Cambio de personalidad (Harry Potter, Hermione G y Draco Malfoy).

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Capítulo 11.

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Decepción.

La primera vez que experimenté este sentimiento tenía cinco años de edad. Algunos se preguntarán cómo un ser tan pequeño puede recordar a ver sentido una emoción tan fuerte y particular. No quisiera decepcionar a nadie cuando se enteraran las estúpidas razones detrás de ello; por primera vez en mi corta vida, mis padres me negaban un capricho o deseo infantil, como yo le llamaba.

Al parecer un niño tan pequeño, no podía tener una escoba de última generación porque los ineptos del ministerio lo consideraban demasiado peligroso. Debido a esto, a pesar de rogarle a mi padre, hacer un escándalo inadecuado para mi estatus social e intentar manipular a mi madre, mi progenitor se negó rotundamente a comprarme la escoba, y además de enfadarme y decepcionarme, por primera vez me dí cuenta que no siempre iba a obtener lo que quería.

Incluyendo el amor de la chica que deseaba.

Sin embargo, aunque hago alusión a ese recuerdo, en este caso mi sentimiento actual no tiene comparación alguna con mi tristeza experimentada; por el contrario, es algo tan intenso que explica la verdadera razón y todo el conjunto de sentimientos que implicaban abrirle tu corazón a alguien y finalmente darte cuenta que cometió un error, hizo algo que nunca esperabas y te lastimó profundamente.

Aunque muchas veces lo haga inconscientemente.

Todavía pasan por mi mente las palabras mencionadas por Hermione cuento me contó lo ocurrido durante su estancia en el lago.

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Inicio del flashback

-Nada, sólo competimos en una carrera hacia el lago- me contestó indiferentemente; aunque hace mucho comencé a notar con mayor detenimiento los sentimientos que lograba ocultar tras esa expresión. Era claro que trataba de evitar el tema completamente.

-Entonces explícame ¿Por qué tuviste que borrarle la memoria, si no le dijiste nada indebido?- contraataqué ingeniosamente.

-Porque era mejor que no recordara ningún tipo de acercamiento- me respondió a modo de pregunta. Creo que lo que le pasó le estaba afectando demasiado o definitivamente estaba perdiendo su habilidad de mentir; esperaba sinceramente que fuera la primera.

-Me estás respondiendo o me estás preguntando- expresé molesto.

-Demonios Malfoy. A veces siento que te crees mi padre y esta actitud me está hartando.

-¿Qué quieres que haga entonces? Te recuerdo que prometí cuidarte y no dejar que Voldemort te lastimara de nuevo- contesté dolido mientras caminaba hacia la ventana de su recamara y me quedaba mirando el campo de Quidditch que se observaba a través del vidrio. Empezaba a anochecer y la soledad reinaba al exterior del castillo- Si te harta tanto es mejor que de aquí en adelante hagas lo que te plazca Granger; también estoy harto de jugar a ser el niñero.

- Lo siento ¿vale? es que jamás tuve a alguien detrás de mí diciéndome lo que hacia mal. Es bastante frustrante darme cuenta que no puedo seguir una indicación tan fácil como dejar de lado a Harry Potter- me dijo mientras se acercaba a mí y me miraba de forma culpable.

-Un lo siento no arregla nada. ¿Qué fue lo que hiciste?

No iba a permitir que cambiara fácilmente el tema el reclamo pasara al olvido.

- Lo besé- terminó con un suspiro mientras se dirigía hacia el baño luego de detenerse a tomar una toalla de la cómoda y dejándome completamente sumido en mis pensamientos.