Capítulo 25

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MEW

En mi vida he hecho muchas cosas, algunas buenas y otras no tanto, incluso algunas muy malas. Siempre he pensado que dejar mi pasado atrás ha sido lo mejor que he hecho, pero ahora con Gulf tumbando en esta cama luchando por su vida, mi antiguo yo vuelve a resurgir.

El odio intenso que recorre mi cuerpo, ese fuego que si dejo libre acabará con todo a mi alrededor, esa parte de mí que es una fuerza de la naturaleza lucha por volver a tomar el control.

Lo único que se interpone entre ese hombre que decidí dejar atrás y su libertad es Gulf, mi amor por él, no quiero ensuciar lo que tenemos. Lo nuestro es algo sagrado para mí, lo mejor que he tenido jamás y el único camino que quiero recorrer.

Recuerdo cuando decidí que Gulf debía saber todo sobre mí, tenía que entender de dónde vengo y lo que había hecho en mi vida, y entonces tendría el panorama completo para dejarme o aceptarme en su vida.

Esa noche habíamos hecho el amor tan apasionadamente, tenía esa sensación de vértigo en mi estómago, una felicidad arrolladora que me hacía temblar por dentro. Y sin saber muy bien cómo, le hablé de mi padre. Gulf me había preguntado alguna vez por mi familia, y yo evadía hábilmente el tema, pero ya no tenía motivo para dejarlo fuera y así es como empecé a contarle mi historia de horror personal.

Mi padre era el jefe de una asociación con actividades ilícitas, escondidas convenientemente en empresas perfectamente legales. Tráfico de drogas, sobornos y lavado de dinero principalmente. Me crie en un barrio de clase media-alta y tuve una infancia poco común si me comparaba con Kao o con Nim, mis dos mejores amigos.

Mientras ellos tomaban clase de inglés, piano o karate, yo aprendía defensa personal y la manera más fácil de torturar a un hombre para doblegarlo por completo. Mi padre era un bastardo egocéntrico que esperaba que yo ocupara su lugar algún día. Odiaba mi vida, no quería hacerle daño a nadie, solo era un crio de once años, no un mafioso.

Todo se hizo peor a los dieciocho años, mi padre no se conformó con su entrenamiento personal y decidió que si quería convertirme en un hombre de verdad debería aprender a no sentir remordimiento, a ser más rápido y despiadado que nadie en nuestro mundo.

Y vaya que lo consiguió, aprendí a matar, a torturar y herir a los demás mientras perdía toda mi humanidad. O torturaba o me torturaban, era así de fácil.

Un día una cliente de mi padre no pudo pagar a tiempo su deuda y me encargó a mí que le diera una lección. Ella me suplicaba que le diera más tiempo, que no le hiciera daño porque estaba embarazada. Levanté un poco su blusa y allí estaba, su abdomen hinchado albergando una vida inocente. No pude hacerle daño y la dejé escapar. Cuando mi padre lo descubrió me ató en el sótano y uno a uno rompió todos los dedos de mis manos. No puede ir a la universidad en varias semanas y al final le encargó a otro cobrarle a la mujer. Eso me enseñó a mirar por mí mismo, que de igual modo mi padre siempre ganaba.

Y así seguí hasta que un día conocí a un chico del que me enamoré. Siempre había ocultado mi orientación sexual, mi padre jamás lo aceptaría, es más, me torturaría hasta que dejara de ser un maricón de mierda.

Era mi último año de universidad y Kao insistía que debíamos salir a celebrar que los exámenes se terminaban y podríamos ser libres el verano entero. Kao ya me había dicho abiertamente que era gay, y era el único junto con Nim, que sabía que yo también lo era.

Acepté salir a tomar algo y los tres nos metimos en un club algo especial, era un club diverso donde se concentraban muchos tipos de personas y nadie juzgaba a nadie. Ahí conocí a Bass, era un chico moreno y muy guapo, alegre y optimista, un futuro ingeniero de estructuras, entusiasta y totalmente adorable. No pude resistirme a su coqueteo y acabamos besándonos en todos los rincones de esa discoteca. Después quiso saber si estaba interesado en una relación seria o si solo buscaba sexo fácil. Yo estaba harto del sexo furtivo con cualquiera que me dejaba vacío por dentro, así que le conté mi situación y él decidió esperar a que pudiera salir de casa de mi padre para contarle al mundo nuestra relación.

Elección final - ZeeSaint (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora