hacerme cosquillas, y es lo peor que me podían haber hecho en la vida, no soporto las cosquillas por nada del mundo, cada vez que me hacen cosquillas me empiezo a retorcer como si fuese una morsa.

Me suelto como puedo de sus brazos, y me pongo en posición para hacerle yo cosquillas a él, no sabía si tendría o no pero muy pronto lo sabría.

-No, por favor...- suplica Peter. Así que sí que tiene, esta es la mía.

Le pongo una sonrisa maliciosa y empiezo a hacerle cosquillas, veo como se empieza a retorcer debajo de mi, y empieza a reírse como un loco, y a mi se me hincha el corazón de escuchar su risa tan bonita.

Los dos hemos sufrido ya bastante como para no volver a reír nunca más, la vida esta llena de placeres como para vivir lamentándonos del pasado.

***

-Cariño tengo que hablar contigo.- me dice Peter mientras sale de la ducha.

Esas palabras no me gustan nada, siempre implican algo malo, y creo que no será la excepción.

-¿Qué pasa?.- le pregunto asustada.

-Tengo que regresar a Seattle, se ve que ha habido un problema con alguno de los servidores, y requieren mi presencia ahí, además, he abandonado demasiado la empresa, y quiero darle un repaso haber como esta a día de hoy. Tú te vas a quedar aquí, es muy seguro esto, y no quiero que te pase nada.

-Pero yo quiero ir contigo, no quiero que vayas solo, ¿y si te pasa algo?- digo entre enfadada y asustada. La idea de que se fuese solo a la otra punta no me agradaba para nada.

-No, no vas a venir conmigo, te quedarás aquí y no hay más que hablar.- dice imponiéndose. Y yo me enfado.- No te enfades cariño, no quiero que te pase nada, de verdad, si te pasase algo me moriría, y no estoy exagerando.

Se acerca a mi, me coge de las dos mejillas y me besa con dulzura, como si me fuese a romper de un solo toque.

-Dale no te enfades conmigo por favor, lo hago por tu bien.- sigue manteniendo sus manos en mis mejillas, apretándomelas ligeramente.

-De acuerdo, pero quiero que me llames todos los días, y cualquier cosa que pase me llamas al segundo, te has enterado Señor Lanzani?.- le digo alzando el dedo índice hasta su pecho en tono de advertencia

-Si, Señorita Esposito.- dice con una sonrisa, y me vuelve a besar.

Aprovechamos todo el tiempo que nos queda para estar juntos, en estos momentos deseo que se detenga el tiempo y que no se tenga que marchar, estoy realmente asustada, no sé que puede haber en la otra punta del océano, sé que mi padre sigue vigilándome, pero de verdad si algo le pasa a Peter lo lamentara y mucho, y me va a dar igual que sea mi padre.

Estamos de camino al aeropuerto, en su coche, uno al lado del otro y cogidos de la mano, es como si ninguno de los dos quisiese soltar al otro. Como si no nos quisiésemos despedir, y estemos atrasando lo inevitable, que es la despedida.

Sinceramente odio las despedidas, son algo muy triste y a la vez muy doloroso. Aún recuerdo cuando tuve que despedirme de mi madre, fue algo horrible que tuve que hacer. Sus últimos meses se los paso postrada a una cama, y yo me veía impotente de no poder hacer nada, y de ver como poco a poco se estaba consumiendo.

Aún me acuerdo, cuando me llamo mi madre, y me dijo que le faltaba nada para irse, las palabras más difíciles que yo he tenido que escuchar de toda mi vida, compartimos nuestra última conversación, hablamos de todo, pasa que ninguna de las dos se esperaba en que se iba a convertir mi padre.

Al día siguiente, me levanté para darle los buenos días como hacía siempre, y me encontré a mi madre muerta. Me pasé el día llorando, me fui de casa, no quería que nadie me viese llorar, odio que la gente me vea llorar, se piensan que cuando lloras es signo de debilidad, yo también pienso eso, pero siempre es bueno sacarlo todo. Las siguientes semanas fueron un tormento, no quería comer, y a penas comía, su muerte me había afectado demasiado, y era normal, una de las personas más importantes de mi vida me había dejado, y ya no la tendría para darme consejos, o simplemente para tenerla a mi lado cuando algo malo me pase.

Acabamos de llegar al aeropuerto, él se va a ir con su avión privado, tal y como vinimos hacía aquí.

-Te voy a echar mucho de menos.- me dice, me da un beso en la frente y me abraza.

-Y yo también...no quiero que te vayas.- le susurro con voz entrecortada en el oido

Se separa de mi, me seca un par de lágrimas que se habían deslizado por mis mejillas sin permiso, y acto seguido me besa delicadamente, como si quisiera guardar este beso por el resto de su vida.

-Te lo digo muy enserio Pedro, quiero que me llames cada día, si hay un día que no recibo una llamada tuya, te cortaré las pelotas, estas avisado.- le digo dándole un leve bofetón en su pecho.

-Si cara, lo tengo muy asumido, en una semana nos vemos de acuerdo?- asiento y me da un leve beso.- ciao bella, sei il migliore che ho.- me da un beso en la frente.

-¿Qué has dicho?.- le pregunto confusa, me da mucha rabia que hable en italiano, porque no lo entiendo, tendré que tomar clases de italiano, o que me enseñen sus abuelos.

-Que adiós, y que nos vemos de vuelta.- me da una leve sonrisa, y me da un beso por última vez.

Se que lo voy a echar mucho de menos, y que en momentos como estos te das cuenta de que te has acostumbrado a su presencia, y que solo quieres que pase esta semana para volver a estar a su lado otra vez.

***

*Ciao bella, sei il migliore che ho --> Adiós preciosa, eres lo mejor que tengo

Nuevo nuevo capituloooo, me tarde un poco pero es que estaba aprovechando mis vacaciones jeje, bueno espero les guste dejenme sus votos y opiniones en comentarios. besitos



PedroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora