Destruyendo lazos

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Capítulo 17.
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Frustración.
Eso era todo lo que podía sentir al pensar en mi actitud estos últimos meses, con el que ahora consideraba mi mejor amigo. Era increíble que yo me quejara de lo estúpido que había sido Harry por no darse cuenta de mis sentimientos por él por más de tres años seguidos; bien, ahora yo era la idiota por no ver lo obvio que había sido el amor que me profesaba Draco Malfoy.
Después de todo nadie suele arriesgar su vida por cualquiera; nadie es capaz de estar ahí siempre para una persona a pesar de las dificultades; no sueles ser tan buen amigo a menos que quieras algo más.
Tal vez esos pensamientos suelen ser demasiado interesados, pero es la verdad. No niego que puedas ser buen amigo, apoyar a las personas y escuchar sin tener intenciones oscuras; pero cuando hacer sonreír a alguien se vuelve tu objetivo, siempre molestas a una persona en particular y no deseas hacer otra cosa sino estar a su lado todo el día, puedes estar seguro de que estas enamorado.
Bien, eso era lo que había hecho Malfoy por mi estos últimos meses; me había escuchado y limpiado mis lágrimas cada día, conseguía hacerme reír con sus comentarios arrogantes y estaba dispuesto a arriesgar su vida sin ningún tipo de duda.
Tal vez no era tan cobarde cómo yo creía.
Ahí estaba él respondiéndole a Lord Voldemort con altivez, mirándolo con desafío y enfrentando fielmente sus sentimientos; sentimientos que yo hasta ahora desconocía. De acuerdo, para ser sincera una parte de mí me decía que para el rubio era más que una amiga, pero es claro que mi cerebro declaraba irracional ese pensamiento. Era imposible cuando ambos habíamos sido enemigos declarados desde primer año.
Aunque la idea de una relación no me desagradaba.
-¿Cómo así que la amas? - me había perdido tanto en mis pensamientos que me había olvidado por completo de la situación que estábamos viviendo en este momento. Su confesión me había dirigido a mi propio mundo, y no recordaba que estaba en frente de un Tom torturando a Draco. El rubio aún estaba tumbado en el suelo y con la varita de Voldemort apuntándole hacia la yugular.
-Pues la amo ¿sí? No recuerdo cuándo deje de verla cómo una simple amiga y comencé a sentir algo más por ella. No tengo presente el primer momento en el que su sola presencia hacia latir mi corazón rápidamente y desde cuándo empecé a transpirar por su cercanía. Sólo sé que es demasiado hermosa para ser real y bueno, un Malfoy siempre merece lo mejor; además es obvio que ella también cayó en mis encantos- terminó el discurso mientas intentaba levantarse y miraba fijamente a su victimario.
Pero qué idiota.
No pude evitar sonreír cómo estúpida ante la primera parte de lo que podríamos llamarle su confesión; pero al final la había arruinado con su arrogancia cómo siempre, así que termine frunciendo el ceño y mirándolo incrédula.
¿Quién diablos se creía que era para afirmar semejante ridiculez?
-No seas imbécil Draco, el amor te hace débil. Tú padre lo sabia cuándo se entregó a mi poder a cambio de proteger a su esposa, tu mamá lo sabía cuándo te convertiste en mortífago y yo mismo siempre lo supe- expreso mirándome con rabia acumulada.
No esperará que crea que me quiere, o algo parecido. Es obvio que este hombre sólo puede expresar odio por dónde pasa y jamás ha amado a nadie. Sólo eso explicaría sus ansias de poder y sus acciones sin escrúpulos.
Pero por una parte sentía, que esa mirada no estaba dirigida a mi específicamente.
No sabría cómo explicarla, pero era una mezcla de rencor, anhelo, frustración y ¿amor? Sólo pensarlo consiguió que me estremeciera con miedo y asco. Termine dando dos pasos hacia atrás llena de pavor y me recosté contra el árbol en el que Draco me había besado hace algunos minutos.
Tal vez había sido demasiado obvia, porque Voldemort cambio por completo su expresión y me miro asustado.
Pareciera que hubiera descubierto su más grande secreto.
Rápidamente corrió la mirada y atacó de nuevo al rubio con una maldición; eso hizo que olvidara por completo la situación anterior y le hablara finalmente.
-¿Cuál es el problema? No se supone que querrías que nos casáramos y tuviéramos descendencia. Pues bien, ahora todo será más fácil- le dije con valentía y olvidando por completo todo el miedo que había sentido en el camino.
-¡El problema es que sigues amando a Harry Potter! ¿No es así?- me respondió con rabia y dejando de torturar a Draco para sólo dirigir su mirada hacia mí y enfrentarme por lo ocurrido.
-Eso no es cierto, yo sólo siento asco y odio hacia ese idiota- respondí escupiendo las palabras y observando cómo Draco me miraba con sorpresa y no creía lo que sus ojos veían.
Voldemort me miro incrédulo pero rápidamente sus ojos se tornaron llenos de orgullo y sonrío con malicia.
-¿Enserio? Y ¿desde cuándo pasó esto? - preguntó con curiosidad y acercándose hasta mi posición.
-Desde que me di cuenta que no valía la pena cómo persona. Es un cobarde, estúpido, insensible, molesto, arrogante, orgulloso e inmaduro. Además, la hija de Lord Voldemort se merece a alguien mejor ¿no?- conteste con seguridad y de manera rápida.
-Entonces sí Potter no es el padre de ese niño que esperas ¿Quién es? - susurro para sí con alivio.
-El padre es alguien guapo, valiente, fiel y perfecto para mí- le asegure mientras lo miraba fijamente.
-¿Es Malfoy? - preguntó de nuevo dispuesto a leer mi mente en caso de que le dijera una mentira y titubeará.
-Lo es. - conteste resignada mientras le dedicaba una rápida mirada al rubio que ya se había levantado detrás de Voldemort y me miraba analizándome fijamente- rápidamente experimente un dolor agudo en la cabeza, pero luego sentí cómo una corriente de aire pasaba a través de mi rostro.
-Vaya, aprendiste Legeremancia después de todo ¿No es así?- cuestionó en medio de un suspiro y alejando su varita de mi rostro.
-Exacto, Draco y yo estuvimos practicando hace unos días- fue sólo decirle eso, para que se diera media vuelta y empezara a caminar hacia el otro extremo del bosque prohibido-Hermione. ¿Aún crees que es inútil mi misión? - me pregunta finalmente mientras mira hacia atrás.
-En realidad estoy bastante orgullosa de lo que haz logrado. Además, este tiempo me ha hecho darme cuenta de lo inútiles que son la mitad del mundo mágico; nada me haría más feliz que destruirlo- terminé mientras me daba cuenta de cómo desaparecía y sonreía con orgullo.
-Buen trabajo Malfoy- fue todo lo que pude escuchar antes de verlo irse entre las sombras y dejarnos en un silencio absoluto.
-¿Hermione amas a Tom Riddle? - me preguntó seriamente a la vez que se acercaba a mi lentamente y esperaba mi respuesta- Por supuesto- conteste rápidamente- es el mejor padre que se podría tener- agregue burlona.
-¿Qué diablos me está pasando? - cuestione con miedo sin entender una palabra de lo que estaba diciendo desde hace unos minutos. No entendía cómo mientras yo estaba aterrada, Draco sonreía y se reía suavemente.
-Mi padrino es un genio- me contestó con orgullo y suspirando con alivio.
-La poción- susurre incrédula-¿Pero cómo logro- no alcancé a formular la pregunta cuando Draco me volvió a arrinconar hacia el árbol y me miraba seriamente.
-¿Te gusto el beso? - me pregunto rápidamente sin yo poder evitar su acercamiento- No, ojalá jamás se repitiera- susurre suavemente mientras corría la mirada avergonzada y sentía cómo mis mejillas se sonrojaban fuertemente.
-¿Enserio? vaya que lástima- respondió orgulloso- ¿Potter besa mejor?- mis recuerdos volaron rápidamente y sentí cómo alguien se estaba beneficiando cruelmente de la situación. Mire a Draco aterrada antes de soltar la respuesta.
Imbécil aprovechado.
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Cambio de personalidad (Harry Potter, Hermione G y Draco Malfoy).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora