Peter hacía tres días que se había ido, y como habíamos acordado nos llamábamos cada día, nos explicábamos lo que hacíamos durante el día cada uno, mayormente yo no hacía nada, solo estar con sus abuelos, estar con mi hermano, y recordar viejos momentos con él, no todo en nuestra vida fue malo, e intentamos quedarnos con lo bueno, él en cambio, estaba muy estresado, aún no se había solucionado el problema de los servidores, y eso solo hacía más que retrasar el trabajo en su empresa, y estaba cabreado con medio mundo.
Pobres sus trabajadores
Estos días sin él me había dado cuenta de una cosa, lo echaba muchísimo de menos, me había acostumbrado a dormir a su lado, al notar su calor mientras me abrazaba y yo me quedaba dormida entre sus brazos, y al día siguiente levantarme con su presencia al lado y sus leves caricias, porque no sé como se lo hacía, pero siempre era él el que se acababa despertando antes... bueno si se porque, a mi no hay ni dios que me levante por las mañanas.
Me había pasado los días con los abuelos hablando de cosas triviales, me habían explicado que al nonno le habían detectado leucemia, y que si es cierto que se lo habían detectado a tiempo, había empezado ya con las quimioterapias, pero al tener ya una edad no sabían las probabilidades de sobrevivir de él.
Todo y con eso, siempre se mostraba con una sonrisa en la cara, siempre estaba dispuesto a ayudarte, o a hacer que sonrías, es una persona alegre y a la vez te alegra los días con su espíritu de querer vivir cada día.
Hoy a mi hermano los abuelos de Peter le habían dado un día de descanso, así que nos lo tomamos para ponernos al día el uno del otro, nos contamos lo que habíamos hecho durante este tiempo que no nos habíamos visto.
Decidimos salir fuera, estar tanto tiempo en la casa de los abuelos me estaba empezando a agobiar, avisamos primero a los abuelos, y nos dijeron que fuésemos con cuidado, y que a la mínima que viésemos cualquier cosa rara nos viniésemos directamente para casa.
Debido a las circunstancias, no pude visitar Nápoles, por lo tanto lo fui a visitar con mi hermano. Lo primero que vimos fue la catedral de Nápoles, era preciosa, mira que yo no soy mucho de entrar a catedrales ni iglesias, pero por el amor de dios, era preciosa.
A parte de ir a la catedral, también pasamos por Spaccanapoli, que es la calle más importante de Nápoles, entre otros muchos más sitios.
Estaba cansada de caminar tanto, así que decidimos sentarnos a tomarnos algo. Menudo show formamos, imaginaros dos estadounidenses pidiendo algo para tomar en italiano, menos mal que Agus sabía algo, lo básico, pero tampoco mucho, pues os podéis imaginar como fue todo, yo riéndome, mi hermano también riéndose, pero menos mal que quien nos atendió tenía una paciencia de dios, y entendía que no hablábamos su idioma.
Nos estábamos yendo cuando a Agus se le cambia la cara y se pone blanco. Yo me lo quedo mirando sin entender que estaba pasando.
-Hay que salir de aquí enseguida, nos están siguiendo.- dice en un susurro
Y ahí mi mundo otra vez se vuelve a caer en pedazos, sé muy bien quien nos esta siguiendo, son los hombres de mi padre, él no lo es, no tendría los suficientes huevos como para venir aquí, siempre necesita alguien para que le hiciesen el trabajo, el no se iba a manchar las manos de sangre por nada del mundo.
-No podemos ir a casa de los abuelos, si les pasase algo no me lo perdonaría en la vida.- digo mientras los dos empezamos a correr como si nuestra vida dependiese de ello, bueno en verdad nuestra vida dependía de si corríamos o no.
Agus asiente y empezamos a correr en dirección contraria a la casa, no teníamos ni idea de donde estábamos yendo, no conocía nada de nada, solo iba siguiendo a Agus que iba unos metros delante de mi, y de vez en cuando se iba girando para ver si lo estaba siguiendo o no.
Llegamos a un lugar oscuro, más bien un callejón, todo lleno de basuras, y donde prácticamente ni se nos veía, no pusimos en una esquina, donde con las cajas nos íbamos tapando, para escondernos
Escuchamos como unos cuantos pasos que iban corriendo pasan de largo, nos quedamos ahí unos cuantos minutos más. Intentaba calmarme, hacer que mi corazón no fuese tan deprisa, y que todo mi cuerpo dejara de temblar como si de una gelatina se tratase. Me iba el pulso a mil, y estaba haciendo un gran esfuerzo en poder regular mi respiración.
-¿Estás bien?.- pregunta mi hermano preocupado
-Sí, si, no te preocupes.- digo con voz ahogada.
Hicimos un último esfuerzo, y empezamos a correr hacía casa de los abuelos de Peter, solo esperaba que no nos hayan visto, o si no, la casa de ellos no sería para nada segura.
Llegamos a su casa, con la cara llena de sudor, muriéndonos del cansancio que llevábamos y necesitados de un vaso de agua.
-¿Qué os ha pasado?.- pregunta la nonna en cuanto nos ve entrar por la puerta.
-Nos han perseguido, y hemos tenido que correr en dirección contraria para que no supieran donde vivís, y luego volver corriendo.- explica Agus.
-De verdad chicos que os lo agradezco, pero no hacía falta, esto es como una fortaleza, no podrían entrar ni aunque lo quisiesen, pero de verdad que os agradezco el gesto.
Agus se va a su casa, y yo subo a mi habitación, me ducho para quitarme la mala olor y el sudor, y para quedarme más tranquila y relajada. Una vez que he acabado, me pongo el pijama, y reviso el móvil.
Que raro, Peter no me ha llamado en todo el día y ni un mensaje me ha enviado
Me empiezo a poner nerviosa, algo le ha pasado, estoy segurísima de ello, prometimos llamarnos cada día, y hasta día de hoy que lo hemos cumplido. Le intento llamar, pero me salta el buzón de voz.
Bajo las escaleras, y me encuentro con la nonna que esta de un lado al otro caminando y con la vista fija en el suelo.
- Peter no me responde al teléfono, y no me ha llamado ni me ha enviado ningún mensaje, y sé que algo malo le ha pasado.- le comento desesperada.
-Cara, ven siéntate, lo que te voy a decir no es fácil, pero estoy segura de que podremos con ello.- me intenta calmar.
Yo me espero lo peor de todo, sé lo que posiblemente ha pasado, pero no puede haber pasado, no a él, si todo es mi culpa porque ha tenido que ser él.
-Han secuestrado a Peter
Y ahí mi mundo se vuelve a caer por segunda vez en el día.
Chan chan chan!! ¿Que hara Lali después de enterarse del secuestro de Peter? Espero que les guste el capítulo, nos vemos en el siguiente. Déjenme sus comentarios y sus votos, besitos ❤️
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Pedro
RomanceMariana "Lali" Esposito, una chica de veintiún años, alegre, risueña, amable... esta en su ultimo año estudiando secretariado ejecutivo. Su amiga le consigue un trabajo de secretaria en una de las empresas mas prestigiosas y reconocidas a nivel mund...