Cambio de personalidad (Harry Potter, Hermione G y Draco Malfoy).

Visita al lago negro

Capítulo 10.

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Mentiras.

Son aquellas frases, palabras o creencias que son repetidas tantas veces que al final pueden hasta convertirse en verdad en gran parte de la sociedad. Por ejemplo, qué me dicen de aquella frase repetida en nuestros colegios acerca del "libre desarrollo de la personalidad por parte de los niños". No niego que los menores deben crecer en un ambiente lleno de amor, respeto y que permita desarrollar parte de su autonomía y gustos por sí mismo. Sin embargo, gracias a los medios de comunicación en mi mundo y gran parte de los psicólogos, ahora se mal interpreta esa frase y se entiende que los niños no tienen derecho a ser corregidos por los adultos y pueden hacer lo que les plazca a cada momento. Tal vez eso explique la actitud pasada de Draco Malfoy; falta de supervisión y libertad total dada a un individuo que no entiende absolutamente nada de la vida.

En fin, me acabo de perder de nuevo en mis pensamientos y he olvidado la razón por la cual estaba pensando en la primera palabra escrita a lo largo de este apartado. Al parecer aquel consejo que me habían dado de llevar un diario con mis pensamientos, lo que estaba logrando era complicarme y muchas veces perderme en los mismos. A veces me pregunto ¿qué podría pasar si alguno de mis compañeros encuentra este libro tal cómo paso durante mi segundo año escolar en Hogwarts?. Sin embargo, esos pensamientos se ven opacados cuando recuerdo la única forma en la cual se puede tener acceso a esta información. Se necesita de un conocimiento en la magia oscura demasiado superior y que para mi alivio sólo podría poseerlo el profesor de pociones. Más aún, el mismo individuo no tendría acceso al libro ya que siempre lo guardo en un compartimiento cuya ubicación no pienso revelar en este medio (nunca se sabe que se puede esperar).

Como iba diciendo, específicamente escribiendo, tuve que utilizar las mentiras con el fin de ocultar el encuentro que acabo de tener con Harry y evitar que por una imprudencia de mi parte, se pusieran en peligro miles de vidas. En resumen la siguiente escena narrada resume lo que pasó:

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Me encontraba volando rápidamente hacia el lago negro cerca al colegio en compañía del que era considerado anteriormente mi mejor amigo. En el camino podía sentir cómo el viento se encargaba de mover mis ahora ordenados cabellos y notaba la gran habilidad que tenía sobre la escoba que me habían conseguido durante las vacaciones: "La fénix dorada". Al parecer era el modelo que le seguía a la saeta de fuego, por lo cual debería tener la habilidad de ganarle a Harry gracias a su mayor velocidad. Sin embargo, al parecer el pelinegro seguía demostrando su manejo y la habilidad que le había permitido entrar al equipo del colegio durante el primer año.

-Te gane- me dice orgulloso observando el lago a sus pies, sacándome de mis pensamientos y encontrándose aproximadamente a 40 centímetros de distancia desde el palo de mi escoba.

-Eso es lo que crees- Respondí burlona mientras impulsada por el temor de perder, conseguí lanzarme desde la escoba con ayuda de mis muslos, alcanzar la punta del palo de la suya y finalmente halar hasta conseguir que perdiera el equilibrio y ambos empezáramos a caer de cabeza hacia al lago. Una maniobra como esta seguramente superaría el acto heroico de Harry cuando atrapó la snitch durante el primer año.

-¡Oye es trampa!- expresa molesto viendose empapado. Me resulta gracioso recordarlo sumergido en el lago, con el cabello empapado mientras unas sutiles gotas recorrían su rostro y bajaban perdiéndose en sus labios. ¡Concentración Hermione, concentración!.

-Es un empate- respondí finalmente divertida riéndome al observar la apariencia del muchacho.

Era extraño, parece que estuviera sacando a la antigua Hermione, que aunque muchas personas considerarían aburrida y centrada en los estudios, sólo dos personas se atrevieron a analizarla detalladamente.