Capítulo 18

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SAINT

Hoy da comienzo la primera parte del macro-juicio que estamos llevando en el bufete. Yo me haré cargo de las declaraciones de los primeros denunciantes y de la pieza separada donde se juzgará a mi entrenador y sus compañeros.

La semana pasada tuve mi conversación con Fiat referente a sus sentimientos, quería saber si podríamos trabajar juntos, en realidad él sabe todo de este caso y nos retrasaría tener que buscarle un sustituto. Pero si no hubiese más remedio lo haría, no quiero tener que lidiar con un enamoramiento en mi lugar de trabajo.

-Perdóname Saint, de verdad, sé que me hice ideas equivocadas y me dejé llevar, te aseguro que no volverá a suceder. Me gusta este trabajo y he estado en el caso desde el principio, no quiero estropear lo que tanto esfuerzo nos ha costado conseguir – me había dicho ese día. Sopesé la sinceridad de sus palabras y decidí darle el beneficio de la duda. Tenía razón en que un cambio a estas alturas no le haría bien al caso. Además con Sammy a punto de dar a luz, no sé hasta cuando podré contar con Ty, así que me trago mis dudas y accedo a seguir trabajando con él.

Desde entonces nuestra relación ha sido meramente profesional y Fiat no se ha pasado de la raya en ningún momento, y espero de verdad que siga siendo así.

El primer día del juicio se pasa entre la lectura de los cargos y los discursos de apertura de ambas partes. A eso del mediodía el juez nos concede un receso para comer, tenemos dos horas, así que llamo a Zee para que comamos juntos. Cerca del juzgado hay un restaurante que nos gusta bastante, así que lo cito allí. Cuando estoy bajando las escaleras del juzgado Fiat me alcanza para invitarme a comer, pero yo me disculpo diciéndole que tengo un compromiso previo con Zee, no quiero que piense que lo evito, tampoco tengo ganas de verlo sufrir. Su cara refleja su decepción, pero se recompone rápidamente quitándole importancia y me dice que irá con el fiscal y Ty a la cafetería del juzgado.

Simplemente quisiera que olvidara el enamoramiento tonto que tiene por mí, seriamos muy buenos compañeros si así fuera, pero creo que eso no pasará en breve y me planteo la decisión que tomé de dejarlo permanecer en este caso.

Dejo de pensar en eso por un momento y me concentro en mi precioso marido que ha llegado antes que yo y me espera de pie en la puerta del restaurante. El traje clásico negro con corbata del mismo color y su camisa blanca impoluta se ajusta a su hermoso cuerpo de una forma que pone a mi polla en marcha. La chica de la recepción del restaurante lo mira como si fuese un regalo de los dioses, así que me acerco hasta él, le planto un beso de esos que te quitan el hipo y ella aparta su cara inmediatamente.

-Hola mi ángel, alguien está cariñoso hoy – me dice con esa sonrisa suya que hace aparecer unas arruguitas en el borde de sus preciosos ojos negros, y otra vez sin remedio me vuelvo a enamorar de este fabuloso hombre.

-Es que ese traje es mi perdición, bueno, el traje y el cuerpo que lo lleva – le susurro al oído.

-Para Saint, porque si no el baño de este restaurante será testigo de cosas indecentes – me dice echando fuego.

-Ojalá tuviera tiempo para eso, pero esta noche te prometo que podremos hacer realidad esa fantasía en nuestro propio baño – le respondo tirando de su mano hacia el interior del restaurante.

Una vez en nuestra mesa y con nuestros pedidos hechos me concentro en Zee. Parece bastante más relajado desde que se terminó la fase de instrucción del caso y empezó el juicio. Supongo que ve más cerca el final de esta pesadilla y espera que todo vuelva a la normalidad.

Yo también lo espero, después de que los encierre y tire la llave cogeré un par de semanas de vacaciones y me dedicaré a recuperar el tiempo perdido con mi marido. Esa expectativa me hace tan feliz que no puedo esperar a estar en la playa con él.

Elección final - ZeeSaint (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora