Capítulo 35

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SAINT

Sábado por la mañana, tengo planeado no salir de esta cama en todo el día y aprovecharme del cuerpo de mi marido. Me doy la vuelta buscando el calor de Zee, pero me encuentro la cama fría y vacía. Un gemido de frustración se escapa de mi garganta, odio que mi marido estropee mis planes de sexo desenfrenado.

Me restriego los ojos y estiro mis músculos resignado a levantarme y buscar a mi marido, quizá desayunar algo y ver que tiene planeado para hoy. Me visto con un pantalón suave y una camiseta blanca y me dirijo a la cocina, supongo que debe estar por aquí. Busco en el piso inferior pero Zee sigue sin aparecer, me sirvo un zumo de naranja y espero a que se digne a hacer acto de presencia. Diez minutos después estoy empezando a asustarme y le mando un mensaje. Sigue pasando el tiempo y mi marido no da señales de vida. Estoy tentado de llamar a Kao a ver si sabe algo de él cuando la puerta principal se abre y un sonriente Zee se acerca para besarme profundamente.

-Buenos días mi ángel – me dice.

-¿Dónde carajo estabas?, te he mandado mil mensajes y no me has respondido, estaba empezando a asustarme – le medio grito.

-Perdona cariño, tengo el teléfono en silencio y no me he dado cuenta – se excusa, pero sigue sin decirme donde ha ido.

-¿Dónde has ido tan temprano? – le vuelvo a preguntar.

-Bueno, he ido a por nuestro desayuno y por algunas cosas que vamos a necesitar para el camino – me explica.

-¿Camino? – le pregunto sin saber muy bien que ha estado tramando.

-Sí, camino a la cabaña de Mew, salimos en cuanto estés listo – me dice acariciando mi mejilla con sus dedos.

-Pero, no he preparado nada, tengo que hacer la maleta, ¿cuántos días estaremos? – tengo mil cosas en que pensar antes de salir de viaje.

-Todo eso ya está en el coche, solo necesito que te prepares tú y que sea rápido, quiero llegar cuanto antes a nuestro destino, te echo de menos – me resume apretando mi trasero con sus preciosas manos.

-¿Lo has preparado todo?, en serio Zee Pruk cada día me sorprendes más – le digo con el corazón a mil por hora.

-Ve a cambiarte, en la montaña hace algo más de frío, así que coge algo de abrigo para el viaje – me dice.

-No tardo nada, también te echo de menos – le digo besándolo fuertemente, después corro a cambiarme, no puedo esperar para ver que tiene pensado Zee para este viaje.

ZEE

Por fin da comienzo esta aventura, siento mil mariposas en el estómago, me repito una y mil veces que es una estupidez estar nervioso, Saint es mi marido y llevamos años juntos, no hay razón para ello. Miro a mi ángel con una sonrisa en los labios, relajado como hace mucho que no lo sentía y eso es de lo que se trata este viaje, de hacer feliz a mi marido, que recordemos estos días como el punto de partida del resto de nuestra vida juntos.

Saint siempre ha sido mi prioridad y por eso empezaré desde este mismo momento a demostrarle que lo es todo para mí. Paramos en el restaurante italiano preferido de Saint después de dos horas de conducir por la autopista. Su sonrisa no ha dejado su boca en todo el viaje, estoy agotado de conducir y Saint me sustituye por un rato, odia conducir mi coche, pero hoy no se ha quejado. Poco a poco dejamos atrás la ciudad y su ruidosa intensidad. El paisaje se vuelve verde y esplendoroso, cuanto más subimos hacia la montaña más fácil es respirar. Este paréntesis en la vorágine de nuestras vidas ha sido la elección más acertada que hemos tomado en muchísimo tiempo. Pasamos densos bosques y afilados barrancos, kilómetros de naturaleza indómita pasan ante nuestros ojos. Cuando el GPS anuncia que estamos cerca de nuestro destino Saint se desvía por un camino ascendente que nos lleva a las puertas de una propiedad enorme que nos deja sin aliento.

Elección final - ZeeSaint (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora