He Or Me [YiZhan]

➷Ilusión.➹

La boca del castaño se seca sin explicación alguna ante la insinuación del contrario. Esta a punto de hablar, probablemente estando a punto de quedar en ridículo, pero lo interrumpio con una risa divertida.

— Tenías que haber visto tu cara de sorpresa.—acaricia su cuello con dulzura, mirándolo con intensidad.

El ceño arrugando de Yibo aparece en escena.— ¿Me estas vacilando? —la sonrisa de Zhan se borra y aleja su mano del cuello del castaño.— Ya me había ilusionado.

Zhan se siente aliviado de repente al darse cuenta de que no estaba molesto sino que estaba bromeando.—Te doy un besito para recompensarte la desilusión si quieres.—abulto los labios en señal de broma, sin esperar que realmente lo bese. Y vaya que se sorprende al sentir los bellos contrarios sobre los suyos. Sin embargo continua con el movimiento rápido que Yibo le impone, entreabriendo los labios al notar su lengua pidiendo paso.

Coloca ambas manos sobre su cabello en cuanto sus cuerpos chocan, rozandose y calentando el ambiente. Yibo muerde su labio inferior, soltando así un gemido y separándose finalmente.

Se miran a los ojos durante varios segundos sin saber que decirse el uno al otro. Zhan abre la boca para romper el silencio, pero como por maldad del destino, su madre aparece por la esquina del jardín mientras grita su nombre a los cuatro vientos.— ¡Chicos, que nos vamos! —se gira hacia donde se encuentran, pero no les ve por culpa del árbol.— ¡Salgan de donde estan que no miro!

Yibo suelta una risita ante las palabras de su suegra y aparecen en su punto de visión con las manos entrelazadas.— Perdón por la tardanza. ¿Nos vamos ya a casa?

— Si, ¿acaso quieren quedarse más tiempo juntos? —pregunta sonriente al verles tan juntos.

— Mamá...—murmura el pelinegro con vergüenza.

La mujer se rie y niega con la cabeza.— Lo captó, lo captó. Te esperamos en el coche.

Se gira y caminan detrás de ella, con sus manos juntas todavía y sus hombros rozandose a propósito.

Al llegar al aparcamiento, se separan ante la atenta mirada de las dos familias y el blanqueo ojos de Yiwanji, quien no piensa perder la oportunidad de avergonzarlos frente a sus padres.— ¿No se van a dar un besito de despedida? —Yibo lo fulmina con la mirada, mientras que Zhan baja la mirada con timidez al tener que hacer eso frente a los mayores.

Se acercan a regañadientes para dejar un suave beso sobre los belfos del contrario, alejándose rápidamente de nuevo y yéndose a sus propios coches. El pelinegro pronuncia un 'ya verás' silencioso hacia Yiwanji antes de cerrar su puerta, apoyándose contra el cristal y cerrando sus ojos.

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El capítulo es corto pero en el siguiente quizás pase algo desvelador.

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